El escritor salvadoreño se radica en nuestra ciudad y es enfático al diagnosticar la realidad lingüística: «…si no valoramos la lengua terminaremos con gruñidos». Su visión de Salta, nuestra cultura y sus cursos de dramaturgia y escritura creativa.
En julio de 2008 el poeta y dramaturgo salvadoreño Julio Díaz-Escamilla vino a esta ciudad invitado por la Asociación de Profesionales de Letras de Salta (APLES) para dictar su laboratorio de escritura creativa.
Enamorado de esta tierra, el escritor la eligió para radicarse y por eso está de nuevo entre nosotros, con una serie de proyectos que tienen que ver con la escritura, el teatro y la poesía.
¿Por qué elegiste Salta para radicarte?
Te lo digo, Salta me luce. En tres años de vivir en Argentina he conocido muchas ciudades y, por alguna razón -emparentada con nuestro origen latinoamericano-, Salta me dice todo, en pocas palabras ¡es una ciudad que me luce! No sólo arquitectónica, geográfica e históricamente, sino su atmósfera cultural y artística.
¿Cómo fue tu experiencia con los cursos de escritura creativa acá?
Espléndida. Como siempre demostré a los organizadores y participantes que todos, absolutamente todos, somos escritores en potencia, si y sólo si, respetamos al abstracto (personajes, locaciones, fábula) que deviene en nuestra parte consciente, es decir, toda vez que no contaminemos con nuestras apetencias a la imaginación. Experimentar, encontrar en nuestros presupuestos creacionales esas obras de las cuales carece la literaturalidad actual.
¿Cuáles son los nuevos proyectos que traes para desarrollar en Salta?
Desde mi partida de esta bella ciudad me llevé la inquietud de Güemes y su gesta, ahora tengo maduradas algunas ideas y espero tener el talento para entregarle a Salta una Obra de Teatro dedicada a este héroe continental; también, y por supuesto, continuar con mis laboratorios tanto escriturales de índole general (todos los géneros), dramaturgia y radioteatro. Confío encontrar los medios para acometer estas empresas y las personas e instituciones idóneas para materializarlas.
¿Cuál es la impronta que encuentras como típicamente salteña dentro de la atmósfera cultural y artística?
Existen disparadores creativos en el individuo, generalmente absorbidos por el torrente cultural que genera una ciudad, pero, en mi caso, cuando digo que la atmósfera me impulsa, seduce y enamora, realmente me estoy refiriendo a las calles, la arquitectura, el don de gente de su gente y el Cerro San Bernardo. De hecho desde joven viví siempre en ciudades fundadas a los pies de un volcán o un cerro… En San Salvador, El Salvador el Boquerón; en Antigua Guatemala el Volcán de Agua y en Cholula, Puebla, México el Popocatepetl. Salir a estas calles y sentirme hermanado con el San Bernardo es una experiencia única.
Llama la atención tu expresión castiza en el tono y el uso de vocablos. ¿Cómo vives el empobrecimiento general del lenguaje?, ¿ terminaremos en el gruñido cavernario?
Absolutamente sí. Esta época, principalmente, que llaman postmodernismo y yo llamo modernismo tardío, está anquilosando la capacidad pensante del ser humano; digámoslo sin tapujos: Ha triunfado la tecnología pero no la ciencia, somos incoherentemente más civilizados pero más empobrecidos en la inquietud de «preguntarnos o respondernos» asuntos sobre la vida, la realidad o lo que acontece, gracias a que la lectura ha terminado en el cesto de la basura y otros menjurjes que involucran el hogar, los centros de estudio y el estado mismo. Si no volvemos a los libros -fìsicos- la interjección, la onomatopeya y el gruñido nos distinguirán de algunas especies.
Pero al mismo tiempo internet parece abrir nuevas posibilidades de lectura, expresión y contactos entre personas con un mismo interés o de distintas culturas e idiomas…
El automóvil fue pensado para trasladar al individuo con confort y rapidez, no para dejar inválidos o muertos a los transeúntes, ni huérfanos y viudas de conductores. A lo que voy es que en tanto no tengamos inteligencia, en el sentido ontológico del vocablo, la tecnología será como poner un revólver en un niño enojado porque no tiene el caramelo apetecido. Bástenos entrar a un Cyber y darnos cuenta que nuestros jóvenes no están consultando temas que les ayuden a su formación deontológica sino ocupados en pornografía, bajar música, enterarse de farándula, deportes y otras evasiones y cánceres sociales.
¿Tus cursos de escritura creativa podrían ser aplicados en colegios y escuelas para desarrollar la capacidad expresiva de jóvenes y niños o es algo específico para profesores, periodistas o escritores?
Como te dije anteriormente, una vez la persona sea capaz de escribir, de expresarse escrituralmente podrá aprovechar sus presupuestos creacionales, y los jóvenes son expertos en la construcción de un pensamiento no lineal que es importante en la inventiva literaria. Mi segundo sueño -ya que cumplí el primero al radicar en Salta- es instituir mi laboratorio de escritura creativa en las Universidades ex pensum de estudio; un día se dará.
En una nota que escribió Jesús Rodriguez en la revista Ñ se vislumbró una vida signada por el dolor, la pasión, las peripecias y el amor al arte. ¿Cómo valoras esa trayectoria vital a tus 52 años?
Como el resultado de una subconsciente búsqueda interior satisfecha únicamente al asumir mi rol de escritor; porque cuando escribo, cuando desarrollo mi dramaturgia, novelas, poética o ensayos no me hace falta nada, y aquí la palabra clave es «vitalismo», vivir a plenitud y dejar atrás todo, no sólo lo que te hiere o duele sino y también lo que te causa dicha; el pasado ya se fué, el futuro aún no llega. Es hoy lo que importa. Trato de mantenerme en un aquí y ahora para permanecer siempre como tal. Apovecho y si me lo permites, para agradecer a Jesús Rodríguez y a Clara Latnik sus esfuerzos y apoyo para que tu servidor ahora ande con sus pensamientos por estas lindas calles de Salta, y a todos los buenos amigos que me salen al paso, cuyo listado no cabría en tu reportaje. Te lo digo… Salta me luce.
Mi trato con Güemes
por Julio Díaz-Escamilla
–
Hoy llueve,
y en el cerro San Bernardo
va pasando Güemes
con sus fieles gauchos
-en una dimensión diferente-;
mira de soslayo
hacia la ciudad que duerme
(él va en su caballo
y la noche lo envuelve).
Yo simplemente ensayo
revueltos pensamientos en la mente:
Cómo serían estos pagos
si no hubiera nacido aquel valiente
que hizo de un pueblo «soldados»,
que nunca buscó honras ni oropeles
y siempre, siempre, siempre
junto a sus legendarios gauchos
doblegó a traidores y reyes
libertando América de esclavos.
Hoy llueve…
y yo miro mis manos;
nunca han tentado a la muerte,
nunca han galopado,
nunca han sabido qué se siente
defender un rancho
o dar la vida por otra gente…
Por eso hago un trato:
un día todo el continente
conocerá en mi teatro
a don Martín Miguel de Güemes,
para que no se imagine su retrato
y esta América insolente
-tan llena de héroes falsos-
sepa que sí tuvo un héroe
que ocultó el olvido ingrato.
–
–
Notas relacionadas:
Julio Díaz Escamilla, escritura creativa y pasión por las letras
http://www.salta21.com/spip.php?article913
Díaz-Escamilla: el oficio de vivir
http://www.salta21.com/spip.php?article1165
«A viva voz», el blog del escritor:
http://www.juliodiaz-escamilla.blogspot.com/
Sobre Díaz-Escamilla, en la Red:
http://www.google.com.ar/search?hl=es&q=Julio+D%C3%ADaz+Escamilla&meta=
Buenas tardes me gustaría conocer mas de su obra.
Julio Díaz-Escamilla: «Salta me luce»
felicitaciones tío un abrazo desde Guatemala, extraño darle un vistazo esos ensayos suyos =)
Julio Díaz-Escamilla: «Salta me luce»
Salta enamora a primera vista a todo visitante, el que no sienta ese abrazo
al llegar es por que carece de sensibilidad,que sòlo la perciben los poetas
y JULIO sabe mucho de eso.Ojalà todos reconozcamos que SALTA nos luce
a todos.en toda su amplitud
Julio Díaz-Escamilla: «Salta me luce»
ola yo te conosco