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domingo, noviembre 24, 2024

8, 7, 6…

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Estar adherido a un proyecto nacional en lo que respecta a lo político está bueno, ya que la cohesión nos lleva al logro de objetivos comunes.

Pero esto no significa una obsecuencia ciega e infantil sino un acompañar crítico al plan de gobierno, ya que sin auto revisión no se ven los errores y las posibilidades de aprovechar oportunidades. Mejorar siempre es mejor, valga la redundancia.

El periodismo tiene la virtud de informar, formar, estimular opinión pública y de hecho, ejercer presión en las mentes de las personas, ya sea para bien, ya sea para mal.

También puede ocurrir que el cuarto poder se prostituya en favor de intereses particularmente oscuros o mezquinos o sectarios o ideológicos cayendo en la servidumbre de los amos ajenos al bien común, es decir, de todos aquellos que nos consideramos parte de una Nación.

Este paso a paso en reversa normalmente alimenta el odio entre las diferentes clases de ciudadanos. El ataque y contraataque, la victimización y el victimizante, el error y la razón, la verdad y la mentira contraponen a la ciudadanía poniéndola a la escucha del clarinete que dé la orden de ataque. Cuando en realidad todos debemos tirar para el mismo lado, todos debemos ser solidarios, todos debemos actuar con la recta razón y todos debemos correr en búsqueda de la verdad que naturalmente a nadie se le niega cuando se actúa transparentemente.

La dialéctica de las ideologías, las cuales normalmente alimentan el bolsillo de este bando o de aquel, no es más que la falacia de los sistemas de gobiernos y la traición al voto de la gente que confía, al menos hoy en día, en el sistema de representación más óptimo para delegar poder a los administradores de la cosa pública: la democracia.

Estos administradores, simples ciudadanos al servicio de los demás, los políticos, en gran parte cometen frecuentemente el desvío de su perfil convirtiéndose en verdaderos adoradores de ideologías. Se transforman en dogmáticos y de hecho en incipientes fundamentalistas de su estructura de ideas que falsamente intenta explicar y dar repuestas a la razón de ser individual y social.

Los periodistas, al menos esta capa nauseabunda que se pega al servicio de los que ellos estiman sus mesías, no sólo no avanzan progresivamente, como lo demanda el tiempo actual, sino que no dejan crecer al informando que confía casi ciegamente en la honestidad y objetividad del agente de comunicación. ¡Menos mal que cada vez se suman más ciudadanos críticos de los medios masivos!

Hacer política, hacer periodismo tienen una finalidad idéntica a través del accionar particular de cada uno de estos y es contribuir, sin intereses particulares, con respeto a la pluralidad, invocando justicia y conquistando la paz dia a dia, al bien de todos y cada uno de nosotros.

Hago votos para que estos chicos de la tv pública dejen el chupete de la ideología de turno o de la añoranza de la ideología salvadora y sean maduros informantes o periodistas desde la especialidad que se quiera.

2 COMENTARIOS

  1. 8, 7, 6…
    A estos «chicos» el estado les paga para que den cuenta de la infalibilidad de los actos de la reina y su corte. Para ello en versión infantil y maniqueista critican sistemáticamente cualquier opinión no coincidente. Hay un monstruo que acecha a la sociedad que se llama corporación mediática, con el ex socio Clarín a la cabeza, que nos desinforma y miente y que habrá que destruir para que de una vez por todas seamos felices y bien desinformados por ellos y su corporación mediática formada por Pág. 12, Tiempo Argentino, Miradas al Sur, Revista y canal 23, radios públicas o casi y «periodistas» a la carta recientemente convertidos al kristinismo. Estos, no tan chicos, se reciclan de un medio a otro sin escrúpulos como el viejito y baboso Barone, ex empleado del monstruo, que no duda en relativizar la muerte de Cabezas, tal vez porque trabajaba para Perfil. Da asco este tipo.
    Estos mercenarios de turno y sus invitados obvios omiten toda información respecto de temas que no encajan con la imagen nac & pop que vende el gobierno, como es el caso de la brutal depredación minera que alienta el estado. Claro si Kris se abraza con el CEO de la Barric que van a decir? Los qom, feos, sucios y malos, no merecen su tiempo porque la reina ni siquiera los recibió.
    Estos empleados no son periodistas ni militantes ni profesionales, son escribas. Habrá que preguntarles si entienden el insulto.
    Pero el estado, con su aparato burocrático y represivo cumple con la misión de cualquier estado: controla el territorio, entretiene y somete a la población y asegura los negocios de los grupos económicos que le dan su mandato.
    En esta misión hay lugar asegurado para estos obscuros personajes
    Chau.

  2. 8, 7, 6…
    Televisión pública es aquella que sirve de canal de expresión a toda la ciudadanía, independientemente de como sus componentes piensen; la que da paso a opiniones oficialistas o no; es la televisión que muestra los elogios y las críticas al gobierno de turno, la que estimula el debate. En la televisión pública argentina de hoy deberían expresarse libremente, por ejemplo, Macri, Duhalde, Binner o Cristina, Castells o D’elia. No puede ser de otra manera porque esa televisión (la pública) es financiada con los impuestos de todos los contribuyentes del país y no puede ser apropiada por un grupo de personas como si fuera un coto privado. En cambio la televisión partidista es la que sirve a los intereses particulares de un partido político, esté este en el llano o temporalmente ocupe el gobierno. En este caso, debe financiarse con los recursos propios del partido. En el nacionalsocialismo italiano y alemán, y en el estalinismo, la televisión pública era apropiada por el partido único para propagandizar el régimen; eso era posible porque allí la democracia brillaba por su ausencia.

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