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domingo, noviembre 24, 2024

Urtubey y sus hijos de paseo en el avión de la provincia

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No hay diferencias de condición, modo, impunidad, autoritarismo, discrecionalidad con los recursos del Estado, y amiguismo desmesurado. Todo en definitiva los presenta como irreverentes e insensibles con las necesidades imperiosas de los demás, ajenos a la pobreza y marginalidad perversa que supieron generar.

Dos gotas de agua

En la tarde del día jueves 11 de diciembre de 2014 entre festejos por el Día Nacional del Tango y los consabidos homenajes al Zorzal Criollo, se conoció en los medios locales que el joven gobernador de la Provincia había utilizado el avión oficial para viajar con sus hijos a Buenos Aires, justo horas antes del partido final de la Copa Sudamericana que disputaba su equipo favorito.

La trascendencia de esta situación no causa sorpresa a nadie, porque más allá de que en esta oportunidad se dieron detalles de horas de vuelo, coincidencia con el cotejo deportivo que protagonizara el club River Plate, que los pasajeros eran él y los cuatro infantes y que el despegue se hizo inmediatamente después de la gestión de nombramiento del nuevo ministro de la primera infancia, nadie tiene duda alguna de que Aviación Civil es un antro de corrupción del poder.

No es casual que cada vez que se presenta la oportunidad de preguntarle al gobernador sobre el tema, patee la pelota para afuera –justo la metáfora concuerda con el evento al que viajó- y esquive el bulto afirmando sin rubor (qué dureza facial¡) que la información la tienen los senadores, o que se ha rendido cuentas de todo, o que la agenda oficial le impone el uso.

Indicar oblicuamente que en el senado de la Provincia están los datos de los vuelos de aviación civil es una gran mentira, pero aún en el supuesto caso de que efectivamente en la llamada cámara alta se cuente con ese informe, es indudable que resultará más probable ganar el loto y el quini 6 juntos que lograr que los exponentes máximos del chupamedismo filtren algún dato.

Todas estas excusas son maneras poco inteligentes de salir del paso, pero muy efectivas al calor de la impunidad, y así se puede sortear el inconveniente de reconocer que todos sabemos que en esa área y con apoyo a su proyecto personal se malversan fondos del erario para viajes que nada tienen que ver con la agenda oficial.

Y no es la primera vez que el mandatario tiene que poner cara de yo no fui y hacer la pantomima de explicar que en realidad existe una confusión, porque él no usa indebidamente las naves oficiales para su provecho y el de sus allegados, sino que todo gira en torno a casualidades.

Cabe recordar solamente el día 24 de Agosto de 2013 en que Los Pumas jugaron en la Ciudad de Mendoza, evento al que Juan Manuel URTUBEY no podía faltar, y justo mire Usted, qué casualidad, el avión Lear 45 venía de Santiago de Chile y haciendo escala técnica en Mendoza aprovecharon para darle un aventón.

También se puede recordar el día 24 de mayo de 2013, cuando estando el helicóptero oficial en el paraje de Amblayo y ¡oh lo que el albur indescifrable nos puede deparar! Justo estaba el hermano del gobernador de campaña, hizo dedo, y para qué iban a desaprovechar un asiento vacío, ahí nomás lo subieron por orden del lord mayor, y a ver quién grita.

Cuando su primo ganó la vice gobernación en Catamarca en marzo de 2011, también abusó del erario viniendo solita su alma desde el aeropuerto de San Fernando a Salta luego de regados festejos en la noche anterior. Igualmente a comienzos de Noviembre de 2011, y en similar desmanejo en un arranque adolescente viajó de motoquero con amigos a Bolivia, y mandó el avión oficial para traerlo de vuelta y poder concurrir a las exequias del dirigente Daniel ISA.

Y este panorama desolador para quienes aspiramos a vivir algún día bajo la vigencia de un gobierno honrado, sencillo, sensible y ajeno a las veleidades del poder, se nos presenta cada vez con más frecuencia a ojos vista y sin que los otros beneficiarios del desvarío autoritario y que deberían controlar para que esto no ocurra, muevan un dedo, mientras se hacen los distraídos y miran para otro lado.

Por supuesto que a la brevedad saldrá algún perrito faldero del primer mandatario a justificar que el viaje era el más imprescindible del mundo y que resultaba impostergable hacerlo, y que el partido de fútbol nada tenía que ver, y que la agenda oficial, y toda la zanata vacía para explicar lo inexplicable.

Como contraste objetivo de que en Salta no todos somos iguales, cabe recordar que recientemente con la rapidez de un rayo se despidió a un chofer del ministerio de derechos humanos porque usó un vehículo oficial en un fin de semana para beneficio propio. Y ya hay una acción penal en marcha por el presunto delito de peculado.

Esos fiscales tan solícitos para dar curso a las investigaciones en ese caso, descuento que harán el papel de burros cuando se trata del mismo hecho pero esta vez cometido por el gobernador, porque como enseñaba el Martín Fierro:

“La ley es tela de araña, y en mi ignorancia lo explico
no la tema el hombre rico, no la tema el que mande,
pues la rompe el bicho grande y sólo enrieda a los chicos”

Pero lo más curioso de todo este sainete resulta el hecho de que quien ha puesto en conocimiento de la opinión pública el bochornoso nuevo abuso, es el diario El Tribuno de propiedad de la familia del ex gobernador Juan Carlos ROMERO, precisamente un personaje que nunca se cansó de utilizar las aeronaves de la Provincia para provecho personal.

Basta recordar que una vez fue fotografiado en Brasil concurriendo en el avión oficial a ver la carrera de Formula 1 en el circuito de Interlagos; que otra vez fue denunciado por haber usado el mismo avión para viajar a Misiones en plena campaña a vicepresidente en el año 2003, y estando de licencia en su función, momento en el cual apareció una oportuna factura de alquiler de la Fundación Argentina Solidaria, que también oh¡ casualidad, tenía como presidenta a su esposa.

Y no debemos olvidar la secuencia fotográfica que lo mostraba orgulloso en un raid de pesca con el helicóptero del sistema de seguridad 911, junto a funcionarios reconocidos, con campamento instalado y exhibición de grandes peces, que pretendió justificar como un recreo posterior a una agotadora gestión oficial, frase que ensayó –a pesar de la grosera falsedad- como si fuera una verdad revelada y sin que se le mueva un músculo de la cara (si de durezas faciales hablamos, se cuenta que este sujeto en vez de lavarse la cara se la suelda).

En este esquema de desgobierno continuado de casi veinte años en Salta -sumando los periodos del anterior malversador de caudales públicos que oficiara de mentor del actual- y con atropellos como los relatados que los pintan de cuerpo entero a los dos, salvo por las circunstancias de tiempo, modo y lugar, ambos demuestran un perfil idéntico.

No hay diferencias de condición, modo, impunidad, autoritarismo, discrecionalidad con los recursos del Estado, y amiguismo desmesurado. Todo en definitiva los presenta como irreverentes e insensibles con las necesidades imperiosas de los demás, ajenos a la pobreza y marginalidad perversa que supieron generar.

Y como dos gotas de agua se repiten en desatinos estos personajes, periodo tras periodo, despreocupados de toda conducta ética, arrasando las instituciones de la democracia como si fueran su patrimonio, sin elevarse una sola vez por sobre la pobreza intelectual de sus mandatos, ni tener alguna vez la dignidad de no actuar con esa grosera impunidad que los exhibe como unos verdaderos mediocres oportunistas.

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