Riggan Thomson (Michael Keaton) hizo a un superhéroe, el Hombre pájaro. Su fama no pudo ser superada a lo largo de su vida y en la actualidad, es un actor sin trascendencia, sólo recordado por haber interpretado a Birdman. El paralelismo entre el personaje y el actor real no puede dejarse de lado. Keaton demuestra el enorme artista que es en un film fuera de lo común.
La cinta obtuvo cuatro premios Oscar a mejor película, mejor director, guión original (coescrito por el director junto a Nicolás Giacobone, Alexander Dineralis y Armando Bo); y mejor fotografía en medio de nueve nominaciones, incluidas las de mejor actor, actor y actriz de reparto, sonido y edición de sonido. Una película ganadora por donde se mire.
La pregunta es por qué. Actuaciones de lujo, un argumento que hace foco en actores de teatro en un ambiente decadente de Broadway, música en vivo, el recurso de un alter ego del protagonista, el uso de planos secuencia, el condimento del humor negro y retorcido, el surrealismo en el que se asienta, entre otros factores que hacen del film, una excelente propuesta artística.
Las miserias de los protagonistas se vuelven pintorescas. De pronto, no parece una película típicamente estadounidense. Y no. El mexicano González Iñárritu (Babel, 2006) no se priva de nada, y mucho menos de criticar a las grandes producciones comerciales yanquis. Qué aliento! Pero su producto, lejos de estar enmarcado en la cosa resentida, sobresale por la genial visión de una especie de backstage del espectáculo teatral. Tampoco deja de lado una feroz crítica a los críticos, y así Tabitha Dickinson (Lindsay Duncan), la bruja de los teatros, una crítica famosa del diario más importante, aparece demonizada. La tipa es realmente cruel e implacable – en la visión del mexicano- y promete a Riggan destruirle la obra “What We Talk About When We Talk About Love”, adaptación de un cuento de Raymond Carver; y bajársela de cartel el primer día. La mujer detesta los actores populares sin sangre en las venas y sin talento verdadero. Ella, ya lo había juzgado de antemano…
“La popularidad es la prima puta del prestigio” es una de las frases clave de la cinta.
En particular, me pareció impresionante y de mucho vuelo actoral las interpretaciones de los actores de reparto, Emma Stone y Edward Norton. Son insufribles, y tan queribles como odiables. Su ambigüedad nace de sus mundos oscuros, cargados de egocentrismo y de la necesidad de brillar.
Keaton, renglón aparte. Se sufre por él y con él. Necesita ganarse un nombre en el mundillo teatral, necesita prestigio real, y su personaje se mueve entre la alucinación, el vértigo, lo sórdido, lo imprevisible y la brillantez. Es un jugador que apuesta al todo o nada, en lo que él considera la última y única oportunidad de su vida de lograr la trascendencia.
Es un duelo entre el protagonista y la muerte. La inquieta necesidad de ser. En este aspecto, el film roza “El cisne negro”. La absurdidad gana un terreno en el que la realidad supera a la imaginación y sólo se necesita fe para creer en Birdman.
“Birdman” es una película con alas propias. Sin embargo, “Interstellar” podría haberse llevado la estatuilla. Lo bueno de esto es que la mirada de los que otorgan los premios, busca eso que a veces no podemos objetivar, pero que habla muy bien de la calidad artística que va más allá de lo que se anota en las taquillas.
– DIRIGIDA POR. Alejandro González Iñárritu – PROTAGONIZADA POR: Michael Keaton, Emma Stone, Edward Norton, Zach Galifianakis, Naomi Watts y Andrea Riseborough.