Como lo enseñara Federico Engels , en “ el trabajo en la transformación del mono en hombre”, este es el que principalmente permitió que el hombre se alce entre los animales y construya su condición de humano, no es menos cierto, que la división social en clases a hecho del trabajo asalariado una condición de vuelta a la animalidad de los trabajadores, con la efectiva combinación de súper explotación y alienación.
En esta lógica se inscribe la crueldad del capitalismo que desde la cuna “nació chorreando lodo y sangre” y que prescinde de cualquier tipo de sensibilidad a la hora de maximizar la tasa de ganancias.
La historia del movimiento obrero internacional está llena de paginas marcadas por victorias y derrotas, por momentos de alegría y momentos de dolor, en ésta oportunidad vamos a compartir algunas breves-
“LA FELICIDAD DE LOS BANDIDOS SANGRIENTOS DEL ORDEN PUBLICO”
Osvaldo Bayer cuenta en relación al obispo Angelelli:
Esta escena a mí me emocionó hondamente, es un viaje que hace el Obispo en su viejo auto y llega a la parte de los bosques riojanos donde están los leñadores, los trabajadores de la madera y en el camino encuentra un cortejo de trabajadores y sus familiares y llevan en angarillas un cadáver de un trabajador muy joven muerto por el Mal de Chagas que lo llevan en angarillas para sepultarlo en el cementerio de la zona. Entonces el Obispo detiene el auto, todos se detienen y él les pregunta: «¿a dónde lo llevan?». «Lo llevamos a enterrar al cementerio» Y el Obispo pregunta: «Y cómo, ¿no tienen ataúd?» La gente baja la mirada al suelo y avergonzados dicen: «No tenemos dinero, señor Obispo». Y el Obispo los acompaña, bendice al muerto, de acuerdo al rito católico, es enterrado, y vuelve a la capital de La Rioja y ese domingo en la misa de diez dice un sermón que le costará la vida.
Él cuenta este episodio del encuentro con los leñadores que volteaban árboles, las mejores maderas de La Rioja que se exportan para hacer muebles y se exportan hacia Europa, y señala y dice: «¡Qué pecadores que somos que ni siquiera en nuestra tierra los trabajadores de la madera, de la leña, de los árboles, pueden tener un ataúd para los hombres de trabajo, para sus compañeros de trabajo». Y estaban en primera fila el brigadier Aguirre, el coronel Pérez Bataglia con sus familias. El brigadier Aguirre se levanta y dice: «Señor Obispo hemos venido a escuchar la santa misa y no a escuchar discursos políticos» Y es entonces cuando Angelelli indignado toma la actitud bíblica y lo expulsa del templo, expulsa a los mercaderes del templo y le dice: « Usted deje el templo que usted no pertenece a nuestra religión» Esto lo dice justo delante de la familia de los militares, y que se retiran todos. Eso le costó la vida a él y a sus colaboradores.
Los changos naranjeros (por el abogado Hernán Mascietti)
El Barrio Estación, que no deja de ser otro asentamiento donde las cuadras son laberintos de piecitas que ofician de ‘casas’ donde están hacinadas las familias guaraníes. De este barrio y de otros, también de tierras fiscales, provienen los changos naranjeros, el cual es otro rebusque para llevar algo de dinero a su familia, pues venden las naranjas al por menor en los alrededores de un mercado que se encuentra allí cerca. Había un trato implícito con los camioneros, ellos entraban muy adentro de los caminos que llevan a las naranjas, a eso de las nueve de la noche llegaban, esperaban el último camión (eran tres los camioneros que podían ser), el camión pasaba despacito por cierto lugar, cada uno llenaba una sola bolsa de naranjas, antes de pasar el puente que lleva al poblado de la frutícola, el camión bajaba la velocidad otra vez y bajaban cada uno con su bolsa, le daban una bolsita de coca y bica al camionero- y llegaba cada uno a la casa como a las once de la noche. Ya antes los habían agarrado y les habían pegado, así se dice que murió ‘Luisito’ hace tres años (2003) que apareció muerto en el canal. De todas formas, estas torturas no eran denunciadas porque era ‘venderse que uno es un ladrón’. Pero el juego de los guardias del Ingenio ya pasó a diversión para poder divertirse pegándoles gratis a chiquillos “ladronzuelos”.
El miércoles 13 de septiembre de 2006 fueron no más de cuatro del grupo de diez o doce que acostumbraban ir. Entre ellos Claudio José Araus y su hermano apodado ‘el mulita’ (Sergio Gustavo), a quienes les tendieron una emboscada -siendo entregador el camionero-, torturaron a Claudio (17 años), lo rociaron con gasoil y jugaban a prenderle fuego, mientras se hacía encima y lloraba rogando por su vida.
El 15 de septiembre de 2006 parte a traer naranjas un grupo de 10 chicos (de 10 a 19 años) formado por Néstor Fabián Pereyra (18), y otros nueve menores de edad. Esa noche hacen lo acostumbrado, pero el camionero no. El camionero no para en el puente donde deberían bajar; al contrario, acelera y se mete en un camino entre las cañas bambús, el canal de riego y un paredón de la frutícola, de donde salen aproximadamente 18 guardias de seguridad del Ingenio rodeando el vehículo donde estaciona.
Los niños comienzan a descolgarse y querer escapar donde comienza la primera cacería, logran agarrarlos a todos, les dan una golpiza ordenándoles a ‘cachetadas’ que se tiren al piso, los golpean con patadas y trompadas en la cabeza mientras son insultados, luego que hicieron los guardias ‘lo que debían hacer’ comenzaron a divertirse. Les dijeron ‘tírense al agua’, por lo cual escapaban entre golpes y zancadillas, los perseguían con las motos y les tiraban con balas de goma que le dieron en el párpado al hermano de Fabián Pereyra, cuando los agarraban les alumbraban los ojos con las linternas, mientras otro le pegaba. Al que no se quería tirar porque no sabía nadar, lo tiraban a empujones, así un niño llamado ‘el ruso’ se tiró al agua para rescatar a su amigo y no lo dejaban, los guardias, que lo lleve a la costa del canal (el canal tiene cuatro metros de ancho). En esta cacería y pesca de niños, logran escaparse cinco, atrapan a cuatro. Uno, Fabián Pereyra, queda moribundo en el suelo, tras un golpe inhumano que le seccionó quince centímetros de músculo del lado derecho posterior del cráneo, rompiéndole los vasos sanguíneos dentro del cerebro por golpe y contragolpe. Se supone un estado de coma inmediato.
A los cuatro que cazaron así de mojados en la noche fría, los desnudaron y los subieron a una camioneta blanca (Ford Ranger dominio FMP 911) y los llevaron a la orilla del Río Blanco donde les acercaban los bastones en la cola a los menores y les decían cosas testimoniadas como “estás lindo vos pendejo”, y los dejaron allí, mojados, en slip y a cinco kilómetros de la ciudad.
Hermanos y familiares se asustaron al ver que no regresaban a la hora acostumbrada, regresaron los que habían escapado, por lo que salieron a buscarlos, encontrándolos a las tres de la mañana caminando en slip en la ruta. Hicieron la denuncia y Fabián no aparecía. Lo esperaron toda la noche. Al otro día la madre de Fabián, Susana Paulina Morales, junto a un grupo de diete madres más de la comunidad, salieron a buscar a Fabián al Ingenio San Martín del Tabacal desde temprano.
Fueron recibidas en el portón por guardias de la SEARCH SA, quienes les dijeron que no podían pasar porque era propiedad privada, burlándose y tratándolas de supuestas ladronas. Los mismos guardias que tenían a Fabián en algún lado del Ingenio, escondido, esperando que deje de respirar o despierte, pero escondido. Habían avisado a los bomberos pero estos, al ver a un grupo de mujeres pobres e indígenas, decidieron no acompañarlas. Las mujeres caminaron por las plantaciones de naranjas, recorrieron todos los canales de riego (Fabián no sabía nadar), los bosques, durante 18 horas.
El jueves 21 de septiembre recién se pudo hacer la autopsia con tres médicos de Salta por el poder Judicial, más Néstor Mércury por parte de los acusados y el médico forense Héctor Rolando Benavidez por la querella. Los resultados fueron satisfactorios, siendo que el asesinato se trasluce en el certificado de defunción “inhibición cardíaca provocada por traumatismo craneoencefálico”. Murió de un golpe en la cabeza. Los resultados muestran que fue alguien quien le asestó un golpe, con una fuerza de tal magnitud que, sin romper el hueso craneal, le seccionó más de 15 centímetros de músculo de la cabeza, produciendo este golpe un trauma inmediato en el cerebro del lado del golpe y en el lado del contragolpe (acción y reacción de la inercia inmóvil de la cabeza de Fabián).
Fabián Pereira, 18 años le decían el corto porque era bajito, estaba desnutrido y no tenía laburo. En un puente se subía en un camión cuando aminoraba la marcha, cargaba la bolsa y se bajaba en otro puente. Lo emboscaron cuando subió al camión, cambiaron de ruta y lo entregaron a los guardias del ingenio San Martín del Tabacal, 16 guardias están procesados por participar de la golpiza. Una triple coordinación y responsabilidad de las empresas, la transportista que lo entregó, el ingenio que coordino y la SEARCH (Seguridad de la Embajada y Consulados de Italia y Vaticano en la Argentina) que lo mato. Lo molieron a palo, luego lo tiraron al canal para dejar bien en claro lo poco que valía su vida.
La demanda de los trabajadores norteamericanos en 1886 era de 8 hs de trabajo, 8 hs para descansar, 8 hs para hacer lo que nos dé la gana.
En esas épocas normalmente se trabajaba 10,12 o 14 hs y a veces hasta 18hs, mujeres y niños también, con menor paga y en condiciones absolutamente insalubres.
El capitalismo no se explica por estas historias que se pueden encontrar por millones (la muerte de los niños en Bs As por la explosión en los talleres clandestinos por ejemplo), pero son una muestra irrefutable de su lógica de hierro.
De su inconmovible y perpetuo saqueo a los trabajadores
En este sistema no va haber lugar para amar, para la fraternidad, para recuperar la condición de humanos en el trabajo creativo, como lo expreso el mismo fiscal Grinnel:
«La ley está en juicio. La anarquía está en juicio. El gran jurado ha escogido y acusado a estos hombres porque fueron los líderes. No son más culpables que los miles que los siguieron. Señores del jurado, condenen a estos hombres, denles un castigo ejemplar, ahórquenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad».
Queda absolutamente claro, que el sistema capitalista está amparado por la ley, y de hecho la ley y el capital son una misma cosa.
Este primero de mayo hacemos propia la proclama de August Spies uno de los mártires de Chicago:
«La sangre se ha vertido. Ocurrió lo que tenía que ocurrir. La milicia no ha estado entrenándose en vano. A lo largo de la historia el origen de la propiedad privada ha sido la violencia. La guerra de clases ha llegado…. En la pobre choza, mujeres y niños cubiertos de retazos lloran por marido y padre. En el palacio hacen brindis, con copas llenas de vino costoso, por la felicidad de los bandidos sangrientos del orden público. Séquense las lágrimas, pobres y condenados: anímense esclavos y tumben el sistema de latrocinio.»
¡Viva la lucha obrera mundial!
¡Viva la revolución socialista!
¡Viva el comunismo!