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miércoles, octubre 9, 2024

Julio Chávez y su papel como Mark Rothko en “Red”: ¿campo de batalla o trinchera?

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Red (rojo) se relaciona con las realizaciones del artista Marcus Rothkowitz (Letonia, 1903-Nueva York, 1970), quien practicó la pintura de los denominados “campos o planos de color”. Con su obra intentaba “expresar las emociones humanas más elementales. La tragedia, el éxtasis, la fatalidad del destino…”- aseguraba el artista. La dramaturgia de John Logan resalta su finalidad estética: la introspección y la reflexión; y su conflictivo temperamento. El cierre de la obra es un anticipo del trágico desenlace de Rothko.

¿Qué es el arte? Puede ser finalmente la pregunta en cuestión. Para Ken (Gerardo Otero) acaso sólo sean “cosas”, mientras que para Rothko (Julio Chávez), es misticismo, es interrogante, es combinación, es decisión, es religión, es acción., es percepción. Va mucho más lejos que una mera representación: el arte significa.

Maestro y discípulo debaten la obra del arte pop versus la del expresionismo abstracto. Pero tampoco es eso y nada más, es un largo discurso sobre la ética del artista. Y cabe por supuesto, preguntarse si el arte es negocio, y si ese “negocio” merece o no estar en manos de burgueses insensibles. A medida que avanzan las escenas, la rispidez entre el joven y el adulto experimentado, crece. Un enorme Julio Chávez compone un personaje temperamental, de una amargura intensa frente a la vida que corre en paralelo con su arte; discute, intenta moldear las razones de Ken, un muy sólido Gerardo Otero que nunca pasa a segundo plano sino que pasa a ser el co-protagonista y co-paciente de esa experiencia que va cambiando de color: de rojo al negro, de la luz a la oscuridad. Nada es sencillo en el drama del pintor. Tampoco en la del novato artista, puesto que si bien su maestro trata de formarlo en la sensibilidad, aquel le reclama el poco interés y la escasa sensibilidad ante la vida de su ayudante, por ejemplo.

Estas conversaciones en las que su asistente lo lleva a auto-cuestionarse, ponen al gran pintor en una encrucijada ideológica: ¿ser un emblema del capitalismo o declinar en su propósito, con la debida consecuencia? Tras conseguir un encargo de murales en serie para el afamado restaurant Four Seasons en el flamante edificio Seagram de la ciudad de Nueva York, recibirá a cambio una fortuna. Es un conflicto trascendente. Lo coloca en el límite exacto entre la vida y la muerte, el principio o el fin.

Ciertamente, Rothko no crea un vínculo enfermizo con el joven. Lo empuja a salir del “campo de batalla”, esa especie de cueva o refugio del pintor donde nacen sus creaciones. “La vida está afuera”, le indica. Y le permite pensar que puede cambiar el futuro del arte. Su misión no es el apego, sino la libertad. Es una gran lección de vida. A cambio, el representante del arte expresionista abstracto descubre su destino.

El protagonista detesta los paternalismos y la armonía psicologizante. Quizá por eso pone a prueba a Ken, su contrapunto. Detesta los museos y critica a los pintores del 60’, sin temor a meter a Pablo Picasso en esa bolsa. Critica el arte industrial por el que se pinta un cactus con el epígrafe de Recuerdo de México… Critica el “todo bien” ante cualquier problema: es decir, la banalización del lenguaje, la banalización de la vida y la banalización del arte.

Chávez es un actor que no da respiros; fabrica vértigo en el escenario, en este caso, con pincelazos inquisidores e ironizantes parlamentos. Mientras que Otero, es una especie de sosiego del vendaval Chávez. Una dupla donde se juega contenido y continente. Excepcionalmente buena. La obra es una versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino, bajo la dirección de Daniel Barone. Este último, armonizó la puesta.

Un texto impecable, una obra de dualidades complementarias, una poética de binarismos que ayuda a Chávez a expulsar los demonios de su creación. “¿Qué ves?”– es el desafío no sólo para un iniciado en el arte, sino para los espectadores, sobre todo. La clave está en “mirar”.

La gente ovacionó anoche en el Teatro del Huerto (Salta). No era para menos. Excelente!

3 COMENTARIOS

  1. Julio Chávez y su papel como Mark Rothko en “Red”: ¿campo de batalla o trinchera?
    Julio H.Chavez el mejor actor de la Argentina,la obra magnífica y Gerardo Otero un fenómeno…..

  2. Julio Chávez y su papel como Mark Rothko en “Red”: ¿campo de batalla o trinchera?
    Comparto tu comentario Romina: “EXCEPCIONALMENTE BUENA”!!

  3. Julio Chávez y su papel como Mark Rothko en “Red”: ¿campo de batalla o trinchera?
    Realmente excelente. Julio Chavez se pasó, indiscutible mente brillante. Aplausos para Otero también!!!

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