En la madrugada del lunes 26 de octubre pasado cuando se conocieron los guarismos electorales del domingo anterior, que posicionaron como ganador al Frente Para la Victoria por un margen mucho menor al esperado por encuestadoras y candidatos, el inmenso aparato publicitario opositor al oficialismo puso en marcha una nueva etapa de su estrategia mediática.
No es un secreto para nadie que en la era de la información en línea y el ejercicio empresarial de multimedios que atosigan las veinticuatro horas del día a los ciudadanos, la democracia liberal ligada al sistema económico capitalista define los resultados por sistemas de publicidad y no por el antiguo ejercicio de políticas partidarias.
La llamada crisis de los partidos políticos en realidad no es tal, sino que en estos tiempos la otrora febril actividad interna de cada agrupación política que era la base del consenso, la muestra de planes a desarrollar y la exposición de bases programáticas para convencer al electorado, toda esa sana vida de militancia y compromiso se ha convertido por sustitución, en un mero esquema basado en técnicas de comercialización básicas, iguales a las que promocionan jabones, cremas, automóviles o preservativos.
Y de la cantidad de segundos televisivos que se cotizan en cifras millonarias que los candidatos más aceptados abonan con fondos de dudoso origen, con la exposición de palabras medidas, las posturas de imagen, y las frases aprendidas y aconsejadas matemáticamente por asesores especialistas en seducción comercial, se obtienen los resultados.
Toda esta parafernalia artificial construye cascarones vacíos de contenido pero eficaces a la hora de convencer para obtener los votos, y se exhibe como un plan intrincado montado sobre esquemas estudiados por entendidos en técnicas de marketing y construcción de imagen.
Existen dos documentos de origen un tanto incierto pero que han popularizado este tema de la manipulación mediática, uno de ellos es el atribuido al lingüista Noam CHOMSKY y el otro se habría filtrado de un documento reservado del GRUPO BILDERBERG (*) (“Decálogo de la Manipulación Mediática” el primero y “Armas silenciosas para guerras tranquilas” el segundo).
Sean o no verídicos estos instrumentos, resulta indiscutible que las estrategias que plantean en sus textos se aplican a diario en la vida cotidiana de la lucha por el poder, y que los medios de comunicación controlados por los grupos económicos del establishment los tienen muy presentes.
En este camino perverso de cooptación de voluntades hacia los electores, el candidato del hoy llamado “Círculo Rojo” (**) Mauricio MACRI ha comenzado el plan “B” camino a la segunda vuelta electoral adoptando una conducta viejísima pero efectiva, esbozada por primera vez por Mayer Amshel ROTHSCHILD y citada en el documento BILDERBERG, que acuñó literalmente la consigna: “Cuando usted asume la apariencia de poder, las personas se lo dan pronto”.
Si se aprecia toda la andanada de machacosos titulares que cada media hora se repiten en los medios masivos de comunicación que responden a los grupos concentrados de la economía que impulsan a ese candidato, pronto se dará Usted cuenta de que lo presentan como ganador y no como lo que ha sido en la primera vuelta, el perdedor por más de tres puntos.
El defectuoso y absurdo baile, los globos, los papelitos, humo de colores y la sonrisa constante no son casualidades de una euforia personal, sino la actuación milimétrica dispuesta por sus asesores con esa finalidad de mostrar hasta el hartazgo que el candidato ya ganó, aunque en los números, como dijimos hasta ahora va perdiendo.
De parte del candidato oficial en tanto, no se ha generado todavía una reacción que pueda contrarrestar esta estrategia que parece muy clara, y con una lentitud exasperante alimenta la otra convicción publicitaria impuesta por los medios de que es un lento.
Y siguiendo la máxima del banquero alemán, de no saber escaparse de este vendaval y con el sólo éxito vocal de haber acunado la convicción social de que él empresario porteño es el “cambio” –palabras vacías si las hay- el triunfalismo mediático podría convertirse en una adhesión masiva, de los ciudadanos habitualmente más apegados al exitismo que a la razón.
Siempre dentro de las reglas publicitarias que mencionamos, las tres semanas próximas hasta el acto eleccionario que definirá la presidencia y vicepresidencias de la Argentina, estarán infestadas de operativos de prensa sin límites éticos ni morales, y solo tendientes a convencer indecisos, ausentes y votos en blanco.
Es una faceta formalmente distinta de la vieja cara del fraude conservador pero en sustancia es lo mismo. Antes se especulaba con la ausencia y secuestro de libretas de los votantes, y hoy se lo hace con el engaño televisivo y los juegos del olvido.
Pero para evitar que se nos manipule con el martilleo publicitario urdido para la distracción, bastará con un simple ejercicio razonable de memoria de la historia reciente para poder tener presente por encima de cualquier estrategia mercantilista, quién es quién en nuestro país, y a quién representa cada uno.
De todos modos los dueños del poder real que aunque nunca lo confesarán, miran con desconfianza el juego y las reglas de la democracia extrañando los días en que hacían sus negocios con un solo dictador, estarán muy tranquilos con cualquier resultado, releyendo otra frase del banquero fundador del imperio ROTSCHILD, que reza: “No importa a quién vote el pueblo, siempre nos votará a nosotros».
(*) Sociedad de elite de políticos, empresarios, banqueros y científicos formada en 1954 por David Rockefeller, considerado en la actualidad cono el poder lobista más influyente a nivel mundial.
(**) Expresión de grupos de poder y económicos que influyen notablemente en la política actual actuando de manera solapada.
El fraude conservador
justo ahora claudicamos con macri?, espero que no… el mundo necesita gobiernos no alineados a ee.uu. para ser multipolar, a futuro nos conviene, yo veo el voto a Scioli estrategico en este momento. Salvo que Scioli me falle.
Macri es incapaz, corrupto y neoliberal.
Saludos.
El fraude conservador
voto a scioli, macri es peor que lo peor del kirchnerismo.
El fraude conservador
La herencia que deja el Kirchnerismo.
Yo hubiera preferido otros candidatos para optar en Noviembre. Aún así, lo bueno que tiene este balotaje es que cualquiera de los dos que gane, voluntaria o involuntariamente pondrá fin a un ciclo cuyo balance ha sido nefasto para la Argentina, y esto lo sabe el Kirchnerismo duro. El Gobierno intuye, además, que si gana Macri, los problemas que se le vienen podrían ser mayores de lo que esperan: hay jueces que de pronto podrían recobrar bríos y tomar en serio las decenas de causas por corrupción estatal que hay en danza; pero aún si Scioli triunfara, no creo que se anime a dejar las cosas como están, primero porque sabe el descalabro económico que hereda y si no hace algo el agua le llegará al cuello, y segundo porque por más cara de tonto que ponga no se olvidará fácilmente del maltrato que sufrió de Cristina y del kirchnerismo fundamentalista en estos últimos cuatro años y tendrá presente que permitieron que vaya él como candidato sólo porque los demás eran unos cuatro de copas que no medían ni para presidente de una sociedad de fomento.
Recuerdo cuando a fines de los ochenta el mundo asistía expectante al desmoronamiento de la Unión Soviética y a su caída estrepitosa junto a los demás países socialistas del Este europeo. El marxismo leninismo mundial, mientras lloraba por esa pérdida, comenzaba a cargar contra lo que ellos consideraban eran los culpables del derrumbe: el imperio con Estados Unidos a la cabeza, la Iglesia y en especial el Papa Juan Pablo II, el capitalismo concentrado, los medios masivos de comunicación de Occidente, el ratón Mickey y Heidi. Salvo el PC italiano, nunca se animaron a hacer una autocrítica profunda por el papel pasivo que asumieron desde que Stalin tomó la manija en la URSS y condicionó las décadas venideras del estado soviético; nunca se animaron a reconocer ante el mundo que el Estalinismo le había hecho más daño a la Revolución mundial que toda la amenaza de la maquinaria bélica de la OTAN.
Con el Kirchnerismo sucede lo mismo (no por nada hemos visto en estos tiempos muchas actitudes estalinistas en ellos): nos dicen que la culpa de estos vientos distintos que empiezan a soplar en la República la tienen Clarín y los medios hegemónicos; la oligarquía y el imperialismo con Obama a la cabeza; los “grupos concentrados de la economía”; los fondos buitre, Lanata y Mirtha Legrand. No aceptan sus propias culpas. Podrían agregar: “yo no me caí, me empujaron”.
Si uno apela a la memoria acerca de lo que fueron estos doce años, es fácil ver cuánto influyeron los desatinos y los excesos cometidos por el Gobierno en la decisión de la gente el 25 de octubre pasado.
Desde el año 2003, en que tomaron el control político del país como ningún presidente lo había hecho desde el retorno de la democracia, la tropa de Néstor y Cristina estuvo conformada por los burócratas del sindicalismo peronista mafioso, los señores feudales de las provincias, los viejos barones del conurbano bonaerense, y por gran parte de los hombres y mujeres de la “Orga” Montoneros que habían sobrevivido al terrorismo de estado; a esta mescolanza que nadie hubiera podido jamás imaginar se sumarían luego algunos sectores del viejo y devastado ERP, del maoísmo y del PC, y por supuesto los jóvenes militantes que llegaron seducidos con empleos en el Estado y a los que los agruparon en La Cámpora. En la misma trinchera, aplaudiendo a El y a Ella, podíamos ver en la tele a Dante Gullo, Horacio Verbitsky, Gildo Insfrán y el intendente de Merlo Raúl Otacehe; a Hugo Yasky y Baradel, cuadros del marxismo leninismo, junto a Antonio Caló, el nuevo jefe de la UOM y a Gerardo Martínez, el capo de la UOCRA; a Hebe Bonafini junto al General Milani, acusado de la desaparición de por lo menos tres militantes populares en los setenta.
El broche de oro fueron las boletas del FPV en las última elecciones para gobernador de la Provincia de Buenos Aires: Martín Sabatella, un tipo formado ideológicamente en “la Fede” y luego un importante cuadro del Partido Comunista, junto a Aníbal Fernández, uno de los barones más pesados del conurbano, formado en la patota del peronismo más fascista, anticomunista veneno en sus años jóvenes, y a quién los bonaerenses acusan hace años de estar vinculado al narcotráfico. No le iba a costar mucho trabajo a María Eugenia Vidal derrotarlos en las urnas: les ganó con la fusta bajo el brazo.
Todos los integrantes de esa tropa –algunos de ellos millonarios-, convertidos en la fuerza vital del proyecto nacional, popular y revolucionario, fueron arengados por los nuevos líderes y lanzados a combatir a la oligarquía, al imperialismo, y a los idiotas útiles de adentro: los productores agropecuarios, grandes o pequeños; la clase media, a la que le aplicaron un descomunal impuesto al salario; la prensa crítica; los trabajadores, que reclamaban más de lo que la prudencia revolucionaria aconsejaba; al sindicalismo alternativo y al Cardenal Bergoglio, que se atrevía a pedir un poco de mesura y concordia y a quién Néstor bautizó como “el jefe de la oposición”.
Para enfrentar a los llamados “medios hegemónicos” crearon una Ley que en teoría iba a democratizar el periodismo, pero lo que único que hizo fue crear un gran aparato de medios incondicionales del Gobierno y financiados con los dineros públicos; nacieron así el Grupo Cristóbal López (C5N, radio Mega, radio la Red, etc.), Grupo Veintitrés, el grupo del Sindicato de Porteros de Edificios, el grupo Pierri, el grupo Electro Ingeniería (radio Continental), el grupo Olmos (canal Crónica), Ämbito Financiero, el Herald de Buenos Aires, y por supuesto dispusieron la utilización sin pudor del Canal 7 del Estado y de Radio Nacional al servicio total de la causa.
En los primeros diez años de gobierno kirchnerista entraron al país decenas de millones de dólares por los altos precios de la soja y una China desarrollada que se encontró de golpe con que tenía que alimentar a millones de sus habitantes; es decir se dieron condiciones especiales del mundo que beneficiaron no solo a la Argentina, sino también a otros países de la región como Brasil, Bolivia, Chile, Perú, Venezuela y México. La soja, que en el 2001 cotizaba en el mercado mundial de cereales a 150 dólares la tonelada comenzó a subir y llegó a 500 dólares en el 2005. Desde comienzos del año pasado las condiciones mundiales variaron drásticamente y entonces descubrimos la verdad.
Sin embargo, pese a todo ese dinero, tras la “década ganada”, tenemos un cuadro lamentable: once millones de pobres; niños que en Salta, Chaco y Formosa como en otras provincias del Norte se mueren por desnutrición; la población aborigen sumergida como siempre en su pozo de miseria, víctima de todas las plagas existentes; la enseñanza pública degradada, con la mitad de los chicos que terminan el secundario y no pueden comprender un texto, o no saben calcular ni conocen de historia; los hospitales públicos sin insumos ni médicos; el sistema energético colapsado tras años de desinversión; con amplias poblaciones del país con graves problemas en el suministro público de agua potable y carencia de cloacas, como nuestro pobre y olvidado norte provincial; la división del país entre elegidos y réprobos según su adhesión o no al modelo (la famosa grieta); el Banco Central sin reservas; el saqueo del ANSES y el PAMI, tomado como si fuera la caja del Gobierno y no el patrimonio de los viejos jubilados que aportaron durante décadas al sistema previsional y de los trabajadores jóvenes que hoy hacen su aporte obligado; los organismos de derechos humanos, cooptados por el aparato y el dinero oficial, que no ven la matanza de los indios qom ni los hospitales que se inauguran y no funcionan, ni se enteran del derrame de cianuro que hace la Barrick Gold.
Este es el país que heredarán Macri o Scioli, este es el país que el Kirchnerismo, tras doce años de impostura y corrupción, les deja a los argentinos.