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domingo, noviembre 24, 2024

5 grandes retos económicos que deberá enfrentar Macri

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El candidato opositor Mauricio Macri, ganador de las elecciones en Argentina, asumirá la presidencia el 10 de diciembre en medio de un difícil panorama económico.

Durante la campaña electoral, el líder de la coalición de centro-derecha Cambiemos propuso una serie de reformas para –según dijo– reactivar la economía del país, que está estancada y aislada de los mercados financieros internacionales.

BBC Mundo te cuenta cuáles son los que enfrentará el próximo mandatario, que venció en la segunda vuelta al oficialista Daniel Scioli.

1. INFLACIÓN

Muchos políticos y analistas consideran que el sostenido aumento de precios desde 2007 es el principal problema económico de Argentina, debido a que afecta a todos los ciudadanos y a todos los sectores económicos, perjudicando sobre todo a los más pobres.

La situación económica de Argentina es el principal tema de campaña. Le contamos qué propone cada candidato.

Un relevamiento de la evolución de precios entre 2003 y 2015 realizado por el sitio de noticias Infobae mostró que muchos alimentos aumentaron su valor en más del 1.000%, y algunos tradicionales como la carne de asado o la yerba mate se encarecieron cerca de un 2.000%.

Los economistas ortodoxos atribuyen el proceso inflacionario a la emisión de dinero por parte del gobierno para cubrir el creciente gasto público, lo que generó una base monetaria récord en 2015, según las cifras del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

En cambio, el gobierno, que mantuvo el gasto alto para fomentar el consumo y aumentó el salario mínimo en casi 3.000% para mantenerlo por encima de la inflación, culpó a la especulación y a la difusión de estadísticas falsas por los aumentos de precios.

Los precios de algunos alimentos aumentaron cerca de 2.000% durante el kirchnerismo, aunque el salario mínimo aumentó por encima.

Para combatir el problema, implementó un programa de precios controlados («Precios cuidados») y multó a las consultoras privadas que publicaron cifras diferentes que la del ente de medición oficial, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que está intervenido por el gobierno desde 2007.

Según el Indec, entre 2007 y 2014 la inflación promedió el 11%, menos de la mitad de lo que estimaron fuentes privadas: 26%.

En 2014, el gobierno aceptó implementar un nuevo sistema de medición de precios luego de recibir una moción de censura del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la credibilidad de sus cifras.

Qué propone Macri:

Reducir la emisión monetaria y el gasto público, que su equipo económico atribuye a «despilfarros» y «corrupción» del kirchnerismo, algo que el oficialismo niega.
El instituto oficial de estadísticas es muy cuestionado desde que fue intervenido por el gobierno en 2007. Ambos candidatos prometen cambiarlo.

Uno de los gastos que buscará recortar Macri son los subsidios a la energía, que representan una pesada carga para el Estado (ver EXCESO DE GASTO PÚBLICO).

Además, dijo que normalizará las estadísticas del Indec y buscará llevar la inflación al 5% en cuatro años.

2. EXCESO DE GASTO PÚBLICO

Argentina tuvo superávit fiscal durante los años de gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), pero con la llegada a la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner el gasto público comenzó a crecer y desde 2009 ha habido déficit, algo que el gobierno atribuyó a la crisis económica internacional.

El déficit creció cada año a pesar de que el gobierno aumentó la presión tributaria hasta niveles récord, por encima del 30%.

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) estimó que, en la primera mitad de 2015, el déficit fiscal ascendió al 4,2% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra que aumenta al 6,2% si no se contabilizan como ingresos las trasferencias del BCRA y otros organismos estatales.

En la última década Argentina incorporó a cerca de 2,5 millones de jubilados que no hicieron aportes previsionales.

Según Idesa, el gasto público tuvo un crecimiento del 39% interanual.

La principal erogación del Estado fueron las jubilaciones, los salarios públicos y los subsidios sociales, tres de los gastos que más aumentó el kirchnerismo, y que representan el 17% del Producto Interno Bruto (PIB).

En 12 años en el poder, el actual gobierno incorporó a unos 2,5 millones de jubilados que no habían hecho aportes, casi duplicó la cantidad de empleados públicos (de 2,3 millones a 4 millones, el 10% de la población) y entregó hasta 18 millones de planes sociales por año a argentinos de bajos recursos.

Otro gran gasto (4% del PIB) fueron los subsidios a la energía y al transporte, que habían sido implementados durante la época de emergencia económica tras la crisis de 2001, y que el gobierno mantuvo, llevando a que las tarifas de gas y electricidad fueran una de las más bajas del mundo.

También hubo gastos muy cuestionados por la oposición, como los de la televisación estatal del fútbol («Fútbol para todos», que sólo en 2014 le costó al Estado más de US$150 millones) y los subsidios a la reestatizada Aerolíneas Argentinas, que insumieron entre US$1 millón y US$2 millones diarios.
Las tarifas eléctricas bajas por los subsidios y el boom del consumo generaron masivos cortes eléctricos en épocas de calor.

Qué propone Macri:

Aunque su partido se opuso a la reestatización de Aerolíneas Argentinas prometió que no la privatizará como había dicho hace un tiempo, aunque sí buscará «hacerla eficiente».

También mantendrá los planes sociales, que se retirarán a medida que se genere más empleo.

Al igual que Scioli, se comprometió a aumentar las jubilaciones y a subir el piso del impuesto a las ganancias, pero anunció una reducción progresiva de los subsidios a la energía y al transporte.

3. ESTANCAMIENTO ECONÓMICO

Tras haber crecido a «tasas chinas» hasta 2007, el PIB de Argentina se desaceleró por la caída de los precios internacionales de las materias primas, sumado a los problemas que enfrentaron muchos sectores económicos debido a políticas de gobierno.

La economía se desaceleró durante los dos gobiernos de Cristina Kirchner.

El atraso cambiario por la decisión oficial de anclar el precio del dólar muy por debajo de su cotización de mercado y las restricciones a las exportaciones e importaciones contribuyeron a la desaceleración económica.

La situación empeoró a partir de 2011, cuando el gobierno impuso límites al acceso de divisas, una medida conocida popularmente como el «cepo al dólar».

Las políticas internas más la devaluación del real en Brasil, el principal socio comercial de Argentina, llevaron a un estancamiento económico a partir de 2011.

La Unión Industrial Argentina (UIA) informó que la industria no creció ni generó empleo en los últimos 4 años.

No obstante, no hubo un aumento del desempleo debido a que creció fuertemente el empleo público.

Scioli anunció que mantendrá la política del gobierno de fomentar el consumo interno.

Qué propone Macri:

Macri dijo que si es elegido levantará el «cepo al dólar» de inmediato.

Sus asesores económicos anticiparon que el efecto será un aumento del dólar oficial, pero negaron que esto llevará a una «mega devaluación» que haga subir la inflación, como advierte Scioli.

El candidato opositor planea aumentar inversiones «recuperando la confianza» y al igual que su rival prometió quitar las retenciones a todos los productos regionales.

4. ESCASAS RESERVAS

Uno de los temas que más preocupa a muchos economistas es el estado de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

El kirchnerismo decidió usar los fondos de la entidad autónoma para pagar los cuantiosos vencimientos de deuda heredados de gobiernos anteriores, algo que causó polémica y llevó a la renuncia del presidente del BCRA.

También se usaron reservas para mantener el gasto público, dinero que muchos especialistas estiman no será devuelto por los organismos estatales que pidieron los préstamos.

Las grandes erogaciones, sumadas al estancamiento de la economía y la falta de inversión externa, hicieron que las reservas internacionales, que se habían cuadruplicado entre 2003 y 2007, se redujeran a niveles que muchos consideran preocupantes.

Mientras que en 2003 estos fondos representaban el 11% del PIB y en 2007 el 17,7%, a fines de 2015 podrían equivaler a menos del 5% del PIB, según los cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), una cifra que sería incluso menor a la de la crisis de 2001.

Las limitaciones del gobierno para acceder al mercado internacional debido al conflicto irresuelto con un grupo de acreedores de bonos soberanos que demandaron con éxito al país (ver CONFLICTO CON LOS «HOLDOUTS»), llevaron a Fernández a adoptar el llamado «cepo al dólar» y otras restricciones comerciales para contener la fuga de divisas en 2011.

El precio futuro del dólar, la principal moneda de reserva, preocupa a muchos argentinos. Asesores de Macri adelantaron que lo aumentarán.

Qué propone Macri:

En conversación con BBC Mundo, afirmó que «nadie sabe cuántas reservas quedan realmente. Papeles (pagarés) hay muchos, dinero hay poco».

«Nadie sabe cuántas reservas quedan realmente (en el Banco Central)»; dijo Macri a BBC Mundo.

Sin embargo, dijo que en Argentina «no hay un problema de dólares» sino de confianza, ya que muchas personas tienen dólares guardados fuera del sistema.

Por eso, la propuesta de Macri es dar una inyección de confianza y reducir la inflación para que los argentinos «vuelvan a pensar en pesos».

5. CONFLICTO CON LOS «HOLDOUTS»

Tras la histórica cesación de pagos de la deuda externa en 2001 –entonces el mayor default del mundo- el kirchnerismo logró reestructurar cerca del 93% de lo adeudado a través de dos exitosos canjes de deuda, en 2005 y 2010.

Sin embargo, no pudo llegar a un acuerdo con los restantes 7%, conocidos como los holdouts.

Griesa, el juez de Nueva York que puso a Argentina contra las cuerdas al validar el reclamo de los holdouts.

Un grupo de ellos –fondos de inversión que Argentina llama «fondos buitre»- demandaron al país ante la justicia de EE.UU. y en 2012, el juez de Nueva York Thomas Griesa les dio la razón, frenando los pagos de la deuda argentina hasta que no se pagara también a estos fondos.

Si bien el dinero reclamado ascendía a unos US$1.500 millones, el gobierno estimó que de pagarle a los fondos eventualmente recibiría el mismo reclamo de parte de todos los holdouts, lo que podría llevar la cuenta a más de US$20.000 millones.

La decisión de la presidenta Fernández de no acatar el fallo de Griesa llevó al país a una nueva declaración de default a mediados de 2014.
Los dos candidatos a la presidencia dijeron que negociarán con los «fondos buitre» para tener acceso a la financiación externa.

La pelea con los holdouts dejó a Argentina fuera del mercado internacional de capitales, agravando los problemas económicos del país.

Qué propone Macri:

El presidente electo prometió solucionar ese conflicto, aunque aún no especificó cómo.

– BBC Mundo

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