Salta no adherirá al cambio de horario. Así lo anunció ayer al mediodía el gobernador Juan Manuel Urtubey señalando que si bien se trabaja en un mismo proyecto de país con el Gobierno Nacional y en un primer momento se pensó en acompañar la medida, se entendió la necesidad de realizar un análisis técnico que determine los efectos que tendría el cambio, de acuerdo a las características geográficas y de ubicación de nuestra provincia.
El cambio del huso horario fue previsto por el Ejecutivo Nacional para el domingo 19 de octubre.
El gobernador explicó que “el estudio de consumo de energía determinó que no es conveniente este cambio porque Salta está ubicada al Oeste de los grandes centros urbanos del país, con lo cual repercutirá de modo no beneficioso para nuestra sociedad”, señaló el gobernador Urtubey.
“Desde el Gobierno no podemos dejar de escuchar los planteos de la gente, sobre todo viendo las características geográficas de nuestra región. Es por eso que tomamos la decisión de continuar con el horario actual, sin adherir a la iniciativa nacional”, concluyó el mandatario salteño.
La medida adhiere a la Ley provincial Nº 6.607, la cual expresa que: “La hora oficial en toda la Provincia de Salta, a partir de la promulgación de la señalada ley, será la que corresponde al huso horario de tres horas al Oeste del Meridiano de Greenwich”.
Con esta disposición Salta se suma a lo dispuesto por las autoridades de San Luis, San Juan, La Rioja, Catamarca y Mendoza, provincias que se ubican al Oeste del país y que geográficamente les corresponde el huso horario de tres horas al Oeste del Meridiano de Greenwich.
En Salta no cambia ni el horario
Me parece correcto la desición del gobierno de la provincia, ya que se opta por el horario mas real. De ordinario tenemos una hora de diferencia. Optar por el cambio de hora es vivir una situación artificial que lastima nuestro cuerpo biológico en primera instancia.
Países grandes como EEUU tienen hora del Este y Hora del Oeste, y se manejan bien, pues responde a dos husos horarios diferentes.
Y como siempre, la única verdad es la realidad
René Albarez