Vecinos de la Ciudad de Salto afirman que la Madre Inés Aparicio perteneció al movimiento guerrillero Tupamaros en su pasado. En la ciudad de Salto, provincia de Buenos Aires, se vive como en todas las ciudades pequeñas, todos se conocen. Las noticias nacionales cuando tocan a un miembro de su comunidad se hacen oír.
Desde el día del descubrimiento de los hechos que llevaron a José Francisco López a la cárcel, mucho se habló del convento, de las monjas, de la Madre Alba y de la Madre Inés Aparicio, llamada hoy a indagatoria después que fuera vista en las filmaciones acarreando bolsos con dinero al interior de convento. Convento que sabemos hoy por un documento publicado en todos los medios que el mismo ex Ministro de Planificación Julio De Vido y su secretario de Estado, José López, habilitaron el dinero para su ampliación.
Antes de meternos de lleno con Inés Aparicio, cabe señalar que este portal estuvo en contacto con otra hermana de la congregación de las Carmelitas Descalzas, María Luz, desde esa mañana en que todos nos enterábamos del episodio del revoleo de bolsos. Esta hermana dijo “ahí siempre iban funcionarios, yo me fui, a otro convento, pero siempre los veía”. María Luz se fue, y nunca más volvió al convento. Sólo volvió a hablar por la sorpresa que le provocaron las imágenes de esa mañana de junio.
Otra hermana de clausura consagrada, con la que también se comunicó este portal, y de la que preservaremos su nombre porque ya no pertenece a la congregación de las Carmelitas, y tiene una vida de familia porque dejó los hábitos. Ella contó que estuvo 12 años en el convento de Fátima de General Rodríguez, luego fue trasladada a otro convento y volvió después del 2007, no precisa fecha, pero acabó retirándose definitivamente porque “no me gustó lo que veía, venía gente rara y armada”. Estas historias abren un interrogante sobre la negación que hoy hacen los medios de que las monjas no son monjas, al menos algunas. Respecto de la superiora, Madre Alba, hace poco se dijo que habría sido consagrada por Benedicto XVI, y al no haber una comunicación oficial de la Iglesia respecto de la condición de estas monjas, las conjeturas crecen sin cesar. Sabemos que al menos dos, sí eran monjas, o ellas creían serlo.
Desde la ciudad de Salto, recibimos la noticia más inesperada y es sobre la falsa monja, eso creemos, Inés Aparicio, oriunda de esa ciudad. De la que desapareció por muchos años durante los sesenta y setenta, porque como toda la ciudad sabe, se incorporó a la organización guerrillera TUPAMAROS en Uruguay, donde según pudimos saber, realizaba tareas de inteligencia. Tupamaros fue el movimiento guerrillero del vecino país, Uruguay, que luego de la lucha armada clandestina, sufrieron un proceso de metamorfosis y se incorporaron a la vida política de su país, de hecho José Pepe Mujica y su mujer, proceden de él. Lucharon entre 1962 y 1972, luego vino el exilio, hasta que en el 85 ingresan a la arena política.
La vecina que se comunicó con este portal afirma que Aparicio después del 2003, año en que los Kirchner llegaron al poder, comenzó a frecuentar gente de ese fuerza política y llegó al monasterio. La ciudad y sus familiares se enteraron por los medios nacionales de la participación como Madre Inés en el episodio que llevó a su indagatoria, y a la previa detención de José López. Su antecedente de amistad con funcionarios k y haber pertenecido a Tupamaros. Además, otros 4 vecinos confirman el pasado guerrillero de Aparicio, que no quisieron identificarse porque son personas mayores y tienen temor a la exposición pública.
Después comenzó a frecuentar nuevamente la ciudad, a visitar a su sobrino, que pudimos saber se apellida Giraldes. Siempre según la fuente consignada, una vecina de Salto, maestra y directora de escuela, contemporánea a Inés Aparicio.
El kirchnerismo, como sabemos, hizo suya la bandera de los derechos humanos, y tuvo en sus filas ex Montoneros, ex ERP y también ex tupamaros, miembros de las FARC por quienes fueron asesorados. Por solo nombrar algunos, Carlos Kunkel, Nilda Garre, Eduardo Luis Duhalde, Julio Cesar Uriel, Rafael Bielsa, Jorge Taiana entre otros tantos. Siguiendo la lógica de la juventud maravillosa, ¿por qué no reclutar a una tupamara y vestirla de monja?. El antecedente de Jose Luis Neil, nacido en el barrio porteño de Flores en 1940, es el más contundente de la participación de argentinos en el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Debido a la clandestinidad de estos movimientos, tanto en Argentina como en Uruguay, es difícil encontrar a Aparicio entre ellos, pero su vecina lo afirma de manera contundente.
Esta historia no hace más que sumar perturbación a la tragicomedia de enredos que es el convento, sobre el cuál se recibe micro información todo el tiempo, y que servirá tal vez para ir atando cabos, de cómo fue el entramado de robo de un gobierno que no dejó nada por contaminar, ni siquiera los sagrados hábitos eclesiales.
– Por Alicia Panero
Radio Miami