Un hombre circula por las calles con su cámara, lo ves en el teatro, en los eventos populares, en las obras de teatro, en los conciertos, en las presentaciones de libros, en encuentros, en el cine y también en sus propias exposiciones. Isidoro Zang es un artista de la vida.
Sus postales, sus tomas, su fotografías y sus escritos, ya forman parte del paisaje urbano de Salta Capital. “La mejor foto es la próxima -le dice a Salta 21-la que voy a tomar”.
Y sonríe, humilde, sin sobresaltos, con ese humor que lo caracteriza. Trabajador, esforzado, va por la vida cámara en mano como un personaje de Aparicio; solitario, entre sus acentos y su mirada soñadora.
Me pregunto cuál sería su mejor retrato, estoy segura que una lágrima de cristal sería semejante a este artista. O quizá, una pared que contenga un poema y una mancha, un símbolo de eternidad en el rostro de la ciudad que ama…
Isidoro Zang nació el 15 de agosto en Capital Federal, allá por el año 1945. Hace 34 años, desde que se radicó en Salta, que hace fotografías.
Para Isidoro, “hacer fotografía es vivir”. Y eso se nota en su diario trajín, cámara en mano, sonriente. A veces, al terminar el día, sigue con su trabajo. Y tiene algo divertido para decirte. Todos lo conocen -en el medio cultural- y muchos lo reclaman. Quien le ha pedido una foto alguna vez, sabe que además, está la sutil mirada de un ojo crítico, mezcla de poesía, talento y urbanidad. No pincela, sabe capturar lo esencial.
“Quizá tengo afecto por ciertas fotos que me hayan proporcionado algún logro alguna vez”- comenta.
“No puedo pensar en la vida, en mi vida sin arte, sin cultura. No me veo jugando al Rugby”.
Zang tiene una familia hermosa, su esposa y tres hijos: dos varones y una mujer. Su mujer es una apasionada de la Sinfónica, le gusta la música clásica.
Para Isidoro el dinero significa una posibilidad para viajar, para conocer, para hablar con la gente de otras culturas. “No tendría dinero para la 4 x 4 o una finca en lo alto del Cerro San Bernardo”- dice con ironía, tampoco viajaría para ir de shopping”.
De su propio trabajo expresa: “no sirvo para fotografiar paisajes aunque hago paisajes urbanos. En cuanto a lo que más me gusta fotografiar es la cosa cotidiana que tenga algo de ironía… y los retratos”.
Recientemente, se estrenó la película de Alejandro Arroz “Luz de invierno” de la que Isidoro Zang forma parte del elenco.
El año pasado presentó en la Sala de Exposiciones de la Casa de La Cultura la muestra denominada “Dormitorios” -una recopilación de 26 fotografías realizadas durante el 2005 y el 2006-.»Si tuviera que elegir uno de los dormitorios retratados me quedo con el del poeta Jesús Ramón Vera. Entre los más exóticos señalaría el de Susana Nuñez y entre los más exquisitos el de Miriam Dagum«, comenta. La muestra me pareció original y cuidada.
Entre uno de los festivales en los que representó a Salta se puede mencionar el “Festival de la luz 2004” -importante evento en el que participaron fotógrafos de todo el país. Además, el año pasado presentó en La Fundación una muestra de fotografías sobre obras de teatro salteñas: una verdadera y desfachatada manera de ver el arte, sencillamente prodigiosa.
Hace muy poco tiempo, editó en una especie de tarjeta- postal, los poemas denominados “Cuando”, con ilustración de Laura Messing.
Cuando
el frío de mis huesos
se hermane
con el frío de la casa
otras juventudes
avanzarán
sobre la mía.
Todos los días/ a la misma hora/ por la misma calle/avanza una encorvada figura/no produce sombras/las sombras están/en los ojos.
Este grito de Isidoro Zang desde el alma, me pareció sustentarse en esa idea de un lirismo yoico que presiente su cansancio, su paso del tiempo. Tan humano como potente, este “yo” poético me ha llevado a la sombra de la vida para contemplar el paso de los años, acechante.
Esa sombra encorvada jamás será un aliento sin respuesta; la verdad de su cuerpo está en sus ojos. Una metáfora rica hallada desde el artista que supo expresar la síntesis de su melodiosa caminata.
He hallado entre las páginas de la web, otro poema que quiero acercar al lector: “Brumosa mujer”
Necesito / rodear tu cintura / Necesito / hundirme en tu sexo / sin sexo / Necesito / sentir tu alarido: / Urgente te necesito / bella Buenos Aires
Este es el pasaje urbano retratado desde la escritura. Poesía y fotografías se unen en el artista tal y como su concepción sobre la visión de sus postales. Prefiero hablar de postales, quizá retazos de urbanidad, quizás fragmentos de existencia…
Entre el hombre y su trabajo no hay una brecha, hay una sutil simbiosis que dibuja un aroma de nostalgia existencial, tal vez, simplificada en esta nota.
-(las postales de tapa y cierre son trabajos del artista)
Isidoro Zang, fotografía y poesía de luces… y sombras
Isidoro Zang es un artista de la fotografía, excelente el artículo