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domingo, noviembre 24, 2024

Microplásticos en el agua potable y algunos alimentos

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Estamos viviendo en la “Edad del Plástico” y hasta el agua potable que usamos para beber y cocinar está contaminada con fibras y trazas de plástico microscópicas.

Si el plástico microscópico está en los océanos, lagos y ríos, te preguntaste ¿está también en el agua potable?, la respuesta es .

Los microplásticos – los fragmentos de plásticos, las microesferas y las fibra son diminutas, la mayoría incoloras e imperceptibles al paladar humano – no solamente están sofocando los océanos; han infestado el agua potable del mundo. Ésta es la conclusión de un nuevo estudio que analizó 159 muestras tomadas en distintos países de cinco continentes.

Los microplásticos que provienen de botellas y bolsas en descomposición, ropa e incluso algunos productos cosméticos, absorben contaminantes ya presentes en el agua, como el DDT, los hidrocarburos poliaromáticos (HAP) y los bifenilos policlorados (PCB).

La contaminación no distingue entre naciones ricas y pobres, señalaron los investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York y la Universidad de Minnesota, quienes participaron en el estudio comisionado por Orb Media, una organización sin fines de lucro en Washington DC, EE.UU.

De todas las muestras recabadas, el 83% contenía microplásticos. Mujeres, hombres, niños, y bebés estamos consumiendo plástico en cada vaso con agua que bebemos. Si una persona bebe dos litros de agua al día, esta ingiere ocho fibras de plástico, el equivalente a más de 2.900 al año.

El país con el índice más elevado con microplásticos fue Estados Unidos con un 94%, donde se tomaron muestras en el Capitolio y la sede central de la Agencia de Protección Ambiental en Washington DC, entre otros.

Líbano (93,8%) e India (82,4%) son los países que siguen en la lista. Las muestras también ofrecen índices para Ecuador, con un 79,2%, Indonesia 76,2 %, México 75% y Europa (72,2%).

A diferencia de otros estudios que se centran en las presencia de microplásticos en el océano y cómo estos pueden ingresar a la cadena alimentaria a través de los peces o moluscos que consumimos, (una porción de 225 gramos de mejillones supone tomar 7 microgramos de plásticos), este revela la extensión de la contaminación por plásticos en el ambiente global.

Y si los microplásticos están presentes en el agua potable, esto significa que, con toda probabilidad, se encuentran en muchos de los alimentos que consumimos y que están preparados con agua, como el pan, la sopa, la pasta, las gaseosas, el café o la leche de fórmula para los bebés, dicen los autores del estudio.

“Dado que se trata de la primera investigación global sobre la contaminación por plástico en el agua potable, los resultados de este estudio sirven como un panorama inicial de las consecuencias del uso y la eliminación del plástico, más que como una evaluación extensa sobre la contaminación global de plástico”, dijo la Dra. en Química Sherri Mason, pionera en la investigación del tema y supervisor del estudio de Orb.

Origen

No se sabe con certeza cómo llegaron estas fibras contaminantes al agua de las canillas, pero un lugar de procedencia evidente es la atmósfera, que contiene fibras que se desprenden por el uso de la ropa sintética y de las alfombras.

También ingresan al sistema de cloacas a partir de los lavados de ropa -según un estudio reciente, cada ciclo de lavado en una lavadora puede liberar al medioambiente 700.000 fibras- y a partir de la fragmentación de trozos de plástico más grandes, que en su mayoría no son biodegradables. Tampoco se sabe qué implicaciones puede tener para la salud humana. Algunos estudios demuestran que las partículas de tamaño pequeño pueden migrar a través de la pared intestinal y llegar a los ganglios linfáticos y a otros órganos corporales.

“Tenemos suficiente data de estudios sobre el impacto que producen en la vida silvestre como para estar preocupados”, aseguró Mason y agregó, “Si tiene un impacto en los animales, ¿cómo vamos a pensar que no va a tener un impacto en nosotros?”

Agua embotellada

Otro dato que arrojó el estudio es que el problema no se ciñe solo al agua corriente: también se hallaron microplásticos en muestras de agua embotellada de EE.UU.

Cada año se producen cerca de 300 millones de toneladas de plástico, de los cuales sólo se reciclan o incineran el 20%.

El resto acaba en el aire, la tierra o el mar.

De acuerdo a un estudio reciente, desde los años 50 se han producido en todo el mundo más de 8.300 millones de toneladas de plástico.

Conclusión

No sabemos cuál es el impacto en la salud y, por ese motivo, deberíamos seguir el principio de precaución y poner toda nuestra energía en esto ahora, inmediatamente, para que podamos saber cuáles son los verdaderos riesgos dijo la Dra. Anne Marie Mahon, del Instituto de Tecnología Galway-Mayo, a cargo de esa investigación.

En nuestro país necesitamos una Ley de aguas y alimentos sin microplásticos; que ponga fin a la fabricación de microesferas y a la venta y distribución de productos que las contenga.

– Imagen de portada: Microplásticos y microesferas

– Fuente: ORB/AAPN

– El autor es Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN –
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la IUCN-
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –

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