Cerró la primera parte, llena de estrenos locales, los diez minutos dedicados a la sección de percusión de la OSS con pentagramas escritos por el percusionista hawaiano Matthew Cadirao. La segunda parte estuvo dedicada a las expresiones nacionalistas del checo D’Vorak con dos serenatas, una con dos solistas: violonchelo y contrabajo.
Salta, jueves 19 de julio de 2018. Teatro Provincial. Cuatro preludios (*) op.16 para arpa y piano de Marcel Tournier (1879-1951). Canzon primi toni (*) de Giovanni Gabrieli (1557-1612). Danzas de las Tormentas (*) de Matthew Cadirao (1987). Serenata para vientos, violonchelo y contrabajo en re menor op. 44 y Serenata para cuerdas en mi mayor op. 22, ambas de Antonin D’Vorak (1841-1904). Diferentes grupos de la Orquesta Sinfónica de Salta: Carolina Varvará (arpa), Javier Anderlini (piano), Pablo Ahumada, Dimitar Diamandev y Federico Guardia (cornos), Rubén Albano y Anna Karin Anderson (trompetas), Patricio Bracamonte, Nicolás Iglesias y Jaime Segovia (trombones), Christian Rios Saavedra (tuba), Martín Bonilla y nueve músicos titulares e invitados (percusión), Emilio Lépez y Saro Danielian (oboes), Eugenio Tiburcio y Fernando Jimenez (clarinetes), Antonio Aray y Luis Flexer (fagotes), Romina Granata ( violonchelo), Sebastian Contópulos (contrabajo), Viktor Muradov (violín), Inga Iordanishvili (violín) y cuerdas. Programa “La Orquesta Sin Director”. (*) Estreno en Salta. Aforo 70%.
Hace muy poco tuve el honor de brindar, para la Asociación Dante Alighieri y la Sociedad Italiana, una conferencia titulada “Lo que no se sabe de la música” dando ejemplos también de la diferencia que existe entre el conductor que solo marca el tempo y el director que busca un lenguaje musical determinado. En ella hablaba de lo que el maestro Zur dice en el programa de mano de esta noche refiriéndose al músico de cámara mencionando los beneficios que trae al grupo instrumental, la práctica de aquella. Para eso dividió el plantel orquestal en pequeños grupos y eligió un repertorio mezclando música no conocida en nuestra tierra con obras que ya han sido ejecutadas en otros momentos de la vida de la OSS. Veamos.
El concierto comenzó con Cuatro preludios op. 16 del arpista y pedagogo francés Marcel Lucien Tournier para arpa y piano. Son breves pero no menos bellos sobre todo el tercero con notorias referencias románticas en una no fácil combinación tímbrica. Luego vino un interesante arreglo de Robert King, músico británico especialista en música de fines del renacimiento y la etapa barroca, de una página compuesta por el veneciano Giovanni Gabrieli de bello carácter procesional como si hubiera sido destinada a jerarquizar el ingreso de las autoridades eclesiásticas en la famosa Basílica de San Marco frente a la plaza del mismo nombre en su ciudad natal. La tonalidad en la música occidental tiene enorme importancia y estos breves compases para grupo de metales, enfrentados atento a la conformación edilicia de la mencionada basílica produce ese efecto pomposo y destacable. Cerró la primera parte, llena de estrenos locales, los diez minutos dedicados a la sección de percusión de la OSS con pentagramas escritos por el percusionista hawaiano Matthew Cadirao. No es la percusión que acostumbramos a escuchar como parte de una obra sinfónica sino que en este caso es la exposición de las infinitas posibilidades rítmicas de instrumentos tales como vibráfonos, campanas, címbalos, gongs etc. que de por si constituyen una fuerte atracción visual y una colorida sonoridad.
La segunda parte estuvo dedicada a las expresiones nacionalistas del checo D’Vorak con dos serenatas, una con dos solistas: violonchelo y contrabajo acompañados de integrantes de la sección maderas mas dos cornos dedicados a traer danzas populares de su patria como la dumka, la polka o la sousedska, y la otra la prolongada y famosa serenata de claro idioma eslavo que escribiera el autor para las cuerdas de una orquesta sinfónica. Hasta aquí la única observación estuvo radicada en el aspecto sonoro. El dúo de piano y arpa del inicio tuvo un leve desequilibrio auditivo entre ambos instrumentos con desmedro de la segunda y la colocación, al menos para mí y mi ubicación, de los dos solistas de la primer serenata de D’Vorak que me parece debían colocarse mas adelante. En medio del ripieno acompañante. Son las conocidas traiciones que a veces ofrece nuestro teatro.
El final, fue el bis basado en el formidable arreglo que el ejecutante de viola Germán Duarte de la OSS, hiciera del tema Primavera Porteña, una de las cuatro estaciones escritas por el notable Astor Piazzolla (1921-1992). El vigoroso desarrollo pensado para la página, llega a su término con una nostálgica extinción adecuada para la despedida de los músicos escuchados.
Fin de semana con el cierre de un Curso de Música de Cámara
Ignoro si el curso de música de cámara a cuyo cierre asistí dos días después, fue planificado acorde con el concierto comentado precedentemente. Pero haya sido así o no, resultó completamente adecuado. La directora del Departamento de Música de Cámara de la Provincia Maria Fernanda Bruno, felizmente recuperada de un prolongado problema de salud, agradeció a las profesoras que dictaron el curso Cecilia Ulloque (flauta), Inga Iordanishnivili (violín) y Romina Granata (violonchelo) al que asistieron alumnos de Argentina y Bolivia.
En la sala superior de la Fundación Salta, las profesoras iniciaron el concierto final con el trío London nº 1 en Do mayor de Franz Joseph Haydn para luego transitar por obras de Lasala, Haydn y Beethoven a cargo de los alumnos participantes. La participación de músicos de la Orquesta de Salta -recordemos que Ulloque fue la brillante flauta solista y una de sus integrantes fundadores de la Sinfónica local – es verdaderamente un aporte al desarrollo de la música en nuestra provincia y abre la puerta de la esperanza que de esa espontánea escuela, surjan futuros integrantes del organismo mayor.
