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miércoles, abril 24, 2024

Doce años esclavo, atroz brutalidad contra “el negro”

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La película está basada en el libro homónimo de Solomon Northup, hombre de color que pasó un periplo aterrador: de hombre libre a esclavo quien finalmente recupera su vida en New York, donde era feliz con su familia a mediados del S. XIX.

Solomon Northup, interpretado de manera excelente por Chiwetel Ejiofor, fue secuestrado en 1841 y vendido como esclavo en diferentes plantaciones donde atravesó escalofriantes penurias por un lapso de 12 años. El actor está nominado al Oscar como protagonista y recibió el elogio de la crítica desde el estreno mundial del film. A los 36 años de edad, Ejiofor, es el actor más joven nominado, visto como un gran candidato al premio y quien tiene un enorme desafío ya que compite con actores de la talla de Leonardo DiCaprio o Christian Bale, además de Bruce Dern y Matthew McConaughey.

El modo en que el director Steve Mcqueen, otro nominado al Oscar, arma las escenas, hace que el film tenga un plus de secuencias reconstructivas que van de atrás hacia adelante y viceversa. Twelve Years a Slave es una película impactante de una historia que ya se vio anteriormente en el cine (1984) pero que esta vez ahonda en los padecimientos de la gente de color. La animalización del hombre negro ocupa el centro de la mirada que nos permite percibir el dolor, la angustia y la agonía de esta gente de una parte de EE.UU. Resulta absolutamente despreciable el trato bestial que sufrían los negros, los que se muestran expuestos en su dignidad, humillados y condenados a las aberraciones de sus amos blancos. La libidinosidad hacia las mujeres que eran poco menos que mulas, serviles y destinadas al trabajo y a la satisfacción sexual de sus dueños, agobia por completo, y la crudeza termina por imponerse a cualquier intento de pensar que eso ya pasó. Creo que en el siglo XXI hay historias que se repiten a través de Patsey, una negra frecuentemente violada por quien dice ser su propietario. La trata de personas, la esclavitud sexual, son temas no agotados aún hoy, por lo que las Patseys y los Solomons existen todavía, lamentablemente, con otros matices y en diferentes contextos históricos.

Hablamos de tal salvajismo, que Michael Fassbender, el actor que interpreta a uno de los patrones abusadores, se desmayó durante una secuencia en la que tenía que simular una violación a la actriz Lupita Nyong’o, quien hizo el papel de Patsey y está nominada al Oscar como actriz de reparto.

El productor de la cinta es Brad Pitt, quien realiza una breve aparición en la historia con la interpretación de Samuel Bass. A pesar de su corta intervención, tiene en sus manos un rol muy importante dentro de la vida de Solomon y su actuación es efectiva.

El drama histórico del protagonista es inigualable. Muy bien dirigida, con un excelente montaje (Joe Walker), con bellas actuaciones sostenidas por un pasado verídico realmente estremecedor. A pesar de todo eso, el film asegura previsibilidad en el desenlace, que no le quita fuerza porque la sorpresa está en su mismo devenir. Pero es como que si hubiésemos visto de antemano la imagen del cuadro final. Si bien se asemeja a otras historias de esclavos de color en lo que a humillación y padecimiento respecta, la exposición del ser humano en la pérdida de su dignidad resulta brutal. Sin medias tintas, el film carga sobre las espaldas de los negros las abominables marcas del horror.

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