Una carta de lectores publicada el miércoles 14 de enero en la versión en papel del diario El Tribuno da una pista que quizá sea una clave para entender las tropelías e ineptitudes de nuestros gobernadores. Dice que Urtubey y Romero son «odiólogos»
La carta defiende la enseñanza de la religión católica en las escuelas de la provincia de Salta. En ella se hace una insólita y quizá reveladora reinterpretación del espíritu del catolicismo, que, a contrapelo de lo que nos enseñaron en el catecismo, parece que no se basa en el amor sino en el odio.
Ese odio (suponemos que hacia los que no son católicos, es decir: judíos, ateos, mahometanos y budistas) es el que habría sido inculcado por la enseñanza escolar de la religión católica en los ciudadanos salteños en general, y -en especial- en las mentes de nuestros gobernadores Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey
Esa formación tan destacada en la odiología (o sea en la práctica del odio?) se la habría proporcionado a Romero y Urtubey una situación de privilegio: fueron educados en colegios privados. De allí esa capacidad que ellos tienen para el odio.
La insólita opinión de un enigmático lector sólo identificado de este modo: Maestro Mayor de Obras J.C. DNI 8.049.192, es la siguiente:
Sí a la Religión Católica
Sí a la religión Católica en las escuelas públicas, así nació nuestra querida Argentina, así también lo demuestra nuestra Constitución Nacional y funcionarios, puesto que al asumir los cargos juran antes (sic) Dios y ante los Santos Evangelios. Esto obedece a una costumbre y a la creación de nuestros próceres, los propios creadores de la Constitución, como Juan Bautista Alberdi.
Si hombres como él, tan sabios en sus pensamientos, adoptaron a Dios como base y principio de todas las cosas, es hora que en las escuelas públicas también se acepte a El como fuente de toda Sabiduría. De esta manera, volvamos aquellos (sic) tiempos donde no había tanta delincuencia, drogadicción, parricidios, etc., donde a la maestra se la respetaba y se le decía «señorita» porque realmente lo era, hasta la caligrafía era de imitar, era verdaderos (sic) ejemplos para los educandos.
Hoy el ejemplo que les dan los docentes es «quemar gomas». Perjudicar a los propios alumnos con paros, ése es el paradigma que toman y que por supuesto lo aplican a su modo de vivir, de ahí la gran cantidad de delitos, jóvenes y hasta niños delincuentes, peor será aún si la educación religiosa, la que obligatoriamente debe estar en el plan de estudio, no se la impone, pues quien no pertenezca al Catolicismo, no la toma, pero que no perjudique a otras personas que están sedientas de tal enseñanza.
Si se lee completamente el texto de la Constitución Nacional, más aún la Provincia (sic), y no sólo el art. 2, veremos que es cierto, no se impone el catolicismo, pero es la religión oficial que cuenta con todo el apoyo de las autoridades. Es verdad, que Dios es una cuestión de fe, pero si los «maestros» no explican lo que ello significa, ¿cómo sabrán lo que es?, no hay que cargarlos con toda esta responsabilidad a los padres, menos en estos tiempos, ya que para eso está la escuela que supuestamente cuenta con personal capacitado para ellos (sic).
La mayoría de los colegios privados son privilegiados, puesto que adoptan tal odiología * (¡sic!), prueba de ellos (sic) es la capacidad de grandes funcionarios como nuestro gobernador, ex gobernador y actual senador.
A los docentes; en vez de luchar por el mal llamado «libre culto», ¿porqué (sic) no luchan por una Argentina mejor, a través de la educación? Sobre todo empezando con una autocrítica profesional.
Maestro Mayor
de Obras J. C.
DNI 8.049.192
* NdR: el término «odiología» no está en negrita en la publicación original. A la palabra la remarcamos nosotros para destacarla como clave para la interpretación del texto. Este revela las convicciones más profundas de nuestros gobernadores y pone de manifiesto la extraordinaria libertad de expresión del diario que la publica, en tanto la carta denuncia que su propietario, Juan Carlos Romero, profesa la ideología del odio.