En las vísperas del proceso electoral del corriente año en el que el oficialismo macrista va por la relección del improvisado ingeniero presidente, ya han inundado las pantallas de televisión los spots de campaña.
La estrategia a seguir en este caso no difiere de las ya conocidas facetas del inefable Jaime DURÁN BARBA, que ha impuesto el sistema publicitario de frases cortas, efectistas, de fácil memorización por el público pero cuyo contenido, a poco que se analice, resulta ser o de vació, o de falsedad.
Al abrir las sesiones ordinarias del 137º periodo de sesiones ordinarias del Congreso Nacional en marzo de 2019, el presidente MACRI hizo gala de un supuesto aumento porcentual en la obra pública, pretendiendo justificar los incrementos de los índices de pobreza aduciendo que ahora en realidad, con menos ingresos, viven mejor, como quiera que esto se pueda interpretar.
Al mes siguiente en uno de los programas adictos a la publicidad y al canto de sirenas oficialista (Canal 9, Viviana Canosa – 23 de Abril), llegó a decir que a él –supuestamente- le angustia la pobreza de la gente, pero que ahora tienen asfalto y cloacas y que ante convivían con la mierda (literal).
El exabrupto en televisión del primer mandatario quiso tener un efecto de choque, del cual habría que deducir que si no les alcanza para comer no importa; más importante es tener –teóricamente ahora- cloacas, que sin duda es una obra de infraestructura muy importante para cualquier familia.
Ese ensayo publicitario se ha trasladado ahora al spot de campaña que mencionamos antes, y reiterada y cansinamente debemos escuchar en radio y televisión que la presidencia de la nación –no los ciudadanos con el esfuerzo de sus impuestos, sino el presidente solito- ha llevado cloacas a donde nunca antes hubo, y agua corriente a barrios que no la tenían.
La grabación quiere impone una zoncera mayúscula, y si no se realiza un mínimo análisis de lo absurdo del texto, corremos el riesgo de admitir que nuestros gobernantes en realidad elaboran una publicidad pensando que estás dirigida a un montón de imbéciles.
La repasemos otra vez: hemos llevado cloacas a donde nunca antes hubo, y agua corriente a barrios que no la tenían. No me digas¡ Lindo hubiera sido que llevaran cloacas a donde ya había, hubieran sacado las anteriores y hubieran puesto nuevas, o que hubieran llevado otra línea de agua corriente paralela a la anterior ya instalada.
Pero la zoncera de la propaganda oficial encubre además una falsedad, que se demuestra con el simple y lineal cotejo de datos macroeconómicos, porque en el periodo gubernamental anterior el promedio de instalaciones anuales de agua y cloacas fue de 43.151 y en el de esta gestión fue de 33.404, es decir casi el 23% menos.
Por eso la frase remanida de que durante setenta años no se hicieron cloacas es casi una temeridad. A María Eugenia VIDAL las siete décadas le parecieron poco, y tiene en boca a diario que en realidad hace ochenta años que no se hacían obras, y que ahora aunque haya aumentado la pobreza, la genta no se va a enfermar. Increíble.
Tanto MACRI como VIDAL mienten, porque el incremento en la obra pública en esos dos segmentos en la gestión anterior desde 2010 a 2015 fue del 83% al 87%, es decir 0,8 puntos por año; y en el periodo 2015 a 2018 ha sido hasta el momento, partiendo desde ese 87% anterior, con un incremento del 1,6%, es decir el 0,5% más por año, lo que marca una disminución en la inversión de obras del 37% menos.
Por eso es muy importante, diríamos vital, que de una vez por todas los ciudadanos de este maravilloso país abandonemos la costumbre de asimilar sin análisis ese tipo de publicidades, programadas para disfrazar la realidad, y para engañar o convencer con mentiras.
Es nuestro deber para poder progresar y superar nuestras limitaciones y esas zonceras enquistadas, tener memoria, informarnos con conciencia y con interés verdadero, y no quedarnos en la comodidad de terminar creyendo que el futuro del país se construye con frases hechas y estadísticas falsas.