La delegada del Instituto Nacional del Teatro, Cristina Idiarte, coordina y prepara en un evento, las recordaciones por el Día de la Memoria y el Día Internacional del Teatro para unirlas en una misma fecha, al tiempo que se realizará un homenaje al Teatro Abierto. El INT invitó a los artistas de teatro a sumarse a estas celebraciones.
Tal es así, que el día 22 de marzo a las 20 hs. en la Sala Walter Adet – ex Sala Mecano- de la Casa de la Cultura se proyectará el documental ¨Teatro Abierto País Cerrado¨ de Arturo Balassa, quien llegará a Salta para compartir las actividades que se llevarán a cabo con el teatro. «Estará ese día Balassa para responder preguntas y contar su experiencia con Teatro Abierto»- dice la delegada del INT.
El 24 es el Día de la Memoria y el 27 es el Día Internacional del Teatro, por lo que se espera que el día 27 de marzo se unan estas recordaciones en una manifestación artística conjunta y se realice una jornada con diversas propuestas teatrales de los artistas salteños.
“Nos parece una buena idea celebrar el trabajo y la militancia de los compañeros de Teatro Abierto el día viernes 27 de marzo, es un homenaje compartido a ellos y a nosotros mismos, lo pensemos como una celebración”- señala Cristina Idiarte.
Teatro abierto
Teatro Abierto fue un movimiento de los artistas teatrales de Buenos Aires que surgió en 1981 bajo el régimen militar y desapareció en 1985, un año después de recuperada la democracia. Nació por el impulso de un grupo de autores dispuestos a reafirmar la existencia de la dramaturgia argentina aislada por la censura en las salas oficiales y silenciada en las escuelas
de teatro del Estado.
Un día de finales de 1980 los autores se propusieron mostrarse masivamente en un escenario y 21 de ellos escribieron otras tantas obras breves que, a tres por día, formaron siete espectáculos que debían repetirse durante ocho semanas. Cada obra sería dirigida por un director distinto y representada por intérpretes diferentes para dar lugar a una presencia también masiva de los actores.
Casi 200 personas entre autores, actores, directores, plásticos y técnicos participaron del primer ciclo.
Teatro Abierto se inauguró el 28 de julio de 1981 en el Teatro del
Picadero, una sala de la periferia del centro porteño recién inaugurada, y desde la primera función provocó una convocatoria de público entusiasmado que desbordó las 300 localidades previstas. Las funciones se realizaban en un horario insólito, a las 6 de la tarde, y el precio de la entrada equivalía a la mitad del costo de una localidad de cine.
Una semana después de inaugurado, un comando ligado a la dictadura (se dijo que pertenecía a la Marina) incendió las instalaciones de la sala. Al igual que el público, los militares habían advertido que estaban en presencia de un fenómeno más político que teatral.
El atentado provocó la indignación de todo el medio cultural. Casi veinte
dueños de salas, incluidas las más comerciales, se ofrecieron para
asegurar la continuidad del ciclo.
Más de cien pintores donaron cuadros destinados a recolectar dinero y
recuperar las pérdidas. Los hombres más importantes de la cultura y de los derechos humanos –Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel– expresaron su adhesión. Teatro Abierto pudo continuar en el Teatro Tabarís, la más comercial de todas las salas de la calle Corrientes y con el doble de capacidad que el Teatro del Picadero.
El ciclo se desarrolló a teatro lleno y con un entusiasmo del público que
superaba el fenómeno teatral para convertir cada función en un mitín
antifascista.
Así se cumplieron tres ediciones de Teatro Abierto bajo el régimen militar
(1981-82-83). En 1984, primer año de democracia, los integrantes de Teatro Abierto se dedicaron a discutir la manera de encarar la continuidad, ahora que el pretexto que le había dado origen, la dictadura militar, ya no estaba. Teatro Abierto se prolongó bajo la democracia en otras dos ediciones y luego desapareció.
En algunos de los artículos de los principales protagonistas, dramaturgos, se refieren al fenómeno. Roberto Cossa, analiza la situación general de la Argentina en los tiempos en que surgió Teatro Abierto; Osvaldo Dragún, su verdadero isnpirador, recuerda la historia, desde su inicio hasta la culminación del primer ciclo, y Mauricio Kartun, los ciclos de transición a la democracia hasta su extinción.
Cabe recordar que la repercusión de Teatro Abierto estimularía a otros artistas y así surgirían, a partir de 1982, Danza Abierta, Poesía Abierta y Cine Abierto, aunque ninguno de ellos alcanzaría la dimensión que tuvo el fenómeno teatral convertido, por el imperio de circunstancias no previstas, en el más importante de los focos de resistencia cultural a la dictadura de los militares.
«¿Por qué hacemos Teatro Abierto? Porque queremos demostrar la existencia y vitalidad del teatro argentino tantas veces negada; porque siendo el teatro un fenómeno cultural eminentemente social y comunitario, intentamos mediante la alta calidad de los espectáculos y el bajo precio de las localidades, recuperar a un público masivo; porque sentimos que todos juntos somos más que la suma de cada uno de nosotros; porque pretendemos ejercitar en forma adulta y responsable nuestro derecho a la libertad de opinión; porque necesitamos encontrar nuevas formas de expresión que nos liberen de esquemas chatamente mercantilistas; porque anhelamos que nuestra fraternal solidaridad sea más importante que nuestras individualidades competitivas; porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que sabemos hacerle; y porque, por encima de todas las razones nos sentimos felices de estar juntos.»
El martes 28 de julio de 1981, a las18.00 hs., el actor Jorge Rivera
López, presidente de la Asociación Argentina de Actores por aquel
entonces, inauguró Teatro Abierto con la lectura de este texto escrito por el dramaturgo Carlos Somigliana.
El teatro salteño de celebraciones y homenajes en el mes de marzo
Es una muy buena idea esta de recordar «Teatro Abierto».
Sirve para que muchos de «figurones» del ambienten sepan que el Teatro es, fue, y sera militancia; palabra esta un poco olvidada.
La gente de Teatro Abierto,algunos todavía están con nosotros, era utópica.
La obras de muchos dramaturgos hoy día son mas vigentes que nunca y quisiera saber cuantos «actorcitos nuevos» conocen a la gente que hizo historia.