Más de 1000 aborígenes con 312 etnias de toda la provincia participaron el pasado 20 de diciembre en Tartagal de la elección de los vocales que conducirán desde ahora los destinos del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (el IPPIS).
Fue sin duda el acontecimiento de política aborigen más importante del país de los últimos años, en especial si consideramos que la provincia de Salta es la más étnicamente rica de Argentina.
Las elecciones se llevaron a cabo el 29 de noviembre pasado en 312 comunidades de las etnias: Wichi, Chulupíes, Chorotes, Tobas, Tapietes, Cgane, Guaraníes, Coyas y Diaguitas – Calchaquies, de toda la provincia. En los comicios fueron elegidos 300 delegados, que fueron los responsables de elegir a los nueve delegados que conformaran el Consejo del IPPIS. El presidente de la institución saldrá de entre los nueve.
“Esto se logró en un año de trabajo y después de once años de intervención”, explicó Fausto Ponciano Machuca, Sub secretario de Pueblos Aborígenes de la provincia.
“Hay muchas cosas que resolver, pero este gobierno cumplió con lo que prometió en la Asamblea Legislativa del 1º de abril del año pasado y normalizó el IPPIS”, agregó. A partir de la próxima designación del presidente, los destinos de los aborígenes de Salta estarán en manos de las comunidades indígenas.
No todo fue fiesta. La noticia de la promulgación de la Ley de Ordenamiento Territorial, instrumento que permitirá el desmonte de casi cuatro millones de hectáreas de bosque nativo causó más de un repudio durante la reunión.
El pasado 17 de diciembre de 2008 una docena de caciques de la comunidad wichi presentaron una demanda judicial ante la Corte Suprema para intentar frenar los desmontes en cuatro departamentos, que representan más de un tercio de la superficie provincial (155 mil kilómetros). La presentación, que cuenta con el apoyo del obispo de Orán, Jorge Rubén Lugones, denuncia que durante el último trimestre del año pasado, previo a la sanción de la ley de Bosques Nativos (en noviembre de 2007), hubo «un abrupto incremento de las audiencias públicas (son obligatorias para más de 300 hectáreas)». Además, destaca que entre 2004 y 2007 hubo 211 pedidos de autorización para desmontes -que apuntan a la expansión de la frontera agropecuaria- de los cuales 195 fueron aprobados.
Por ese motivo, la medida cautelar intenta frenar los desmontes masivos tanto en tierras privadas como fiscales de los departamentos de San Martín, Orán, Rivadavia y Santa Victoria que ya fueron aprobados pero que aún no se llevaron a cabo. «El paso del tiempo puede provocar que un fallo llegue tarde y resulte prácticamente inoperable, por agotamiento o grave degradación del bosque nativo», explica la demanda, de 50 carillas.
Llegaron de todos lados
En Tartagal siempre hace calor, pero en verano es insoportable. Bajo el tinglado del Complejo Municipal de Tartagal, cientos de aborígenes, muy pocos funcionarios provinciales y municipales y un número casi nulo de periodistas, transpiraban a mares mientras esperaban que llegaran las delegaciones de las comunidades más alejadas. Las que batieron los record de distancia, fueron los representantes de Tolar Grande y San Carlos. Banderas, himnos y poesía, dieron paso a las palabras de apertura a cargo de un único orador: Fausto Ponciano Machuca.
A pesar de la enconada campaña de boicot emprendida por la organización anglicana Asociana y Collamarca, más del 86% de los aborígenes de Salta participaron de las elecciones y estuvieron presentes delegaciones de Iruya, San Martín, Orán, Los Andes, Metán, Anta y Rivadavia.
El único funcionario nacional que estuvo en el acto fue el doctor Guillermo Farfán, Delegado Nacional de INAI para Salta y Jujuy.
Por lejos los más numerosos fueron los Wichis que tenían 130 delegados, todos hombres; los Guaraníes eran muchos menos, pero la voz cantante la tenían las mujeres, que además son el sexo dominante en las comunidades.
Los Tapietes, son los menos. Hay una sola comunidad y está ubicada a siete kilómetros de la ciudad de Tartagal.
El acto de inauguración duró algo más de una hora, luego, como estaba previsto, los delegados de las nueves etnias deliberaron por separado en nueve establecimientos alejados entre sí, dentro de la ciudad. Suspicacias, reuniones y “roscas”, estuvieron a la orden del día.
Cerca de las 14 comenzaron a conocerse los primeros resultados y a las 18 ya estaban todos nombrados. Cada comunidad estableció métodos de elección diferente, es por eso que muchas tardaron horas en el proceso.
El más comentado de los métodos fue el impuesto por los guaraníes, que les pidió a todos los que querían ser delegados que se pusieran en fila, “con un cártel con su nombre y que prometieran y mintieran todo lo que iban a hacer”.
Ya están los nueve delegados, uno de ellos será electo presidente del IPPIS, pero antes el gobernador Juan Manuel Urtubey deberá refrendar las elecciones y poner en funciones a los delegados y recién se podrá elegir la máxima autoridad. No hay fecha, pero desde el Grand Bourg prometieron que será antes de fin de año.
Los elegidos
Los siguientes son los delegados titulares y suplentes, discriminados por etnias:
Chané
Titular: Miguel Centeno, de la Comunidad Tuyunti, Aguaray
Suplente: Susana Alcoba, de la comunidad de Capiazuti, Aguaray
Tapiete
Titular: Ernesto Killo, de Tartagal
Toba
_¨Francisco Gómez, de la comunidad de Monte Carmelo, Santa Victoria Este
Eduardo Yake, de la comunidad de Embarcación
Diaguita – Calchaquí
Eustaquio Guanuco, de Amblayo
Cristibal Liquin, de Finca Las Costas
Wichi
Indalecio Calerno, de Misión La Mora, Tartagal
_n Leonardo Saravia, de Los Ranchitos, Rivadavia Banda Norte
Chorote
Julio Pérez, de Misión Km 6, Tartagal
Moisés Beleizán, de Misión Km 7, Taragal
Coya
Miguel Siares, de San Antonio de los Cobres
José Peloc, de Rodeo Pampa
Guaraní
Ponciano Arello, de Urundel
Rubén Segundo, de Misión Estación, Orán
Chulupí
Ricardo Félix, de Misión El Cruce, General Mosconi
Daniel García, de Misión el Cruce, General Mosconi
Miguel Siares , delegado por los coyas
“El IPPIS es una representación de los
aborígenes y debe estar en manos nuestra”
¿Qué sentís en estos momentos?
– Es un gran orgullo y una responsabilidad enorme.
¿Por qué crees que te votaron?
– Los coyas me votaron porque ya me conocen por mi trabajo en el Consejo Provincial Indígena, en donde fui reelecto. Ya llevo varios años recorriendo toda la provincia y conversando con mis hermanos de todos los pueblos.
¿Qué es el IPPIS?
– El IPPIS es una representación de los aborígenes y debe estar en manos nuestra. Ya pasó mucho tiempo intervenido y es hora que eso cambie y cambió.
Hay muchos problemas, pero ¿Cuál es el más urgente?
– El problema más urgente es el de las tierras, pero también es muy urgente el tema del agua en la puna y el chaco, la desocupación de mi gente y la educación para todos los pueblos, que les permita crecer y además conservar su cultura.
Riqueza cultural
La provincia de Salta es las más habitada por pueblos aborígenes en la Argentina. Ellos se ubican en tres zonas principales:
– Región Andina – Kollas: Descendientes del antiguo imperio incaico que habitan la región llamada kollasuyo. El imperio abarcaba cuatro regiones o tawantisuyo (tawa = 4, anti = andes, suyo = región), una de ellas es el kollasuyo. Las lenguas originarias de estos pueblos son el quechua y el aimara. A estos hay que sumarle los Diaguitas – Calchaquies.
– Región de la selva – Nación Guaraní: El pueblo guaraní occidental está formado por los Ava-guaraní, que es el grupo mayoritario (alrededor de 21 000 personas), los Chané (aproximadamente 1500 personas) y los Tapieté o Tapy’y (cerca de 700 personas).
Los Chané tienen un origen distinto pero han adoptado la lengua guaraní.
Los Ava-guaraní son llamados también Chaguancos o Chiriguanos, pero ellos prefieren la primera denominación. Por su peinado característico son también llamados Simba (trenza en quechua).No son originarios del Chaco pero su historia quedó ligada a la de los pueblos chaqueños.
A medida que la situación en el chaco boliviano se les hacía insostenible, fueron ingresando al territorio argentino como braceros para la zafra azucarera o como refugiados de guerra.
Por eso se han ubicado mayoritariamente a lo largo de la ruta 34 que fue primero el camino de las misiones franciscanas y luego el camino de los ingenios
– La Región del Chaco Salteño: Muchas son los pueblos que viven en el Chaco Salteño. Los pueblos originarios son los Wichis, Tapieté (Tapy’y), Chorote (Iyojwaja), Chulupí (Niwaklé), Tobas (Kom’lek), etc.
Desde la colonización del Chaco a principios de siglo por los criollos, se han visto limitados en sus ancestrales recursos de cazar y recolectar, debido a que los criollos son fundamentalmente ganaderos y el ganado debe ser muy bien controlado en el chaco salteño para no desertificarlo.
La región chaco-litoral argentina estuvo poblada por dos grupos de naturales: el uno, guaycurú; el otro, mataco-mataguayo. El grupo guaycurú estaba integrado por tres naciones (nombre genérico que indica afinidades de costumbres o de estilo de vida, pero sin implicancias políticas): la de los «tobas y afines», la de los machicuí y la de los «caduveos y afines». Las dos últimas naciones no han ocupado territorio argentino.
Aborigen
El vocablo «aborigen» proviene del latín y significa «desde el origen» o «desde el principio», recalcando el orgullo de estos pueblos por ser los «dueños de la tierra» a la que en sus diferentes lenguas siguen llamando Madre.