La muerte de Juan Carlos Guiñez y Luis Enrique Sánchez Salerno son tristes noticias que nos han golpeado en los últimos días. Con trayectorias y personalidades distintas, ellos supieron dejar sus huellas en la crónica policial y la prensa ciudadana.
Por más de treinta años Juan Carlos Guiñez desplegó una labor infatigable dentro de la prensa gráfica de Salta en lo que hace a la crónica policial.
Guiñez era ampliamente conocido por sus informes plenos de detalles sobre los casos que -ayer y hoy- más interesan al lector de diarios: crímenes, robos, violaciones, secuestros, juicios. Tal vez porque ese ámbito de la labor de la prensa es el que más revela la esencia a la vez frágil y violenta de la condición humana.
En los últimos años Guiñez se fue retirando de la tarea cotidiana, pero aún así su pasión por la crónica policial lo llevó a colaborar con distintos medios a los que pasaba sus informes policiales con cierta continuidad.
Finalmente nos llegó la noticia de su muerte, acaecida el viernes 22 de mayo, en esta capital. Las redacciones pararon un minuto para recordarlo. Porque él perteneció a esa raza de cronistas que se formaron en las frenéticas maratones cotidianas de los diarios y que supieron trajinar la calle, los recovecos policiales y hasta los antros del hampa en pos de la información precisa para brindarla a sus lectores.
Sin duda, Juan Carlos Guiñez dejó su huella en el periodismo salteño y es un ejemplo en tiempos en que la labor de prensa parece basarse en los mentirosos partes oficiales, la mesa de café y el cómodo sillón de oficina.
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Luis Enrique Sánchez Salerno falleció en esta ciudad el martes 19 de mayo, tras un tiempo de postración que lo fue alejando de la labor cívica y el periodismo radial con el que creaba conciencia ciudadana y luchaba por una Salta mejor.
Fue socio fundador de la Cámara de la Construcción y también -más recientemente-, de la Red Sol , instituciones en las que canalizó su preocupación sobre los aspectos edilicios y la política municipal, siempre en pos de la excelencia y la transparencia en ámbitos que a menudo son propicios a los desaciertos y la corrupción.
En la década del 90 y en los primeros años de este siglo Sánchez Salerno volcó su sapiencia y su compromiso cívico en programas mañaneros que lo tenían como conductor en FM Noticias, donde llegó a ser uno de los escuderos de ese gladiador de la prensa libre que fuera el querido y recordado Sergio Poma.
Salerno es un ejemplo de lo que puede aportar un especialista al periodismo, ya que conocía las normas municipales, la historia de las gestiones comunales capitalinas y los parámetos de la construcción y la urbanización. Estos eran los temas más habituales entre los que difundía y sobre los que opinaba con fundamento en su espacio radial.
Sin embargo su amplia cultura le permitía también, por ejemplo, compartir con sus oyentes cintas grabadas con las reflexiones de Borges sobre temas metafísicos u orilleros.
Su hijo, Luis Esteban Sánchez Menú, continúa la vocación paterna ya que es ingeniero civil, aunque también se ha destacado como futbolista (fue campeón con Central Norte en 1992) y hoy es uno de los miembros más entusiastas de la Asociación Cultural y Deportiva de Profesionales Universitarios de Salta , que despliega sus actividades en el complejo de La Loma .
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De personalidad y trayectorias distintas, Juan Carlos Guiñez y Luis Enrique Sánchez Salerno han partido para siempre, pero nos dejan las huellas que supieron imprimir en el periodismo salteño como dignos cultores de la crónica policial y el programa de radio, dos prácticas de comunicación social que precisan de pasión e idoneidad y que son también formas valiosas de servicio a la comunidad.