Entrevista radial al doctor Saguier por su denuncia al CONICET

La Red Mafiosa en el CONICET (Argentina)
En determinado momento del Nuevo Testamento (pido perdón a mis hermanos judíos y al 50% de mis genes) le preguntan a Jesús como se habrán de reconocer los discípulos cuando el ya no ande por éstos pagos, a lo que el Altísimo responde : “por los hechos los conoceréis”.

Bien, acá estamos con la denominada “ciencia argentina”, con los autodenominados “científicos”, con los maestros del autobombo que pese a los escasos o abundantes presupuestos públicos nada han aportado para el avance de la ciencia en la Argentina que nos permita posicionarnos en un área con autonomía y en ejercicio pleno de la principal soberanía : la de del conocimiento.

Hablan mucho, se quejan más, sea por los formularios o por las “pulgas en la orejas”, pero de PRODUCCION, nada. La sociedad en su conjunto no ha recibido NADA de éste autodenominado “Sistema Científico Nacional” que sólo incluye a los que están “prendidos” del presupuesto nacional financiado, como corresponde a una sociedad atrasada, con impuestos regresivos, es decir, con la”guita” de los que menos tienen.

Su miopía es tal que no logran incorporar al “Sistema Cientifico Nacional” a lo que se investiga en el ámbito privado, y que, más allá de su fuente de financiamiento, es apropiado por los sectores privados y puestos en valor por éstos mismos, percibiendo, en todo derecho sus regalías.

Pero acá tenemos “empleados públicos” que dicen dedicarse a la investigación, que se vienen llevando desde hace años un presupuesto que nada ha aportado a las necesidades de los ciudadanos que lo financian. No hay vacuna para el dengue, seguimos importando materias primas estratégicas, para éstos “cerebros” por ejejmplo, el diseño industrial no es ciencia, porque en su visión miope sólo entra una visión restringida y limitada del concepto que responde a los modelos “universalistas” que en su momento propagaron Houssay y Cia.

Su vida como empelados públicos depende de cuantos kilos de papel les publican los “árbitros” que el propio sistema de dominación designa. Son genuflexos y alcahuetes con las revistas yankees porque esperan recibir alguna limosna algún día.

Cuando descubren algo, lo patentan para ellos, lo “privatizan” (después lanzan como el tero sus diatribas contra los cavallos y los privatizadores”, debería leer el libro de historia de las perversiones, allí encontraran como la historia los describe y aunque no hayan mandado su foto, están bien retratados.

Les jode que con nombre y apellido se señale a los que arman la rosca que se apropia del esfuerzo de los trabajadores argentinos cuando, via IVA y otros impuestos al consumo, chapan los subsidios y acusan que fueron “rendidos” en pulcras contabilidades hechas por manos expertas, pero ¿qué “catzo” aportaron al avance de la ciencia nacional, al bienestar de los argentinos ? Sencillamente nada, o como suelen llenarse la boca : prestigio.

Mi posición, si estuviese en mis manos resolver los destinos de éste engendro autodenominado “sistema científico nacional” sería declara a todo el mundo en comisión y sujeto a que respondan por lo que aportan a la construcción de una Argentina mejor. No me importarían ni los kilos de papel, ni cuantos premios pullitzer lograron. La medicina cubana, que ha aportado, por ejemplo, importantes soluciones para la calidad de vida de los cubanos le importa un bledo la revista The Lancet.

Asi que, en mi opinión, en general, diría : vayan a laburar y a el tal “M” al que parece que se le salió la cadena, le dijo, como dicen los pibes : “M, chiva, chiva”

– Lic. Carlos Guillermo Schwartzer Economista e mail :

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