Dividida en quince escenas, se presentó el espectáculo de música, teatro y danza el pasado martes 2 de junio a las 21 en la Casa de la Cultura. Tres actores, un narrador y siete músicos recrearon el libreto de Charles F. Ramuz y la música de Igor Stravisnky. Originalidad fue la resultante.
Conocemos sobre todo, de Stravinsky, La Consagración de la primavera . Esta composición, la Historia del soldado , utiliza registros agudo y grave para fagot (Karina Morán), trombón (Patricio Bracamonte), trompeta (Juan Pablo Mayor), clarinete (Eugenio Tiburcio), contrabajo (Gonzalo Castelo), violín (Cristina Tarta) y un conjunto de percusión (Martín Bonilla) próximo a las baterías de Jazz-Band o de circo. Los músicos de Ecos (Esamble Contemporáneo de Salta), llevaron a muy buen puerto la idea.
La revisión y adaptación del texto estuvo a cargo de Emilio Lépez– quien interpretó al narrador además- y de Martín D’Elía. Emilio me comentó que no fue tarea fácil la traducción, que se respetaron los ritmos de las frases y que por ello se utilizó el tú y no el vos; la idea era recuperar la belleza del texto y la cuestión de los acentos tenían que estar acordes con la pronunciación del castellano. ¡Gran tarea! Subrayable.
Entre los actores del Teátrico llevados a escena bajo dirección de Cristina Idiarte, es destacable la plasticidad de Pablo Aguierre y su caracterización del diablo. Se pueden mencionar algunos parlamentos y composiciones del soldado por Juan Nicastro y las imágenes entre la princesa Pía López Lucca y el soldado (Narrador: “El soldado y la princesa se abrazan…”)
El narrador es otro personaje. Aconseja al soldado hacia el final, luego que este descubre el ardid del diablo, quien le cambió el violín por un libro mágico para obtener lo que quiera y en lugar de tres días, se lo llevó por tres años; fue ahí donde el soldado perdió todo lo que no era material: su amada y su madre. Vence al diablo y cura a la princesa pero el final sorprende porque la felicidad no es completa. El narrador a veces habla cantando y le pone ritmo a las palabras.
Muy original la puesta, el ambiente telúrico y la idea de usar un trapecio para la princesa. El Teátrico Suburbano se luce en este sentido, sobre todo porque se logró la partitura compositiva rítmica entre lo visto y lo escuchado.
La obra inicia con la Marcha del soldado. Se trata de una historia en donde el diablo le roba el violín, alma del soldado, a un desertor, según el cuento del recopilador ruso Alexander Afanassiev. Acaba en la escena quince con la Marcha triunfal del diablo.
Una apuesta a lo extraño, mágico y reflexivo. Una conjunción de elementos artísticos poco vista en Salta.
Alegato contra la ambición
Me alegro que en Salta existan artistas que tomen la iniciativa de renovar la cultura salteña, tan vapuleada deshonrada y pisoteada por la dirigencia política. Este espectáculo es una muestra de que los únicos que sostienen la cultura en Salta son los artistas. Gracias
Alegato contra la ambición
Cuando estamos hablando de renovar la cultura salteña sabemos que estamos diciendo?.
Un espectáculo arriba de un escenario no significa renovar la cultura salteña.
Para que la renovación exista se debe tener un pensamiento ideológico y hacer frente al sistema.
Isidoro Zang