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sábado, noviembre 23, 2024

La “domesticación procesista” en la universidad

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¿Qué más esparcir sobre la institución en la que me desempeño, que de alguna forma no haya sido subrayado hasta el mismo cansancio y hastío (el ajeno y el mío…)?

“[…] Porque sueño, sueño;

porque no tengo miedo de amar, sueño;

porque sueño, porque me entrego a mis sueños

hasta bien entrado el día…

A ti, la Dama, la audaz melancolía; ¡tú, que me

enseñaste a visitar las plazas desiertas e

Iluminaste mi soledad y mis noches, cuando no sé qué

camino tomar!…

Te he pagado con mi carne, más de cien veces

mi deuda…

Amor mío, mi dulce amor, mi único amor…; con la

cabeza entre dos palabras, [alguna vez …] iré

a descansar al valle de los [olvidados …]”

Leolo, de Jean-Claude Lauzón

“[…] El espectáculo terminó.

Y así como estos actores, esos fantasmas

se disuelven en el aire, en el finísimo aire,

los palacios, los solemnes templos, el mismo Globe…;

todo lo heredado se disolverá.

Estamos hechos de la misma trama con la que se

hilvanan los sueños y terminamos nuestra pequeña

vida durmiendo”

William Shakespeare, La Tempestad

“[…] Mi perro ‘dinamita’

no da la patita ni hace el muertito

y me desobedece, y es lo mejor

que hace […]”

Los redondos, Mi perro ‘dinamita’

Pero a partir de una agradable conversación con quien se solidarizara conmigo por la situación de hostigamiento que denuncié, haciendo de “tripas, corazón”, como decía mi “bizcabuela”…, contexto de acoso que padecemos muchos, pero muchos en la administración (desde PAU, hasta estudiantes y of course, profesionales), opté por “hablar ‘mal’ de la institución”, tal cual escupen los es/cogidos, los ex-cogidos y los re/cogidos por el Amo, respecto a mis observaciones y opiniones acerca de la administración, en un parergon supuestamente democrático y en el que rige la “mordaza” procesista.

Sin embargo, por ese querido y estimado amigo, me enteré que en su Facultad, al que evitaré individualizar para ahorrarme sumarios y cositas por el estilo…, se exoneró a un colega y por determinadas “sanciones” consecutivas, se apuesta por expulsar a otro profesional, ambos doctores y de larga trayectoria. Con lo que la institución no sólo confirma que es cuasi “Inquisitorial”, clasista, racista, conservadora, reaccionaria, clerical, “procesista”, homofóbica, enferma, hostigadora, etc., etc., sino que posibilita que unos cuantos “santificados” con la “toga” de los “Magios” al estilo de The Simpsons, se auto arroguen el derecho de exonerar a docentes que, por distintos “motivos” (casi siempre, por ser responsables, creativos, brillantes, no obsecuentes, no integrantes de “canarillas”, resistentes a ser “chuplicantes” de cualquier “César” de turno y de cualquier parte anatómica, etc.), son “indeseables” para el “perverso” y cuasi “corrupto” establishment que reina impune en la administración.

Por lo rápidamente convocado, es que no se trata como me espetó una tal “Leila”, que soy tan paranoico que imagino que se pergeñó una especie de “conspiración” mundial o extensa, para “[…] borrar del mapa a Lopecito […]” (sic), sino que se trata de un “modus operandi” bien pensado en que se ataca a uno por uno o a dos por vez, por área, por carrera y/o por Facultad, para ir “limpiando” a la “academia” de díscolos, “anarquistas”, etc., que no se avengan a lamer nada de nadie y que, por el contrario, se dediquen con eficiencia, a la enseñanza, a una genuina extensión universitaria y verdaderamente, a investigar en serio.

En mi caso, me enteré de dos grandes “planes”: por un lado, intentar cuasi “sobornar” a algún profesional del ámbito de la Psicología y/o Psiquiatría locales, para que haga un Informe de espanto con el horizonte de que la administración cuente con la excusa para iniciar una Junta Médica, la cual puede declararme “chapita” y entonces, hasta aconsejar que se me interne en el Ragone, o no darme tan feo, pero ofrecerme una jubilación por incapacidad por causales anímicas. Presuntamente, estarían dispuestos a pagar la suma que fuere, con tal de lograr alguno de esos objetivos.

Por el otro, si lo anterior no prosperase como desean, procurarán “empapelarme” (por eso es que no se cierran determinados sumarios que vienen de 2005, que ya tendrían que ir a archivo…) para “colgarme” una sanción tras otra para luego, solicitar que por tales “sanciones” sucesivas, se me exonere, id est, se me cesantée o despida por “aplicación” de reglamentos y “motivos” meramente “administrativos” (por ser profesor interino, no pueden “dibujarme” un Juicio Académico, que de haberlo podido sustanciar, ya lo habrían concretado hace rato…).

De cualquier forma, sea o no cierto lo que se me hizo conocer, lo genuino es que los otros ejemplos a los que aludí sientan preocupantes antecedentes, por cuanto se puede echar a cualquiera por causas “administrativas” que son avaladas por cuerpos “colegiados” como los Consejos Directivos, que au fond son cuerpos políticos. Para ser más claros; esos Consejos políticos pueden cesantear, sancionar, expulsar a quienes les venga en gana por causas aparentemente, “administrativas”, sin pasar por el necesario Juicio Académico en la situación de colegas de planta o regulares…, pero que disfrazan otros motivos inconfesables, entre los que se encuentran los políticos (mas no únicamente ellos…).
Por añadidura, lo anterior implica que se usan los reglamentos internos a gusto y placer para lograr por la “Razón o la Fuerza”, que toditos seamos uniformes, homogéneos, seamos aparatos de algún “endogrupo”, etc., etc., lo que no hace sino trabar el avance en la producción de “valor agregado” de saberes y conocimientos de peso, además de destruir la Reforma de 1918.

Yendo a otro asunto y al mismo, tengo que confesar que a pesar de las abismales divergencias políticas y privadas con el periodista Díaz Muñoz, debo admitir por honestidad (cosa que acepté desde hace años…), que es uno de los escasos reporteros que, junto a la valiente Salta 21, otorga espacio para que se difunda lo que acontece en un lugar como una institución en la que supuestamente, los concursos debieran ser transparentes, en la que no tendrían que haber presuntas irregularidades contables millonarias, en las que “mafias” con “Padrinos”, “Madrinas”, “delfines” y “Caballos de Comisario” no existieran, donde no hubiera groseras incompatibilidades, sancionándose a unos y perdonánse a otros, según el “auspiciante” que anda detrás (y en más de un lamentable sentido…), etc.

Pero falta que los que sudan sangre por lo que describo sin individualizar, para esquivar males mayores (en virtud de que, como expresa mi hermana budista, nadie mezquina sal en el tajo del lomo, cuando la espalda es de otro…), nos reunamos, nos organicemos; que vamos allende ADIUNSa., que defiende a unos, por “insondables” (sin)razones y deja en bolas a tantos otros…, aunque más no sea que para realizar una terapia grupal que nos ayude a no desmoronarnos y a fortalecernos, para confiar en que no son tan impunes, tan omnipotentes y tan “guachos” como nos quieren con-vencer, con sus sumarios, sus pedidos de sanción, sus exoneraciones, sus exclusiones de hecho, sus marginaciones, sus juicios académicos, sus difamaciones (a mí, no únicamente no me bajan de “cerdo”, “hijo de puta”, “loquito” y “pelotudo”, sino de “quilombero”, “provocador”, “machista cretino”, entre otras “cualidades”…).

Más allá de lo que ya proferí hasta la náusea o aquende lo que todavía no pude articular en palabras por el grado de dolor y tristeza, lo que sucede es casi “simple”: los que son “canes ‘dinamita’”, los que no dan la patita, ni hacen el muertito, ni obedecen ni tienen Amos y son “perros callejeros” o “viralatas”, son y serán los condenados presentes y futuros, aun cuando algunos ya “marcados” para que les “doblen las campanas”, alucinen que a ellos no les tocará porque no se “manejan” como el “imprudente” Adrián López… Ya les llegará el momento, dado que para el Opresor, los Amos, los es/cogidos, los re-cogidos y los ex/cogidos, como enunció brillantemente mi buen amigo, son “forros” descartables: son opas útiles hasta que no sirvan en la coyuntura o no les sean convenientes nunca más.

Por lo descrito es que también solicito que periodistas valientes del medio, inicien sus propias indagaciones en el campus, porque todo es peor de lo que puede cincelar, hasta que salgan callos en las manos, con lenguaje.
Vuelvo a reiterar uno de mis correos: edadrianlopez@gmail.com. ¡Por favor, contactémonos!

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