Tiene 17 años y cursa quinto año en una escuela media de la ciudad de Nogoyá. Fue premiado por sus calificaciones a lo largo del año pasado. La decisión de las autoridades fue apoyada por padres y alumnos, aunque también hubo quejas.
Su nombre es de varón, pero en su entorno lo conocen como Kylie. Es primer escolta de la bandera, con un promedio mayor a 9 y al dar a conocer su elección de ir vestido de mujer puso a las autoridades del colegio en un dilema. Se presentó, en pleno acto de inicio del ciclo lectivo y llevando la bandera de ceremonias, vestido de mujer pero con el guardapolvo de varón encima, «para no llamar la atención de los más pequeños» explicó Kylie.
La presidenta del Consejo General de Educación de la provincia de Entre Ríos, Graciela Bar, declaró en relación al caso que «se respetará la identidad que elige cada ciudadano y no habrá ningún tipo de discriminación racial, religiosa o de género». La funcionaria agregó «hubo un acuerdo, está todo encausado y el tema ha sido muy bien abordado por la institución», al tiempo que reconoció que «esta es la primera vez» que se presenta un caso de este tipo en la provincia de Entre Ríos.
Por su parte, en declaraciones a la radio local «Opinión Pública», Kylie expresó: «Lo que yo quiero es que la gente me entienda, yo desde los cuatro años que tengo esta elección sexual, porque recuerdo que iba a jardín y yo le confesé a mi mamá que me gustaba un compañerito. Ella en ese momento le restó importancia, lo quiso tapar, pero ya sabia que yo iba a ser como soy».
Refiriéndose a su madre y cómo recibió su decisión declaró: «Siempre me apoyó y el día que le conté la elección de vida, ella me aceptó como soy y siempre le estaré agradecido. Lo mismo que mis hermanos, a todos, ellos me quieren como soy».
Sobre la convivencia con sus compañeros de colegio, Kylie observó «no me llevo mal ni tampoco me llevo bien, voy al colegio a estudiar nada más y de ahí me voy a mi casa, pero con los compañeros es poco lo que hablo. Será por que soy muy cerrada a hablar y por ahí hay actitudes que no me gustan mucho».
«Basta que no incida en la conducta de los demás, o que no sea un motivo de situaciones incómodas, cada uno puede elegir lo que quiere ser en la vida», dijo Graciela Bar.
Una directiva del establecimiento educativo a donde asiste Kylie apuntó: «Más allá de que se haya autoimpuesto un nombre femenino, nosotros, y no por capricho, tenemos que seguir dirigiéndonos a él con el nombre que figura en su documento de identidad, incluso por el hecho de ser menor de edad y de no estar legalmente autorizado a cambiar su verdadera identidad».
Con respecto a su futuro académico, Kylie, que tiene un promedio de 9, confesó que su deseo es irse de Nogoyá e iniciar estudios universitarios «Mi deseo es seguir estudiando y sobresalir como profesional. Me gustan las Ciencias Políticas, el profesorado de Historia. En la rama del arte me gusta la danza y el teatro». «Si ser travesti es un pecado, voy a pecar cada segundo de mi vida», concluyó.
– Clarín
Un alumno travesti fue autorizado a vestirse como mujer para ser abanderado
Me parece realmente algo muy bueno que empiezen a abrir las mentes y aceptar a cada ser como es…
¿Y el Día para los Homosexuales y demás «minorías» sexuales?
Comparto totalmente y sin reticencias, que los homosexuales, travestis, las mal llamadas «meretrices», etc., etc., que conforman el amplio y denigrado espectro de las inadecuadamente bautizadas «‘minorías’ sexuales», encuentren espacios de expresión en los diferentes ámbitos de la «sociedad civil». Por eso, habría que pensar en la creación de un Día para alabar las diferencias sexuales, al igual que se festeja el Día de la Mujer, tiempo de alegría que acaso debiera ir más allá del Día por el Orgullo Gay.
A lo precedente, habría que sumar la aplicación inmediata de leyes que aprueben el matrimonio de los que no son heterosexuales, la adopción por parte de parejas no heterosexuales, etc., etc.
Cordialmente,
Dr. A. López
DNI: 24.138.809