Noche luminosa

Gutiérrez y Cicconi, con protagonismos alternativos, entregaron una noche altamente atractiva.

Recital del “Dúo Acquaforte”. Páginas populares en jazz, sonidos latinoamericanos, folclore y bossanova. Marcelo Gutierrez (clarinete) y Carlos Cicconi (guitarra). Salón Victoria del Teatro Provincial. Viernes 12 de marzo de 2010.

Escuchar el estilo del inolvidable Django Reinhardt, aquel estupendo guitarrista gitano que nadie sabía cómo pero hacía jazz de primera clase, en las manos de Carlos Cicconi o imaginarse en algunos de los famosos pubs de Chicago escuchando el clarinete de Marcelo Gutierrez como por ejemplo en el tema “Dream and little dream of me” de los años sesenta, fue una rica experiencia en la noche del viernes. No faltó el tango “El Choclo” o la zamba “El Antigal” entre una veintena de páginas desgranadas para deleite de los oyentes.

Ambos intérpretes, con elegancia y jerarquía, usando un remanido pero efectivo estilo como el de subir una octava en la nota dominante de un acorde, se reunieron como lo hacen desde el 2002 para placer de quienes decidieron acompañarlos en esta nueva presentación. Fue una muestra de un cercano virtuosismo expresivo, donde la emoción de cada obra fue debidamente dicha.

El ecléctico repertorio permitió apreciar que el grado de improvisación de Cicconi ha crecido notablemente desde la primera vez que lo escuché y que Gutierrez, si bien tiene a mano la partitura, por ahí se olvida ella y aporta un swing no fácil de encontrar por nuestras tierras.

Gutierrez tiene un sonido que va del suave al áspero según la circunstancia. Posee una articulación llamativa, con “punch”, y su preparación musical es muy profesional. Claro, toca en la sinfónica y eso pesa a favor. En realidad no encuentro con facilidad su estructura armónica pero en el fondo tampoco importa porque hay fantasía rítmica y tímbrica.

Cicconi por su parte está volando permanentemente. No está atado a nada más que a su propia intuición y con ella hace lo que se le da la gana con el tema que tiene entre manos. Perdió la timidez de antaño merced a su desarrollada habilidad. Entre ambos, con protagonismos alternativos, entregaron una noche altamente atractiva que justifica plenamente haberlos escuchado y apreciar dónde están.