El grupo de teatro Espacio In-Verso repone la obra Los Sueños muertos de don Ínsula , del dramaturgo y director cubano Idangel Betancourt, el viernes 15 y el sábado 16 de mayo en la sala Mecano de la Casa de la Cultura, Caseros 460.
– Entradas en boletería: $15.
– Entradas adelantadas: $10, al teléfono 154836749
De qué trata la obra
La llegada de un visitante, supuesto heredero de don Ínsula, a Barlovento, derrumba la ilusión de paz de un pueblo abandonado, regido por el protocolo de un poder en ruinas. Las exigencias del recién llegado, lleva a los habitantes a repetir rituales de sumisión, hasta que se dan cuenta que ya no tienen nada que perder. Los sueños muertos de don Ínsula, es una exploración en la construcción conflictiva del hombre latinoamericano, su sensación de pertenecer a una cultura inacabada, y su rara relación entre el deber ser y su lugar social.
La farsa domina la puesta en escena, atenta siempre al divertimento y a la sensualidad teatral. Así, el dramatismo solo asoma a través de situaciones absurdas. La poética del texto impone su sentido fantástico, y recurre a referentes artísticos del realismo mágico, el más cercano, sin dudas, es Pedro Páramo, de Juan Rulfo.
Lo que dijo la crítica
Cuatro personajes en busca de Comala, tierra de murmullos
La obra «Los sueños muertos de don Ínsula» pinta un mundo de desolación, un mundo sin ruidos, una tierra infértil. Basada en la dramática obra mexicana de Juan Rulfo, es la metáfora de una vida fantasmagórica. (…) La obra me parece sugerente, envuelta de silencios que hablan, plagada de movimientos que encierran, llena de sombras que parecen luz. (…) Los personajes están mutilados, al punto de desfallecer, sin metáforas ni sueños, aunque la obra es un gran sueño y una gran metáfora. (…) Por momentos me trasladé a la obra de Eugéne Ionesco, El rinoceronte, una animalización de la sociedad a través de la figura de Hitler; por momentos sentí que era el circo del poder oprimiendo las consciencias. Me asfixié de tanta desolación y tanto desierto.
Lo farsesco le quita mucho drama, y el realismo mágico coadyuva a creer en un mundo posible. Con la puesta logramos conectarnos con la historia latinoamericana de la pérdida del lugar, de los sueños, de la libertad, de la gloria, con una condenada esclavitud que nos soporta como latinos y nos envuelve en la fragilidad de una ideología como una gran telaraña que aniquila, cansados de pedir ser lo que somos; o como dice el programa de mano: “un gusano que cala en el germen de lo americano, que va de la carcajada al ocio, de la civilización a la barbarie, de la hibridez al esencialismo”. (…) Los actores crean la farsa de vivir mas intentan que por ellos vivamos; muy buenas composiciones rítmicas, acierto en el gestus y la caracterización de los personajes, buena dinámica corporal al unísono del tiempo-espacio de la obra; excelente manejo del espacio escénico marcado con una buena iluminación e interesantes y creativos elementos de utilería. Hay armonización escénica, ajuste de dirección.(…) Un teatro que echa vuelo en las preguntas por el ser que nos convoca, invocando la necesidad de volver a crearnos para empezar a vivir. Diario Salta 21. Sábado 29 de diciembre de 2007, Romina Chávez Díaz.
Autor
Idangel Betancourt.
Elenco
Mago: Pablo Martín Aguierre.
Visitante y don Ínsula: Idangel Betancourt.
Adarbala y Longina: Noelia Gana.
– Sepulturero: Víctor Pagano.
Asistente de dirección
Pastor Hidalgo.
Colaboración especial
Julio César Bazán.
Profesor de danza
Diego Fadel.
Asesora de canto
Gabriela Jorge.
Coreografía
Pablo Martín Aguierre.
Diseño de luces
Juan Carlos Sarapura
Daniel Rivera
Fotografía y diseño gráfico
Ignacio Sallaberry
Carla Coledani
Dirección
Idangel Betancourt.