El Senado convirtió en ley el proyecto que eleva las jubilaciones al 82 por ciento del salario mínimo, vital y móvil, en un extenso debate que contó -como sucedió en la histórica sesión por las retenciones- con el voto decisivo del vicepresidente Julio Cobos.
La paridad quedó sellada tras diez horas de discusión, que contó con sólo dos ausentes: el ex presidente Carlos Menem y el radical por Catamarca Oscar Castillo.
Votaron a favor del texto remitido por la cámara de Diputados, 15 legisladores de la UCR, 7 del peronismo disidente, uno del Frente para la Victoria (Marcelo Guinle, de Chubut) y 12 de otros bloques, mientras se exprearon en contra 29 oficialistas, 1 del peronismo federal y cinco de otras bancadas.
El empate sucedió mientras el vicepresidente anticipaba que había problemas con el tablero electrónico del control de votos, por lo que recibió la sugerencia de realizar una votación nominal, de manera que los 70 legisladores presentes anunciaron su sufragio de viva voz y bajo la mirada de todos.
Los legisladores evitaron una segunda ronda de sufragios, como expresaba el reglamento para los casos de empate, por lo que cedieron la palabra a Cobos, quein dijo que como había ya anticipado a los medios, daba su adhesión al texto llegado desde la Cámara baja.
El presidente de bloque de senadores oficialistas Miguel Angel Pichetto pidió esta noche «responsabilidad» a Cobos, casi con el mismo dramatismo de aquella madrugada del 17 de julio de 2008. «El vicepresidente tiene que estar al lado del Presidente, porque ha sido elegido en la misma fórmula. Vale la pena recordarlo esta noche porque puede volver a repetirse el mismo escenario que la (resolución) 125», dijo Pichetto a Cobos.
La sesión se inició a las 14 con la sorpresiva aparición de legisladores kirchneristas que ocuparon las bancas, cuando sólo 23 opositores estaban en sus escaños. Con anterioridad, una de las máximas autoridades de la bancada había definido la estrategia de esperar que la oposición conformara el quórum y después llegar al recinto.
Sin embargo, antes de que se cumpliera la media hora de espera, el bloque oficial, que se encontraba reunido en el despacho del titular de la bancada, Miguel Pichetto, bajó en conjunto y llevó el tablero electrónico de 23 a 56.
Las versiones sobre las razones de concurrir al recinto, antes que el arco anti-K llegara a la mayoría, fueron varias y contradictorias: unas apuntaban que el oficialismo confiaba en tener número para rechazar el proyecto, otros dijeron que desde la Casa Rosada ordenaron a los legisladores que fueran a dar un debate fuerte y digno.
Los partidarios del proyecto insistieron en «la restitución de la justicia» que significaría reconocer el 82 por ciento a los jubilados que cobran los ingresos mínimos, un dato con el que coincidieron los oficialistas, que sin embargo insistieron en los problemas fiscales que representaría para el Estado una decisión de este tipo. (clarin.com)