Jorge Altamira, precandidato a presidente por el Frente de Izquierda, trazó un primer balance del paro nacional:
“El gran paro de este martes dejó sin palabras a los lenguaraces oficiales, para quienes el reclamo del impuesto al salario sólo afecta a una minoría de trabajadores. No sólo paró el transporte sino también la clase obrera industrial, los docentes y muchos otros, incluso en los sindicatos cuyas direcciones responden al gobierno. Pero el paro fue el canal de otros urgentes reclamos, como la caída de salarios y jubilaciones bajo el peso de la carestía, o los despidos y suspensiones en aumentos”.
En relación a los otros candidatos presidenciales, Altamira señaló que “Los Massa, Macri o Sanz miraron para otro lado. Ellos preparan su propio ajuste, y no quieren que la clase obrera marque la agenda de la crisis nacional”. “En contraposición, el Frente de Izquierda fue el único bloque político que se jugó abiertamente por el paro”.
Altamira llamó “a batallar en todas las centrales obreras por un nuevo paro de 36 horas, por la abolición del impuesto al salario, paritarias sin techo y la prohibición de despidos y suspensiones”.
El parazo y su significado político
El paro del 31 fue el más grande de la era K, y ha sido un golpe demoledor al sindicalismo kirchnerista. La oficialista UOM tuvo que declarar la “libertad de acción” a sus afiliados. Lo mismo ocurrió en el sindicato del subte, con una dirección cooptada a la CTA Yasky. Semejante actitud es una contradicción en sus términos, porque un sindicato es justamente la representación de la acción colectiva, en este caso a favor o en contra del paro- para la acción individual no hace falta sindicato.
Ocurre que tanto Caló como Pianelli se enfrentaron al hecho consumado de que sus bases pararían masivamente, al margen de la dirección sindical. En la UOM, se destacó el paro patagónico resuelto por un congreso zonal, a partir de una asamblea de Aluar. Otro tanto ocurrió con Acindar, cuyo sindicato es oficialista por partida doble -por la UOM de Caló y por pertenecer a una regional de la CTA Yasky. La misma adhesión se registró en la regional San Miguel de la Uom, y en varias otras de la zona norte.
– Prensa obrera
