Creo que la crisis COVID19 ha superado el guión de la mejor de las películas de terror.
Una población aterrorizada a morir y asfixiada a nivel económico por las sucesivas restricciones que se le han ido imponiendo, se verá forzada a aceptar una vacuna que no habrá tenido tiempo material de ser testeada en sus efectos a largo plazo y para cuando esos efectos se pongan de manifiesto, si son malos, no tendrá a dónde quejarse, porque la legislación del país oportunamente ha blindado a los fabricantes de cualquier demanda.
Existe una alternativa, que ya se está implementando con éxito en diversas instituciones hospitalarias. Esta alternativa es un antiparasitario llamado ivermectina. Sirve como reductor de la carga viral y como profiláctico. Cuando se pregunta si se puede extender su uso al resto de la población se mira hacia otro lado y se elude la respuesta. La pregunta es ¿POR QUÉ?
Haciendo una analogía con otro virus que también es pandémico, el VIH. Si para cuando se declaró la pandemia se hubiera prohibido a la gente tener relaciones sexuales y en paralelo se hubiera mirado hacia otro lado cuando se presentó a los preservativos de látex como un método profiláctico eficaz, ¿habríamos tenido en menos de un año la vacuna?
- – Flavio Gerez
