El próximo domingo 3 de julio a las 20 horas en el Salón Victoria del Teatro Provincial.
Auspiciado por la Secretaría de Cultura de la Provincia, la Camerata Lazarte continuará con su Ciclo «Obra Integral de Cámara para Cuerdas de Johannes Brahms».
En la oportunidad, se escuchará una de las obras cumbres de la literatura de música de cámara, el Quinteto para Piano y Cuerdas Opus 34 del gran compositor alemán.
Actuarán la brillante pianista Laura Oppedisano junto a Franco Ruiz Falci y Gerardo Solórzano en violines, Isabela Mercedes Lemos en viola y Valeria Buriek Parés en violonchelo. Los comentarios estarán a cargo del Mtro. Julio Lazarte.
La entrada es libre y gratuita.
Brahms empezó a trabajar en el Quinteto en Fa menor en 1862, año en que decidió abandonar su ciudad natal – Hamburgo, donde se había sentido frustrado por el lento avance en su vida profesional – para establecerse en Viena. Originalmente la pieza fue compuesta para quinteto de cuerdas con dos violonchelos, la misma formación del Quinteto en Do mayor de Schubert. En agosto de 1862 envió los tres primeros movimientos a sus amigos Clara Schumann y el violinista Joseph Joachim. Ambos respondieron con entusiasmo al principio: «No sé cómo comenzar a describirle el gran deleite que su Quinteto me ha causado», escribió Clara, aunque expresó sus reservas acerca de la pieza durante los meses siguientes. «Los detalles de la obra dan prueba de una superlativa fuerza», señaló Joachim, «pero lo que falta para que me dé total placer, sería, en una palabra, el encanto.»
En febrero de 1863, el Quinteto de Cuerdas había sido convertido en una sonata para dos pianos, que Brahms interpretó con Karl Tausig en un concierto en Viena el 17 de abril de 1864. El estreno tuvo poco éxito. Sin embargo, Clara continuó entusiasmada con los valores musicales sustanciales de la obra, aunque pensaba que no correspondía llamarla sonata. «La primera vez que escuché la obra tuve la sensación de que era un arreglo de otra composición…Por favor, vuelve a reinstrumentarla una vez más», expresó en esa oportunidad. Finalmente, durante el verano de 1864, Brahms revisó otra vez la partitura, esta vez como Quinteto para piano, dos violines, viola y chelo, un conjunto de cámara sugerido a él por el director de orquesta Hermann Levi. «El Quinteto es de una belleza más allá de las palabras», escribió Levi. «Usted convirtió una monótona obra para dos pianos en un objeto de gran belleza, una obra maestra de la música de cámara».