El sábado 16 de junio en el Teatro del Huerto, Denis sedujo al público que le expresó un amor poco visto hacia otros cantantes. Las mujeres morían por él. Salta 21 logró una foto con un saludo exclusivo y generoso que no necesitó del acoso ni de la presentación como periodista.
Héctor Omar Hoffmann, el Negro, como lo llamaba Sandro con cariño, reconocido popularmente como Sergio Denis, tuvo una noche confesional con el público salteño, a quien le contó anécdotas de su vida e intimidades que crearon un humor especial durante todo el show. Muy power, estuvo dispuesto a todo: creo que le faltó comprometerse en el escenario con alguna chica ya que varias se declararon solteras para estar con él, muchas – de todos los colores de pelo y edades- querían algo suyo, no sólo sus canciones, pedían su amor… Denis respondió con sonrisas y salidas propias de su estilo.
El espectáculo comenzó 21:15 con el primer tema “La vida vale la pena”. Si bien la sala no desbordó de público en número sí desbordó en pasiones y Sergio expresó: “siento que son miles”. Manifestó su alegría de estar en Salta porque “quienes conocen esta tierra se quedan enamorados”.
Siguió con “Alma”. Y se produjo un silencio tal… que el cantante nacido en provincia de Buenos Aires subrayó: “si en mis comienzos hacían este silencio iban a ver a un loco huyendo…” Una mujer le gritó entonces: “sos tan lindo que nos dejás mudas…”
Llegaban los temas “Gigante, chiquito” y “Cada vez que sale el sol”. Así, el artista emocionado dijo: “gracias a las mujeres que hicieron grande mi carrera”.
Recordó a Eduardo Falú, a Juan Carlos Saravia y a Jaime Dávalos, a quienes conoció en su camino artístico. Soltó lágrimas por Jaime al tiempo que expresó “cuando uno siente la voz sale del corazón” y entonó un fragmento de “Tonada de un viejo amor” (Falú-Dávalos).
Del carnavalito “A los bosques yo me interno” hizo también un fragmento y comentó que lo aprendió a tocar con Los chalchaleros.
A las 21: 45 cantaba “Acuarela” y seguía con “Conclusiones”, quizá la mejor de sus interpretaciones de la noche apasionada porque “amé tocarla como lo hago ahora”-dijo- y “con el nuevo disco que voy a hacer después de varios años, siento que toda mi vida empieza de nuevo. Hago música desde hace 42 años y tengo 63”– confesó. Bromeó con todo lo que hizo para estar como está porque “me tienen que ver bien”– manifestó. Pero tras ponerse varios potes de lifting nocturnos se dio cuenta que en realidad “hay lo que hay…”
Definió al tema “Los sonidos del silencio” (9º tema) como uno de los más hermosos del pop. Y lo cantó con el alma.
Cuando decidió hacer en su repertorio “Dame luz” fue por lo que le provocó a él con la intención que le produjera algo similar al público. La canción israelita le canta a una estrella.
Después vino un flamenco y varias mujeres subieron al escenario a bailar junto al ícono de la seducción.
“Nada hará cambiar mi amor por ti” estuvo sonando también en el Teatro del Huerto la noche de la guardia bajo las estrellas, previa al día del héroe gaucho salteño Don Martín, no sin antes contar que en un show una vez comentó “me puede la mujer que me haga panqueques con dulce de leche” y así, en su próximo recital, una chica se los llevó… Los lectores no se imaginan cuántas mujeres gritaron que le harían los panqueques con dulce…
Continuó con “Como estás, querida”, “Quiero darte” y “Te llevo en la sangre”. De este último dijo haberse dado el gustó de hacerlo en el 2008 para el nuevo disco.
“Sandro fue un grande para mí”– introdujo. Y fue así como contó que dejó una sala lírica en el momento en el que en el país se cerraban salas para poner comercios: “me siento orgulloso de haberlo hecho, abracé tipos respetables y amados como Pappo y Spinetta. Y la sala quedó para los artistas. En el 92’ invité a Sandro al Luna, con quien hice 4 noches a full, y me morí cuando subió al escenario. Después… fui a su casa y sacó la cajita que mi padre, que era carpintero, le había regalado…”
Se iba despidiendo. Terminaba con “Los domingos”, cantando y bailando. Y en el bis cerró con “Te quiero tanto”. “Gracias Salta los quiero mucho”– dijo antes de irse del escenario. Afuera, firmaría autógrafos por largo tiempo. Y ni qué decir cuando bajó del escenario para cantar cerquita del público. Pidió que se queden “quietitas”, obviamente no lo hicieron porque todas querían abrazarlo y tuvo que retomar el centro del escenario para seguir. Cuánto deseo despertó en el público femenino! Pero no faltaron un par de gritos de hombres y alguien que se pegó al escenario porque quería cantar con él.
Un verdadero showman que no perdió su atractivo masculino, su poder de capturar las fantasías femeninas y su entrega en cada canción. A los 63 años, puede hacer más que sólo cantar, puede enamorar y vivir de la fama que creó con mucho talento. Un fenómeno. Una verdadera estrella de la canción latina.
– Nota relacionada:
Para el público de Salta Sergio Denis fue extraordinario
http://www.salta21.com/Para-el-publico-de-Salta-Sergio.html