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viernes, diciembre 27, 2024

Gestión exitosa, ¿para quién?

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Es suficientemente conocido en el país la lucha que en distintos lugares llevan adelante las personas afectadas por la agricultura intensiva de soja y el uso de herbicidas contaminantes que afectan flora, fauna y población.

Sin ir más lejos, en la Ciudad de Córdoba se dictará sentencia una vez finalizada la feria judicial en la causa conocida como “el juicio de Ituzaingó Anexo”, denominado así, por ser el barrio del mismo nombre del sur de la capital mediterránea, el más afectado por las fumigaciones aéreas con glifosato. Otro tanto ocurre en la Ciudad santafesina de Firmat, donde luego de que se comprobaran efectos nocivos muy concretos y afectaciones graves en la salud de la población, se ha dictado una ordenanza municipal que obliga a las empresas cerealeras radicadas en el lugar a cesar sus actividades a partir de 2013.

Esta lucha desigual de civiles indefensos y carentes de recursos frente a empresas multinacionales de abultados presupuestos y poderío económico, es abiertamente ignorada por el gobierno nacional que hace oídos sordos a todos los reclamos, y más aún, cierra negociaciones con los mismos grupos económicos para seguir adelante con la expansión de la frontera agropecuaria, y por ende, con la contaminación.

En junio de 2012, la Presidenta Cristina Fernández viajó a Estados Unidos y en el seno del denominado “Council of the Americas”, entidad lobista de las transnacionales norteamericanas, anunció la instalación en la Ciudad de Córdoba de una planta de investigación y producción de maíz transgénico llamada Intacta, que supuestamente dará cuatrocientos nuevos puestos de trabajo, lo que es sólo una proyección a futuro.

Lo que sí es concreto y actual, es que la firma ampliará el plan mundial de monopolización de semillas en poder de un sólo grupo empresario, devastando las semillas locales de origen natural, que al contrario de las anteriores sí pueden sembrarse. Cuando Monsanto sea la dueña de las únicas semillas para producir, será tarde para lamentar la desaparición de las variedades naturales.

Esta empresa que la Señora Presidenta menciona como si fuera la panacea de la alimentación, es la que en las décadas anteriores produjera el famoso PBC, sigla que identifica al policloruro de bifenilo, que está considerado según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano.

El policloruro de bifenilo sembrado en todo el mundo por esta empresa elogiada por la Presidenta, produce con la acumulación erupciones cutáneas en las personas ya nacidas, mientras afecta directamente el desarrollo del sistema nervioso durante la gestación, y a consecuencia de ello, la capacidad intelectual.

En EE.UU. y Canadá se ha estimado que el conjunto de población posterior a la difusión masiva de PCB nació con una disminución intelectual de un 5% a un 7% respecto a las generaciones anteriores, sobre todo en lo que afecta a la memoria. Este veneno forma parte de los transformadores eléctricos, y tiene efectos cancerígenos. En la fauna los PCB pueden producir carcinogénesis y efectos mutagénicos y teratogénicos (malformaciones del feto). En las plantas, los efectos se refieren principalmente a una disminución de la velocidad de la división celular y la fijación de CO2 en algas, además de una inhibición del crecimiento. Ahora que el planeta está ya contaminado con este producto se inició su retiro paulatino del mercado, pero el daño ya está hecho.

Similar daño ambiental producen estas empresas en el ambiente, en particular con el mencionado glifosato aplicado a las plantaciones transgénicas, que toleran el producto fácilmente. Entonces la firma produce semillas que no se reproducen y que solamente se le puede comprar a ella misma; y el tratamiento en plantaciones se hace con glifosato que también venden ellos mismos. En este círculo vicioso ganan millones, y nosotros perdemos soberanía alimentaria, recursos, y libertad de elección, todo con altos índices de contaminación.

No se entiende entonces, –si pensamos en procederes de buena fe- que la Presidenta muestre este proyecto como un éxito de su gestión, que exponga por cadena nacional con bombos y platillos los acuerdos con esta empresa transnacional, se jacte de progresista e ignore las quejas de los votantes que sufren en su salud la contaminación antes referida. El esquema así expuesto se parece más a un acuerdo de capitales que a una gestión de gobierno. O tal vez, la gestión misma del gobierno sea a favor de los capitales. O peor aún, quizás sean los mandatos de estos capitales los que conformen el gobierno mismo.

– Foto de portada tomada de Todossomosgeek

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