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lunes, noviembre 25, 2024

Nuevas pruebas y pedido de detención para Pedro Blaquier

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Documentos de Gendarmería de Salta mencionan camionetas y un auto de Ledesma en un centro clandestino de Orán durante la última dictadura.

El fiscal Pablo Pelazzo solicitó la detención del dueño de Ledesma, Pedro Blaquier, pedido que ahora debe responder el juez. Los libros del Escuadrón 20 de Gendarmería de Orán indican que vehículos de Ledesma entraron y salieron de allí el 24 y 25 de marzo de 1976.

– Por Alejandra Dandan – 12 de agosto de 2012 – Página 12

El empresario Pedro Blaquier fue indagado esta semana en una causa en la que se investigan delitos de lesa humanidad en Jujuy.

El primer dato es conocido. En el Ingenio Ledesma hay una delegación de Gendarmería adonde llegaron y desde donde salieron los secuestrados de 1976. Los testigos y sobrevivientes aseguran que al menos una parte de los traslados se hicieron en vehículos de la empresa de Pedro Blaquier. La empresa sostuvo en un comunicado difundido la semana pasada, en letras mayúsculas, que “no prestó ninguna camioneta para operaciones militares”. Pero hay nuevos indicios que contradicen esta afirmación. Varios libros foliados y preservados como prueba por el Tribunal Oral Federal de Salta en otra causa muestran el tránsito de dos camiones con los “números 59 y 69” y de un auto de Ledesma en un centro clandestino de Orán. Los libros del Escuadrón 20 de Gendarmería de Orán –a algunas de cuyas hojas tuvo acceso Página/12– indican que los vehículos entraron y salieron el 24 y 25 de marzo de 1976 entre los infinitos desplazamientos que esos días hicieron unimogs, jeeps, camiones y patrulleros del Ejército en una zona que consideraba “endiablada” por el desarrollo de las organizaciones políticas y la frontera con Bolivia. La región dependía de la subárea 322–2 del Regimiento de Monte 28 del Ejército. Los datos no dicen qué hacían los vehículos en el Escuadrón, pero las anotaciones y el modo de listarlas pueden ser leídas como nuevos indicios de la colaboración entre el zar azucarero y los ejecutores del golpe. Con la nueva prueba, el fiscal Pablo Pelazzo pidió la detención de Blaquier.

Los datos están en el Registro de Novedades de la Guardia de Prevención, del Escuadrón 20 de Orán, del norte de Salta, del que dependía la seccional Gendarmería del Ingenio Ledesma. Tres de los libros están archivados bajo llave en el tribunal de Salta. El fin de semana pasado, el abogado querellante David Leiva se encontró con esos datos. Se había sentado a mirar los papeles “con una lupa” porque buscaba información sobre un desaparecido y sobre la articulación entre Gendarmería y el Ejército. En el camino se encontró con este material, que el viernes entró como “nueva prueba” en el Juzgado Federal de Jujuy. La Unidad de Coordinación de las Causas de Lesa Humanidad de la Procuración, a cargo de Jorge Auat, y el fiscal de la causa presentaron copias certificadas de los libros.

“Para mí la lectura es clarísima –dice David Leiva–. La presencia de los vehículos del Ingenio Ledesma conducidos por civiles en el Escuadrón 20 de Orán, trasladando personal de la Gendarmería hacia la frontera de Aguas Blancas, a Urundel y hacia la Colonia Santa Rosa, revela acabadamente cómo esta empresa colaboró con la dictadura terrorista justo el 24 de marzo de 1976. El pueblo conoce de esta colaboración y lo manifiesta en cada marcha del Apagón. Sólo falta que la Justicia lo escriba a través de sus resoluciones y sentencias.”

El Registro no dice exactamente qué fueron a hacer los vehículos de Ledesma: ésa es la información que debe evaluar la Justicia. Sí habla del contexto: las planillas en las que aquellos movimientos se hicieron, se elaboraron durante los operativos del día del golpe.

Los datos

Según las hojas 192 y 193 del Libro de Novedades, el 24 de marzo de 1976 fue un día complicado. En el Escuadrón 20 de Orán empezó con un grupo de “detenidos incomunicados”, entre los que se lee el nombre de René Ruzo, ahora desaparecido. También recibieron “cinco sobres cerrados y lacrados que dicen contener claves de los distintos servicios de la Unidad”, en alusión a lo que podrían ser directivas operativas del día del golpe. Firmaron las novedades los “Jefes de guardia” Ceferino Gutiérrez y Lázaro Rolón y otros dos subalféreces.

Los movimientos de vehículos aparecen a las “7.05”: “Sale al Hospital base el cabo Ferreyra a realizar el relevo”, dice el Registro. A las “7.25”, ingresa el “Jeep 1404” y a las “7.55” sale a la “localidad (de San Ramón de la Nueva Orán) conducido” por dos cabos identificaron por los nombres. A las “9.15” aparece la primera referencia a Ledesma.

Los datos están registrados igual que los otros vehículos, número de identificación del móvil, nombre de los choferes y destino del traslado.

– A las “9.15” entraron dos “camionetas pertenecientes al Ingenio Ledesma, Nros. 59 y 69”.

– A las “11.00” salieron “conducidas por los señores Bernabé Flores y Ramón Basena con destino a Aguas Blancas y Urundel, respectivamente”.

En las fojas 198 y 199, vuelven a mencionarlos entre otras entradas y salidas de Unimogs, patrulleros y Jeeps desplazados para “cubrir objetivos”, por ejemplo. O “en comisión reservada”:

– A las “23.30” del 24 de marzo “regresa la camioneta Ingenio Ledesma N0 69 conducida por Ramón Basena desde la Sección Agua Blanca”, acompañado con un gendarme, “el alférez Faciad”.

– Quince minutos después, a las 23.45, “sale el Alférez Juárez a la Colonia Santa Rosa en vehículo particular de la Empresa Ingenio Ledesma”.

Los datos vuelven a aparecer en abril, siempre de acuerdo con esta primera mirada de los libros:

– El día 13 de abril el Libro dice que el Ingenio Ledesma remitió “500 litros de nafta y 1000 litros de gasoil”.

Los destinos

¿Qué hacen los camiones de Ledesma ahí? ¿Por qué están anotados? ¿Qué era Aguas Blancas? ¿Por qué viajaron a Urundel?

– Aguas Blancas: es el último pueblo del territorio argentino en el borde de la frontera con Bolivia, sobre el río Bermejo. Para David Leiva, era un lugar clave el día del golpe porque, para muchos, el paso era una vía de escape. La camioneta se fue con un chofer y volvió de Aguas Blancas con un gendarme de compañía. En Aguas Blancas había una seccional de Gendarmería.

– Urundel: está ubicado en el sur de Orán, en la frontera jujeña. Ahí había una finca que, según las querellas, vendía cañas al Ingenio Ledesma. Uno dato llamativo es el recorrido que ese día hizo el camión 59: Urundel está entre Ledesma y San Ramón de la Nueva Orán, si el camión iba de Ledesma a Urundel, el Registro demuestra que hizo un trayecto de más para llegar hasta el Escuadrón y luego regresar a la zona. En el lugar había integrantes del gremio azucarero. Aunque no hay registros de desaparecidos o de secuestros, fue uno de los gremios más castigados en Orán.

– La colonia Santa Rosa: es el destino que asumió el “auto particular” de la empresa. Para 1976, era un territorio de las organizaciones políticas; había fincas agrícolas y hubo desaparecidos emblemáticos como Raúl Osores, la persona por la que Leiva llegó al Libro de Registros. Osores era de la Federación Unica de Trabajadores Rurales y Estibadores y dirigente de la JUP. Estuvo preso en el gobierno de Onganía, explica Elena Corvalán, periodista e investigadora, directora de Radio Nacional de Salta y editora del Nuevo Diario. El 24 de marzo de 1976, Osores discutió con su mujer, convencido de que iban a ir a buscarlos. El se fue; a ella la secuestraron ese día. Dicen que él vivía en el monte y a la noche bajaba para comer algo y cambiarse a la casa de un compañero. Los gendarmes lo secuestraron en abril de 1976. Estuvo desaparecido en el Escuadrón 20. Los registros indican que figuró una semana en el parte de novedades; lo trasladaron en ambulancia; pasó por el penal de Salta y luego desapareció.

La zona maldita

El Escuadrón 20 está señalizado como centro clandestino de detención. Su jurisdicción llegaba hasta el departamento de Ledesma en Jujuy y hasta Salvador Maza, en la frontera con Bolivia. Estaba bajo las órdenes del Regimiento de Monte 28 con base en Tartagal, a cargo del ex jefe del Ejército Héctor Ríos Ereñú, juzgado en estos días en Salta. Todavía se investiga si la subárea dependió, además, de Domingo Bussi en Tucumán.

La zona tenía dos áreas muy movilizados políticamente: Orán, donde están las tres localidades hacia las que fueron los vehículos de Ledesma según los registros; y el Departamento de San Martín, donde están Tartagal y Mosconi. Para los militares, era una “zona maldita”, dice Corvalán, porque allí se había consolidado la primera guerrilla de Jorge Ricardo Masetti. Allí hubo muchos militantes desaparecidos. Muchos fueron dinamitados, entre ellos varias víctimas del juicio en Salta. En los traslados se usaron camiones de YPF, que estaba intervenida. Ríos Ereñú admitió que requirió una camioneta para un traslado. En los registros, se indica además que transportaron explosivos.

La aparición de estos documentos complicó a Blaquier, a quien la fiscalía pidió detener. La solicitud, realizada no sólo por esta información sino por las pruebas acumuladas en el expediente, debe evaluarla ahora el juez Fernando Poviña.

La voz de los fiscales

Para Jorge Auat, los registros pierden el valor potencial que pueden tener si son desmarcados del contexto. En ese sentido, piensa en términos de prueba penal: sostiene que, como toda prueba, es un indicio que cobra potencia cuando es leído en el contexto, que es el que finalmente otorga sentido a cada elemento, entre otros también a éste. Lisandro Pellegrini, de esa misma unidad, aclara un punto importante. Los camiones no forman la única prueba que complica a Ledesma en la causa. “Independientemente de la información que está surgiendo sobre los vehículos de Ledesma y su relación con las fuerzas represivas de la época –dice–, no puede perderse de vista que la prueba que actualmente sustenta la acusación contra los imputados excede considerablemente esas circunstancias.”

Defensas y ataques

– Por Horacio Verbitsky – 12 de agosto de 2012 – Página 12

El abogado defensor de José Pedraza en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra es Carlos Froment, quien hace 25 años representó al ex dictador Roberto Viola en el primer proceso a las Juntas Militares. El adjunto de Pedraza en la Unión Ferroviaria, Juan Carlos Fernández, es defendido por Alejandro Freeland. La propaganda institucional de su estudio suministra un ilustrativo perfil de sus demás clientes: cámaras empresarias, sanatorios, curtiembres, empresas gráficas, aéreas, de transporte automotor, textiles, tabacaleras, laboratorios, compañías de seguros, clubes de fútbol y profesionales en casos de mala praxis. No es extraño que en la primera semana de audiencias haya incurrido en exabruptos que exceden el legítimo ejercicio del derecho de defensa. Freeland se refirió en términos ofensivos hacia el grupo de manifestantes agredidos. Los llamó hordas de gente con caras tapadas y armas que intentaron cortar las vías del ferrocarril y consumaron otro delito, el de intimidación pública.

El abogado del CELS Maximiliano Medina respondió en representación de la familia del estudiante asesinado que el planteo carecía de sustento jurídico, que Mariano no pertenecía a ninguna horda, que nunca tuvo la cara tapada, que no usaba armas y que esa forma de referirse a las víctimas era agraviante. Varios lectores aclararon que en 1967, Pedraza militaba en el Partido Socialista Argentino, secretaría Juan Carlos Coral, que recién en 1972 confluiría en la creación del Partido Socialista de los Trabajadores junto con la fracción del Partido Revolucionario de los Trabajadores de Nahuel Moreno (PRT-La Verdad). Por entonces, Pedraza ya había consumado su entrada (o entrismo, según quien lo diga) en el sindicalismo peronista, donde llegó a convertirse en modelo de la burocracia sindical que alguna vez combatiera. Menos honroso es el pasado de Gerardo Martínez, otro emblemático dirigente sectorial de los años ’90, los del desguace del Estado y la pérdida de derechos de los trabajadores, quien hoy asume una función clave en el nuevo esquema de poder de la CGT, donde no hay bando que pueda blasonar de una historia impecable. Esta debe ser la razón para la indiferencia que provocó el éxito periodístico de Marcelo Larraquy, quien consiguió el legajo que tantos buscaban, de Martínez como “agente leal y útil” del Destacamento 201 de Inteligencia del Ejército en Campo de Mayo. Hay silencios que hablan.

Blaquier colaboró con la represión en Orán

12 de agosto de 2012 – Nuevo Diario

Documentos de Gendarmería Nacional prueban que el Ingenio Ledesma colaboró con la represión en el ámbito del departamento Orán, en Salta.

Según el libro de guardia del Escuadrón 20 de Gendarmería, con asiento en Orán, entre el 24 y 25 de marzo de 1976 el ingenio azucarero asentado en Jujuy, puso vehículos al servicio de miembros de Gendarmería para que realizaran operativos en Urundel, Aguas Blancas y Colonia Santa Rosa. Y también proveyó combustible.

Estos libros están incorporados en el Megajuicio por Crímenes de Lesa Humanidad que se lleva a cabo en Salta desde el 21 de mayo pasado. Cuando declaró como testigo en este debate el abogado David Leiva, querellante por Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, destacó el valor de esta documentación para probar la participación conjunta de Gendarmería y otras fuerzas en la represión, y la colaboración del ingenio Ledesma.

Miembros de la Fiscalía Federal de Jujuy informaron que copias certificadas del libro de guardia ya fueron presentadas en el Juzgado Federal de Jujuy a cargo de Fernando Poviña, que investiga al presidente de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, por su presunta participación en la Noche del Apagón, como se conoce la noche del 27 de julio de 1976, cuando se cortó el suministro eléctrico en todo el departamento Ledesma y unos 400 trabajadores de Libertador General San Martín y Calilegua, fueron secuestrados en un operativo conjunto de militares, gendarmes, policías y empleados del ingenio.

Como su nombre lo indica, en el libro de «registro de novedades de la Guardia de Prevención de la Unidad» del

Escuadrón 20 se consignan (o se deberían consignar) todas las novedades ocurridas durante cada guardia. Las anotaciones de la guardia que va de las 7 del 24 a las 7 del 25 de marzo de 1976 son reveladoras: «Salen dos camionetas perteneciente(s) al Ingenio Ledesma Nros. 59 y 69 conducida(s) por los señores Bernabé Flores y Ramón Basena con destino a Aguas Blancas y Urundel respectivamente», se registró por la mañana.

Pasadas las 22 se anotó otra salida: la del «alférez Juárez a la Colonia Santa Rosa en vehículo particular de la empresa Ingenio Ledesma». A las 23,30, se registró: «Regresa camioneta Ingenio Ledesma Nº 69 conducida por Ramón Basena de la Sección Agua(s) Blanca(s) y al alférez Faiad». Estos datos contradicen las afirmaciones de la solicitada publicada por el ingenio Ledesma el 23 de julio pasado, en diarios de Salta y Jujuy. «Ledesma SAAI no prestó ninguna camioneta a las fuerzas militares», asegura.

Por lo que se observa en el libro, los integrantes de Gendarmería y de otras fuerzas de seguridad son mencionados con su grado. Solo los nombres de los choferes Basena y Flores aparecen sin menciones de grado alguno, lo que hace suponer que eran civiles, tal vez empleados del ingenio Ledesma. Algo similar ocurre con las menciones al chofer Juan Muñoz, que, entre otras actividades, ingresó al Escuadrón 20 a las 16,30 del 24 de marzo conduciendo un ómnibus Mercedes Benz de la empresa YPF con una patrulla del Regimiento de Monte 28 (con sede en Tartagal) integrada por un sargento y 11 soldados. Por las anotaciones del libro de guardia se entiende que la actividad del día del golpe de Estado fue febril en el Escuadrón 20, donde padecieron detención, y torturas, varios detenidos hoy desaparecidos, como el empleado municipal y militante comunista René Russo (cuyo ingreso figura en el libro de guardia, junto a otros, con la mención de que estaba por averiguación de antecedentes). Muchos obreros y empleados del Ingenio San Martín de El Tabacal tenían militancia gremial y sufrieron la represión. En el libro de guardia también hay una mención a este ingenio: de 16,50 a 21,15 del 18 de abril de 1976 el sargento ayudante Miguel Bahid y el sargento Ángel Maidana estuvieron ocupado custodiando el «pago del Ingenio San Martín del Tabacal».

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