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lunes, julio 7, 2025

Cinco obras impresas de Adrián López en Alemania

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Cierto exilio no pudo decantar a López, ensayista, investigador, poeta, insomne de las letras, escritor de Marx, amante inoportuno de la soledad. Adrián atravesó el muro y acaso, como poeta maldito, vuelve desde lejos como un fantasma derridiano.

Hemos atravesado, con Adrián López, Doctor en Humanidades con Orientación en Historia (egresado de la Universidad Nacional de Salta), un sin fin de intercambios de curioso vuelo intelectual. Leer sus libros, sus entusiastas teorías y sus inabarcables teorizaciones de una compleja lingüística y de un pensamiento profundo, de una prosa ocurrente, de una literatura de choque, de una ternura inquisidora, ha sido como recuperar fases perdidas de una época académica. Y valga una feliz paradoja: su antiacademicismo es su nota creativa con un plus de verborragia lírica rebelde.

Hace más de un mes, venimos programando una entrevista. De ella, quedan los títulos y sus respuestas, especie de monólogo indirecto del entrevistado.

Faubourg

El por qué de esta sublime aparición (en numerosos sites y en Europa)

Antes y durante, la o las respuestas, los circunloquios, las circunvalaciones, los desvíos, el ir lento, las circunlocuciones, que son y no, mi forma de hablar, mi manera de pensar, mi estilo para escribir –porque tales estrategias, procedimientos, técnicas, artimañas, “paleta de colores”, las adopté, entre otros, de Derrida (idénticamente, de Proust o Borges…)–, haré algunas aclaraciones.

– La primera de ellas es que opté por conservarme, en el doble sentido de “mantenerme en un rincón” y de “protegerme”, de Salta, de sus noches, sus calles, su gente; de las personas que me quisieron y dejaron de apreciarme, a raíz de que la gloria, la fama, los viajes, la fortuna no vinieron enseguida, como se esperaba –esta gente olvidó que Juan, el Bautista, moraba en el desierto, comía langostas y miel silvestre y le bastaba con eso. De los amigos, porque los extraño, a causa de los fríos de la época (Gelman); de los odios que continúan destilándose –a esto lo pude constatar cuando fui en agosto de 2011, para terminar con papeles (si la Fuerza me acompaña, que es la única que siempre estuvo a mi lado, aunque sin conocerlo, hasta el 2 de julio de 2011, en una oscuridad de insomne…, podría permanecer aquí unas décadas o más –solito, como los héroes de mi infancia; e. g., el de la serie Kung Fu).

– La segunda aclaración tiene que ver con el tema de la soledad, que es una constante, no únicamente en mi frágil existencia, sino en lo que sangro, negro, rojo y blanco, en el papel y por el papel.
Por un lado, imitando, como lo enuncié en otros reportajes tuyos, a Derrida, porque no hay “… más que la [Soledad] absoluta”, dice en un escrito maravilloso, acerca de las pasiones, también en el múltiple sentido, de lo referido al “pathos”, a las pasiones y de lo enlazado con el dolor, la pasión –http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/pasiones.htm. Por ejemplo, la de Jesús (y lo de enlazado, en el doble sentido de “vinculado a” y de “atrapado por”). Se estaría conectado y enjaulado en el ave que no tiene alas para volar, que es y no, la Soledad –Pablo Milanés.

Por otro flanco, a raíz del amor a los libros, que lo aprendí de una madre que ya no es lo que fue… El apreciar el aroma de los textos; el silencio de una Biblioteca; sus pasillos; las estanterías repletas de libros, han sido mi Casa, yo, que no tengo nada. Ni Patria, ni hermanos, siendo no obstante, el primogénito (incluso, con respecto a algunos muertos a los que no aludiré, para no arrancar sonrisas de compasión estúpidas…), ni lengua –cf. infra.

¿Por qué sin idioma? En virtud de que ya no hablo el Castellano, la lengua de los Amos Ibéricos o de los Colonizadores, a pesar de la aporía de una entre/vista que en se habla para enunciar que no se habla…, ni me expreso en Portugués, porque no lo domino [mejor, creo; así no soy Opresor de nada ni de nadie, y vivo fuera de(l) tiempo y de la Historia, a pesar que suene petulante, soberbio, vanidoso –querer existir en tu siglo, en la Historia; desear esta vida que es una brisa que no deja rastros siquiera; eso es vanidad, orgullo fatuo (hay que redimirse de khrónos y redimir el tiempo, que es una ficción, un tempo que puede olvidarse, quebrarse, como a los ídolos; ésta sería para mí, una genuina transustanciación de los valores y no lo que propuso el liviano de Nietzsche, que no deja de ser del montón de su centuria, y lo que sostuvieron los nietzscheanos, de Salta, por moda, y los de Europa, por etnocentrismo, que me tienen agobiado)].

– La otra aclaración es que la empresa que me contactó, y lo advierto para que después no asome un alien, haciendo un comentario despectivo acerca de la editorial que se comunicó conmigo, es una empresa muy cuestionada –integrada por capitales españoles, alemanes y yankees, posee su sede en Alemania–, impugnación que puede clicarse en http://criticacida.wordpress.com/2012/03/04/porque-no-publicar-en-editorial-academica-espanola/ y en http://romano.in/oportunidad-o-fraude-academico-muy-bien-elaborado/, entre otros lugares no lugares.

A mí, en lo personal, no me parece que sea así o tan así, lo que se desmantela en torno de la empresa, que se llama Editorial Académica Española (EAE). Sin embargo, si fuera de esa guisa, ¿qué? Deleuze exclamó, y previo a él, el Engels de El Anti–Dühring…, que pueden suscitarse consecuencias de envergadura con nulos o escasos recursos.

La crónica de las inquietudes

Un 27 de junio de 2011, a las 17: 41 hs., se contactó una señorita muy simpática, que no trabaja más en la empresa, que se llama Guadalupe Dassano, quien logró ubicarme mientras otros me perdían (en el polifacético sentido de “extraviarme” –y otra vez, en el múltiple vértice de “dejarme” y de “empujarme a mi perdición”– y de “aturdirme”), me preguntó si no anhelaba difundir mi obra Contratiempos y Aforismos IV… (https://www.morebooks.de/store/es/book/contratiempos-y-aforismos-iv/isbn/978-3-8454-8403-7), que ya se había publicado de forma virtual en la Facultad de Derecho, en la Universidad de Málaga, Málaga, España, y en la Fundación de Investigaciones Políticas y Sociales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Argentina –cuando todavía no me quedaba más que soportar la estupidez de Salta y de sus habitantes, sean feministas autoritarias, ecologistas talibanes, leninistas, peronistas, docentes, universitarios o no, castrados por cualquier Nombre de Falo ante el cual se postran, como adelantaste en una ocasión, vos, de modo brillante, un académico de Humanidades graduado ayer, se atrevió a poner en duda la calidad de mis libros y de si realmente, alguien los había diseminado (¿dónde publicó el enano ese?…).

Abordaje

El libro web, en su estructura original, puede abrirse en http://www.eumed.net/libros/2009b/539/index.htm, pero debido a una re organización de la página digital de la FISYP, la mayoría de mis obras y artículos no se los encuentra donde estaban –imagino que en algún momento, todo se normalizará, mas, si no es de esa suerte, no me interesa publicar porque sí (además, lo que no existe mío ahora en la FISYP no hace mella en mi abultado CV –aprendí de Chuck Noland de la película Cast Away (Náufrago), que siempre cito y alrededor de la cual hablo…–, que lo que se da, acontece y lo que no ocurre, no se da… y es preciso aceptarlo).

Pero como era la segunda parte de otro, les hice una contrapropuesta a los de la EAE, que consistía en difundir primero Esquemas para la reconstrucción de los grupos subalternos…, que figura en http://www.eumed.net/libros/2011b/947/index.htm y en http://www.fisyp.org.ar/media/uploads/thomp.pdf –FISYP.
Ambos deconstruyen a un supuesto “marxista”, que fue el eurocomunista Edward Palmer Thompson, el cual aniquila de tal modo al suegro de Aveling, que no queda nada o casi nada, para que ese historiador fiel chupamedias de Annales, Escuela Historiográfica adulada por la Facultad, sea considerado… ¡marxista!
Como siempre y para curarme en sano, no vengo a establecer cuál sería el “verdadero” marxismo y qué habría sentenciado “genuinamente”, Marx, para un retorno a su firma, al estilo de lo que efectuó Lacan con Freud.

Lo que intento es decir qué podría considerarse que el amigo de Engels, no es (https://www.morebooks.de/store/es/book/finale,-allegro-con-brio-la-deconstrucci%C3%B3n-de-e-p-thompson-ii/isbn/978-3-8454-9153-0): no fue el leninismo ni el marxismo –y con ello, englobo, aunque sea discutible, a los que comparten los asertos de Il’ich o Lenin, que van desde Rosa de Luxemburg hasta Mao; desde Plekhanov hasta Stalin; desde Mehring hasta Guevara; desde Bebel hasta Clara Zetkin; desde Pannekoek hasta Mattick; desde Gramsci a Ho Chi Minh, Bensaïd o Holloway; entre miles de otros. No fue el eurocomunismo; no fue la “Nueva Izquierda” del tono de Perry Anderson. No fue lo que lo obligaron a vomitar Lacan, Althusser, Wallerstein, Borges, Freud, Deleuze, Toni Negri, Marta Harnecker, Guattari, Derrida; etc., etc. (por consiguiente, procuro rastrear cómo y por qué, se leyó al oriundo de Tréveris, como se lo fabricó –es que se lo edificó, de acuerdo a X coyunturas, debacles, insurgencias). Es impostergable des leninizar Y desmarxistizar al sepultado en Londres, para comenzar –no para recomenzar lo que nunca se hizo…– a leer al antiguo compañero de Bakunin, pero en simultáneo, desgranando Y no, lo que ya se ejecutó contra Marx yensunombreporsunombre, operatoria y operación que es contradictoria, y sin embargo, imposibleplausible e inevitable (habrá que desmadejar al admirador de Wolff, tomando a cuenta, por la cuenta y en la cuenta, al leninismo, al marxismo y a los zócalos que indiqué).

Para mí, con todo lo que significa de relativa mi opinión…, el nacido en 1818 fue el primer anarquista y un anarco comunista deconstructivo, aunque se haya distanciado de los anarquistas –however, ese alejamiento puede asimilarse como que se apartó de ellos porque no entendieron el gigantesco potencial del anarquismo.

Los de la EAE, aceptaron y encaré la ardua faena de re ordenar el material de las obras citadas, porque no fueron un simple “refrito”, como se acostumbra en la academia. Por añadidura, como soy obsesivo, aunque no neurótico (mi estructura clínica es otra…), pulí de un extremo a otro, el fraseo. Y es que la escritura tiene que poseer cierta musicalidad, como la de los versos, la de los poemas. O la de una Obertura o canción –por correo se lo expresé a una amiga; que intentaba tipear como el quinto y corto movimiento del Requiem, de Amadeus (el cual es en mi sinceridad, lo que lo justifica, dado que el resto de sus composiciones es tonalidad para calesitas o entretenimiento…).

Publiqué primero el texto de los conjuntos populares, que amplía, completa y enriquece la teoría de las clases en el suegro de Longuet. No obstante, el mérito es poco, dado que la hipótesis de los grupos sociales –dirigentes y dirigidos, o poderosos y subalternos– estaba en las obras de Marx. Nada más que para explicitar los integrantes de los conjuntos sociales, que absorben a las clases, hay que comenzar a leer al suegro de Lafargue a los 18 años y no a los 40, como el elogiado Benjamin, que es uno de los miembros de la Escuela de Frankfurt, la cual es en el fondo, una infiltrada que hace un trabajo de contra revolución con el pobre amigo de Engels, apropiándose, inclusive, de ejes que planteó, como también concretan Bourdieu (que es un descarado plagiador de Marx y de otros cientos), Morin, Bauman, etc.

Luego, se difundió el libro por el cual Guadalupe se comunicó.
Con estos dos “estudios de caso”, para usar la jerga de los historiadores que son hechólogos, que repelen que la Historia es una cienciadiscurso, porque les falta la más pequeña ilustración teórica –y no sólo en lo que se asocia con el marxismo…–, quedó demostrada la solidez de la hipótesis de los grupos sociales, teoría que responde a las objeciones de un Giddens, respecto a que un profesor, un arquitecto, un gerente, un albañil, un electricista, un “autónomo” en general, no son clases y que por ende, la hipótesis de Marx no sirve para dar cuenta de la estratificación social en el capitalismo contemporáneo [afirmación que me aburrí de escuchar del docente Eduardo Ashur y que repetía hasta el bostezo, el profesor Eduardo Marcos Raspi –of course, sin haber frecuentado ambos, una página de algo del padre de Laura– (en alguna circunstancia, un estudiante valiente le planteó al docente Ashur cuando no había muerto, que los casos que él esgrimía como impugnaciones serias a la teoría de los “escalones” sociales en Marx, los había disuelto un profesor de una asignatura; ante mi nombre, se encogió de hombros, escupió que mi parecer valía una pluma y que yo no era Marx; ¿él sí?)].

La quinta de papel

Son cinco los libros esparcidos en papel [en Salta, recuerdo vagamente una Ley que te da una pensión vitalicia, si llegaste a redactar cinco o más libros, sin ser en co autoría, compilaciones, ediciones o coordinaciones de artículos de terceros –es obvio que podría solicitar la referida pensión, que no es una cifra digna pero ayuda; sin embargo, como respira ese odio atroz contra mí y que pude constatarlo en diciembre de 2011, para las Fiestas, ni me molestaría porque de seguro, los que se sientan aludidos y sean Tribunal para decidir sobre el particular, elegirían el deceso propio antes que otorgarme la pensión en lid; si la provincia dejó fenecer a un literato de los quilates de Ramón Vera (que algunos lo descalificaban como el “sucio” Vera…), qué puedo aguardar yo –pero dije que estoy allende chronos y la Historia; redimido de tales fenómenos, como soñaba cierto Marx o ese Marx al que le hago decir lo que firmo; mi buen amigo)].

El quinto es sobre Paul-Michel; me giraron el texto en CD hasta que me envíen la versión “Gutenberg”.

En el palimpsesto sobre Foucault, procuro demostrar algunas contradicciones en Paul-Michel, que se subsanan cuando encarnamos su perspectiva en redor al funcionamiento del poder, con lo que anuncia el Psicoanalista, Legendre y con el refugiado en Bélgica (una de las incoherencias en las que tropieza el deleuziano es que los poderes son tan anónimos, que su hipótesis de que no hay El Poder, se enreda en ello –si los poderes no son ejecutados por nadie, entonces existe El Poder…).

Subrayo que en los “métodos” en el amado por Jenny, suspiran 2 etapas, compuestas por cuatro fases cada una –no habría au fond, 2 methodos en Marx sino… ¡ocho! (lo que curvaría al admirador de Engels, de la trilogía hegeliana o del binarismo, haciéndolo epicúreo, lucreciano, con una dialéctica del Desvío o “clinamen”, que palpitaría en 4 ritmos o más –a esto, la Mgr. Ana Simesen, que se mofa de mi SUMMA CUM LAUDE de mi Tesina de Licenciatura, no adoptando igual actitud cuando sus ahijados lograron la misma calificación…, lo bautiza de plagio de El nacimiento de la Física…, de Michel Serres).

El tercer hojaldre es sobre las Corrientes de la Semiótica –http://www.eumed.net/libros/2010e/812/index.htm. Acá doy un vuelco en mi producción (https://www.morebooks.de/store/es/book/la-pulsi%C3%B3n-de-obra-de-la-semi%C3%B3tica/isbn/978-3-8484-7272-7), que se percibe ya en el segundo texto –por las profusas notas y las interminables apostillas a la Bibliografía–, que es mayor en el libro 5, que en realidad, debiera haber sido la cuarta obra, pero es de esta guisa, a causa de que todo eso se conecta con lo que adelanté.

Como la EAE no revisa los manuscritos ni detenta un Comité Editorial, según las opiniones venenosas de ut supra, lo que no es verdad, permite un gran margen de creatividad; por lo menos, a mí. Aprovechándolo, decidí subvertir el formatolibro actual. En el de Foucault, que asoma en http://www.eumed.net/libros/2010e/813/index.htm, puse a modo de “Conclusiones”, glosas de filmes, comentarios de la Bibliografía, inserté versos, entre otras innovaciones.

El apostillado a la Bibliografía es notable en la cuarta obra, que habla en torno al movimiento piquetero argentino, fruto de una Conferencia de 4 horas, a la que fui invitado por la Universidad de Goiás, en el Estado de Goiâna, República Federativa de los Estados Unidos de Brasil, con todo pago –https://www.morebooks.de/store/es/book/rispideces-entre-las-clases-en-la-argentina-de-hoy/isbn/978-3-659-01592-2

O sea, que a partir del segundo libro impreso escribí obras que sean anti libros, para que no dejen de ser obras desencajadas. Podrá no ser novedoso en un parergon en el que desde los ‘60 se tematiza el fin del libro, mas, es un giro, como lo dije, en mi trayectoria…

Anti-interview

No voy a acabar de una forma previsible. Agregaré tres codas que mutarían esta entrevista, en un anti reportaje.

Una de ellas, expresaría:

Evidentemente, sea en papel o en letras celestes (en el polimorfo sentido de “color celeste”, y a la par, en el de los “cielos” y en el sentido de los “meteoros”, capítulo de la Tesis Doctoral de quien fuera, aunque aborrecido por siglos, querido por mí, que ahora sí, nada significo –y otra vez, en el múltiple sentido de “decir algo” y de “importar algo”, a pesar de ser la vida lo que se disuelve en polvo de éter, y que deja sombras y olvido… –), no puedo hablar, enunciando la impotencia de no decir, hablando, y no puedo escribir, contorneando el no poder escribir, apelando a la escritura. Ni hablar ni escribir, en ninguna lengua. Ni en el Monolingüismo del Otro –Derrida. Pues esto es como una despedida. Final (¿terminal?; ¿de aeropuertos?).

Sé que es pesada la carga para quienes, unos pocos, me apreciaron y es todavía más densa para aquellos que, en menos cuantía, me quisieron, de una manera u otra.

No pude ser tan fuerte para continuar respirando, porque mañana saldría el Sol y quién sabe qué podrían traer las olas.

Siento como si hubiera desilusionado a los que me albergaron en su memoria y a quienes, en menor número, me acompasaron en mi Soledad y audaz Melancolía. Pero de verdad, que desde hacía tiempo, que deseaba viajar como El Principito, hacia las estrellas, para alejarme de tanto dolor, que comenzó desde que mi hermanita Cristina tuvo su deceso, siendo una bebé…, y para aliviarme de los clavos de mi cruz y de los Heraldos Negros, que no me permitían más que breves descansos, a fin de arremeter de nuevo, con ímpetu fortalecido.

Estos añosiglos fueron, por disímiles motivos, los ciclos más enfermos, horribles y desbordando cualquier escala de tristeza, en la ausencia de brillo en mis ojos, caminando desiertos interminables, enlutado todo el día.

No hay reproches, ni acusación, ni demandas, ni autovictimización; ya no tengo ganas ni fuerzas, ni conscientes ni inconscientes…, para ejercer eso contra nada, en desmedro de nadie; ni contra mí, si en ocasiones lo disparé, como arrojan algunas y algunos.

Sencillamente, no puedo sobrepujar tanto desamor del amor; me rebalsa tanta pobreza, material y espiritual; no puedo con el amordesamor; con tanto exitismo; con todos los modos de iniquidad. Y más todavía, para el sentir de un otro, otro, expulsado de la época, desorbitado, que no obstante, talló en ébano, ahora, lo que es más propio de quien parte: sea una “posta” o no, lo que se rasga negro, blanco, rojo en un papel. Celeste o no.

Si fuese posible, que esto, lo derramado en lágrimas de tinta, se esparza por alguna senda, por algún puente o medio.

Querría que mi cruda materia, fuese lanzada a la distancia, lo más lejos que se pudiera con respecto a una ciudad o provincia que aniquila a sus talentos, como a Ramón Vera y a los poblados de luz, cercados por una ceguera bíblica –espero a mis hermanos.

No queda en esta sección, más que decir que esto Y no, es mi última obra, y que es Y no, lo que está descoyuntado, fuera de lugar o de obra.

Lo otro que sería un adiós “inoportuno”, sería el modo en que, f. i., me despido de mis hijos en mis e/mails. En la película Contacto, actuada por Jodie Foster, ella tiene un código de radiollamado; es “CQ”.

Bien; “CQ; CQ”, cerrando la nota, el feliz encuentro, hasta uno próximo, cuando el Sistema Vega me lo permita [estoy a 26 años luz de Salta, no por vanguardista, sino por el aislamiento del “Capitán Beto” (Spinetta) y en uno de los lugares donde pueden ubicarme es en https://www.morebooks.de/?locale=es (ponen mi nombre en el Buscador y comprobarán que no miento ni plagio –no lo necesito; la ideas se me derraman…; me atraviesa una “escritorragia”, como me acarició con su buena onda perdida, mi ex Director de Tesis Doctoral, al cual mal predispusieron contra mí, como lo ejecutaron con Skliar, con Dorra…)].

La otra locura podría ser el tema musical de El Indio, al que, como era de anticipar, recurrí en otros topoi:

Comiendo o no alimentándome, “… mi vida aquí, no daba más …” Por eso, “me fui en un [tris] …” Para andar por “… la mierda, …”, no calculé mucho y me “… rajé para …” acabar (en el doble sentido de “darle término” y en el de “llegar a una cota, a un punto”) con mi estómago. Y me vine, “… dejando todo, baby …”; “… el aire acondicionado …” que no tenía, alucinaba que me curaría del asma. Sin embargo, no me topé sino con perros de la calle “… Calor feroz; [porquería…] Con la vieja de Haydee, me fui a cruzar, con fiebre y con miedo también, [… Las Cataratas …]” “… Llovió anoche en el …” falso “Edén …”, haciendo un ruido de sonámbulos, acompasado con el engaño “… del [Progreso] …” Y encima, “… leen el Evangelio, según Hitler, a la hora de almorzar …” “Pensando en vos, siempre…; […] siempre extrañándote… […]” –The circle is complete (¿está completo, ya? –lo desearía, sí).

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