La Corporación de abogados católicos pidieron a Macri que vete el proyecto de Ley sancionado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que instituye el “Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género”.
La nota publicada por Notivida sobre el pedido de anulación del proyecto de Ley por parte de la Corporación de abogados católicos, sostiene que la práctica impondría “una forma de apología de la homosexualidad en la educación de los niños”.
Más escándalo causa que la fecha que se instituiría el 17 de mayo estaría contemplada en las efemérides, según consta en el proyecto sancionado (Exp. 325-D-08).
¿Debemos entender que el Día de la Lucha contra el cáncer de mamas, contra el SIDA o contra las adiciones son apologías, es decir, alabanzas o defensas del SIDa, del cáncer o de las adiciones?
¿Acaso no es correcto que en el contexto de una educación laica se favorezca la no discriminación por Orientación sexual?
Este proyecto de Ley pareciera apuntar a la protección de las personas, no se trataría de educar en el fomento de una opción sexual.
El pedido de los abogados católicos no tiene fundamento sobre todo si pensamos que la Educación Sexual puede impulsar a los niños a mantener tempranas relaciones sexuales.
De todas maneras, los educadores deben permanecer alertas frente a cualquier punto referente a los contenidos educativos. El macrismo no es garantía de nada y habría que profundizar en el tema sin descontextualizar el proyecto en cuestión. La evaluación del impacto social debe analizarse antes de la promulgación y sobre todo proponer las consultas a los padres y a los especialistas en el tema.
Si se trata verdaderamente de favorecer la No discriminación por Orientación sexual o Identidad de género es un punto positivo en el siglo XXI.
– La nota elevada al Jefe de Gobierno de Bs. As. expresa lo siguiente:
Tenemos el agrado de dirigirnos a Ud. con el objeto de solicitarle el veto (art. 87 de la Constitución) del proyecto de ley, sancionado por la Legislatura de la Ciudad, mediante el cual se instituye el día 17 de mayo como “Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género” (Expte. 325-D-08).
Tanto del texto como de los fundamentos del proyecto sancionado surge que se insinúa imponer una forma de apología de la homosexualidad en la educación de los niños, desde que se les enseñaría que esa condición es optativa, tan valiosa como ser varón o mujer. En los fundamentos se sostiene que: “la homofobia es cultural, se aprende, por ello resulta fundamental abordar el tema en el ámbito educativo” (sic).
El interés superior de los niños requiere evitar toda intromisión en su temprana formación, máxime si no media al respecto expresa voluntad de los padres.
El proyecto en cuestión, merece severas objeciones desde muchos puntos de vista, nada aporta al bienestar de la sociedad, todo lo contrario, socava valores substanciales sobre los que ésta se asienta, y el Estado debe privilegiar y proteger.
Agradeceremos, entonces, se sirva Ud. dar curso favorable a este pedido.
Saludamos a Ud. muy atentamente.
– Alberto Solanet, Presidente
– Guillermina M.C. de Fuschini, Secretaria
habitando la paradoja
Profundizar en esta cuestión nos lleva al terreno de la paradoja.
Habría que situar la noción de discriminación ¿nos referimos al acto enmarcado en un contexto de poder? o tal vez ¿nos referimos al acto cotidiano de discriminar en tanto hablamos de elegir, de seleccionar? En este último sentido la ley y las luchas están funcionando como mordazas que dejan a la libertad sin aire.
Apenas se presenta una hipótesis aparece un grupo con sus derechos de libertad para expresarse, pero resulta que esa expresión es contraria a otras y así tenemos marchas por el orgullo gay al mismo tiempo que tenemos marchas en su contra.
Lo curioso es que hay abundantes razones lógicas en ambos sentidos y es por ello que pueden convivir no sólo en el mismo tiempo, sino, hasta en la misma avenida.
Por otro lado la elección sexual no es una cuestión que sigue los senderos del aprendizaje pedagógico. Nadie se vuelve homosexual por ver a otros homosexuales o porque haya una ley al respecto. Se trata de «elecciones» que operan en un plano ajeno hasta para el propio sujeto homosexual.
A mí particularmente no me preocupan las manifestaciones cotidianas en ningún sentido. Lo que sí me parece grave es que alguien pierda su trabajo por ejemplo, por ser gay, por ser mujer, por no ceder a la cama del jefe, por ser judío, o negro o lo que fuera. Ese plano de la discriminación requiere el compromiso de todos. Pero si ese compromiso se generaliza a los ámbitos personales y privados, el silencio obligado de nuestras preferencias nos convertirá en sospechosos, en culpables de pensamiento u omisión.