Los argentinos tenemos la experiencia (y si hicimos ejercicio de la memoria podremos detectar con facilidad este tema) de la magra actuación de la justicia en nuestro ispa.
Este ispa lleno de idas y venidas y ahora con el tema de la reforma judicial…los senadores mandan el proyecto oficial a los diputados y a estos le llega la carga del debate con los pros y los contras de los distintos representantes del pueblo. ¿Representantes del pueblo dije? Ups! Cuantas cosas hicieron en la legislatura a espaldas de los votantes, de los representados. Así se traiciona la democracia y realmente estos señores de la política no pocas veces se convierten en los Judas Iscariote del sacrosanto pueblo argentino.
¿Cuándo un votante simple, común, del barrio o de la clase media laburante habría votados a muchos de estos para que dictaminasen leyes totalmente contrarias a la moral y a la tradición Argentina? Leyes como la del matrimonio igualitario, aborto. Leyes que van contra la libertad religiosa, la formación sexual y moral de los hijos. Leyes que bajo la facha de una redistribución de los bienes afectan a millones de argentinos que en su opción liberal lograron sus bienes. Leyes que provocan odio y rechazo entre los hermanos de un mismo pueblo. No quiero englobar toda la tarea legislativa bajo este aspecto, ya que muchas cosas se hicieron bien y en beneficio del bien común sin hacer daño a este o aquel sector…pero este aspecto los prostituye.
Los argentinos tenemos la experiencia (y si hicimos ejercicio de la memoria podremos detectar con facilidad este tema) de la magra actuación de la justicia en nuestro ispa. La ciega que muchas veces miró por debajo o por arriba de su antifaz a este o aquel interés dejó de lado frecuentemente el interés del pueblo pequeño, como los son por ejemplo los conflictos familiares, la violencia de género, las cuestiones vecinales, los pequeños trabajadores, la droga en la juventud, y así los innumerables problemas cotidianos que necesitan resolverse para el pueblo argentino. Siempre se priorizó los grandes bolonquis dejando caer migajas de equidad a los de abajo…de hecho esto es lo más desigual que se pueda pretender del sistema que imparte la tan ansiada justicia y que para ser justos debe empezar por los que más la necesitan, es decir, los pobres, los sencillos.
Se debate airadamente sobre la incursión del poder ejecutivo sobre el judicial, sobre si la elección de los magistrados debe ser democrática o corporativa y asi también sobre temas técnicos-juristas y otros. La verdad que algo hay que hacer para que la ciega ,que también es manca y paralítica, en nuestro ispa mire por los más necesitados, haga rápidamente lo que sea necesario por las necesidades y reclamos urgentes de los argentinos, empezando por los más pobres . Y seguramente a esta señorita no le vendría mal visitar, moverse y estar allí donde la necesidad urge porque en su pedestal de virgen pura e idolatrada más de uno la tomó para sí haciendo de ella una prostitutita interesada.
Haga lo que se haga con la justicia en argentina es una válida posibilidad para que sea distinta a la que tenemos, porque esta se volvió ausente y detestable para muchísimos en nuestra tierra.