En Salta se estrenó el 13 de junio, la última versión de Superman (que se puede ver en castellano, subtitulada o en castellano 3D), un film esperado por los seguidores de este gran superhéroe. Pero no complace del todo, los últimos 45 minutos son aturdidores.
La película dirigida por Zack Snyder tiene un buen comienzo, escenas conmovedoras de cierto dramatismo, con una calidad de imágenes que atrapan sobre el planeta Kryptón y su inminente pérdida y destrucción. Un niño, Kal-El es la esperanza de una civilización superior a la raza humana. Russell Crowe se luce en esta primera parte (después de “Los miserables”, este papel es el suyo). Pero su presencia comienza a ser innecesaria, ya que su fantasmal aparición se convierte en un retorno forzado y hasta ingenuo para contarle a su hijo las causas del desastre primero, y para discutir después y rivalizar, con su eterno enemigo. El director hace de una aventura una desventura sobrecargada y con efectos reiterados. En cuanto a Superman, especie de semidios, es uno más del clan de superhéroes a quienes les pesan los superpoderes y el personaje se torna aburrido. ¿Y Clark Kent? Vendrá en la segunda parte de la saga, quizá, para recuperar su histórica presencia y levantar esta primera parte en la que Superman, vuela como un cohete despedido a la estratósfera.
Coincido con Richard Roeper, del Chicago Sun-Times en que se trata de “Una película sobre todo decepcionante, con personajes poco desarrollados y escenas de lucha sobrealimentadas que parecen nunca acabar y que no ofrecen nada nuevo en el camino de los efectos especiales y la creatividad”.
Debo admitir, que Scott Foundas, de Variety , no se equivocó cuando señaló que “El tono, sin sentido del humor y sin descanso del ruido (visual y musicalmente), deja mucho qué desear en la estética”.
Henry Caville, el Hombre de Acero, nos recuerda al nunca superado Christopher Reeve aunque con más tecnología y efectos especiales, sólo se trate de un alienígena adaptándose a la vida terrestre. Su interpretación es impecable, y en dúo con
Amy Adams en el papel de Lois Lane, produce buena química. Kevin Costner y Diane Lane fueron muy bien elegidos para el rol de los padres de Clark, actores de gran calidad que le aportan una cuota de drama a la historia y no se pierde de vista su remarcada participación, notable por cierto.
Molesta por ejemplo, en una escena caótica, cómo luego de arremeter contra edificios, volar por los aires y molerse a golpes con su enemigo, el General Zod interpretado por Michael Shannon en un villano cliché, Superman cae finalmente a pocos metros de donde se encuentra Lane, testigo de sus actos más valientes y temerarios. Este típico formato estilo yanqui es insoportable. Y con esta escena, otras del tipo.
Lo interesante de Zod y Superman es, en todo caso, que ambos gozan de igualdad de poderes y que son los binomios perfectos, archiconstituidos en polos opuestos. Lo que cuenta son sus representaciones, símbolos de las ardientes y constantes luchas en las que triunfa el bien, como temática de la ciencia ficción.
Yo diría que la película es espectacular, en el sentido de gran experiencia visual, pero que no es buena. Vale la pena asistir para conocer al Superman de hoy y para atesorar y extrañar al Superman de ayer, el de siempre.
– Dirección: Zack Snyder
– Guión: David S. Goyer y Christopher Nolan
– Elenco: Henry Caville, Amy Adams, Diane Lane, Russell Crowe, Kevin Costner y Laurence Fishburne
– Género: Acción / Superhéroes
– Duración: 143 minutos