Los trabajadores del mundo debemos tener en claro que ninguna de las partes en conflicto representa los intereses del proletariado.
Los medios de comunicación masiva que responden a los intereses de la burguesía financiera imperialista insisten, desde hace días, con una posible intervención militar en Siria, bajo el pretexto poco creíble de que el gobierno de ese país ha utilizado armas químicas contra su población en la lucha contra los «rebeldes» (mercenarios a sueldo de la OTAN).
Si bien, lamentablemente, el imperialismo no ha cesado en sus invasiones a países de Medio Oriente (Afganistán, Irak, Libia entre otros), en caso de concretarse este ataque, la humanidad podría verse sumergida en una guerra termonuclear, dado el posicionamiento de Rusia y China como aliados estratégicos de Siria, cuyos intereses geoestratégicos y materiales son opuestos a los de la burguesía imperialista norteamericana.
El imperialismo es consciente del peligro de un desenlace catastrófico y lo utiliza como amenaza para seguir perpetuando la guerra de acción psicológica contra las masas con el objeto de amedrentarlas y aquietar sus luchas, que van en aumento a lo largo y ancho del planeta.
Si bien existe el riesgo de una conflagración de carácter mundial, situación que hemos venido señalando desde hace tiempo en nuestra prensa, tenemos motivos para creer que la guerra no sólo puede, sino DEBE EVITARSE. En ese sentido, destacamos el escasísimo consenso popular, en particular en EEUU y Europa, para una nueva guerra y las cada vez más grandes movilizaciones en su contra.
La burguesía imperialista NECESITA llevar adelante una nueva agresión militar para descomprimir los conflictos internos de sus países y sacarlos al exterior porque cree que así podrá solucionar la crisis de superproducción capitalista en la cual está inmersa. En su desesperación y despegue de la realidad, no le importan las consecuencias a las que pueda llevar a la humanidad con sus tropelías.
Los trabajadores del mundo debemos tener en claro que ninguna de las partes en conflicto representa los intereses del proletariado; que en caso de una guerra los muertos los pondrá inexorablemente nuestra clase y que llevaremos las de perder, salga quien salga victorioso.
Es por eso que debemos denunciar y condenar cualquier iniciativa de la clase dominante que pueda desencadenar la guerra, sin dejarnos amedrentar con sus amenazas en pos de seguir organizándonos y ganando conciencia para lograr la fuerza necesaria para enterrar de una vez y para siempre este sistema basado en la explotación y la muerte.
Los trabajadores debemos exclamar como una sola y potente voz:
¡NO A LA GUERRA IMPERIALISTA!
– PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES
