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domingo, noviembre 24, 2024

Estreno mundial: Atahualpa, una Leyenda Inca

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La música de Di Giusto es de carácter universal. Cinco minutos de obertura preparan al espectador para ver una historia escrita con claridad, sin rebuscamientos.

Salta, viernes 8 de noviembre de 2013. Teatro Provincial. Ballet “Atahualpa”. Música Mº Gerardo Di Giusto. Libreto y Coreografía Mº Roberto Lazo Jiménez. Ballet Folclórico de la Provincia. Orquesta Sinfónica de Salta conducida por el Mº Jorge Lhez. Vestuario y Accesorios Prof. Juan Carlos Vilca, realizados por Patricia Gutiérrez, Cadrije y Paola Mamaní. Iluminación Nicolás Farfán. Escenografía Guillermo Pucci. Aforo 85%.

Sí, leyenda, con su inamovible mezcla de historia e imaginación, con la idolatría que despertó en su pueblo la sola mención de su nombre: Atahualpa, el que luego de trece brutales batallas destrozó a su hermano Huascar, que estaba del lado de los conquistadores, en la lucha por el poder y se quedó con el imperio incaico por última vez. El personaje, autoritario guerrero, ningún santo por supuesto, era demasiado atractivo como para no recurrir a él como idea de una manifestación artística. Tal vez sea oportuno mencionar la tesis de muchos historiadores en el sentido que la región noroeste de lo que hoy es Argentina, integrada por aquellos tiempos -antes del siglo XV- por diaguitas, calchaquíes, capayanes, lules, wichis, chanés, etc., estaba dominada por las últimas estribaciones incas que en la organización social funcionaban como autoridades a las que los originarios debían someterse. Esta mención es al solo efecto de dimensionar el poderío de un imperio que dominaba cerca de dos millones de kilómetros cuadrados.

Durante noviembre del año pasado, se produjo por primera vez la conjunción orquesta sinfónica y ballet folclórico, ambos organismos dependientes de la Secretaría de Cultura de Salta. La actuación fue de elevado nivel como lo dije en su oportunidad. De allí surgió la idea del Mº Lazo de buscar algún material para un nuevo espectáculo durante este año. El Mº Lhez buceó entre las partituras existentes y no encontró algo que atrajera a ambos directores. Al mes siguiente visitó Salta como solista en piano, el Mº Di Giusto, argentino que vive en Europa, luego de largas charlas se dispuso escribir la música para un probable ballet original. En un año, se armó el que ví, en estreno mundial, como resultado de una idea, la comprensión de la misma y consecuentemente la composición de la música, el diseño coreográfico y una partitura magistralmente conducida por el Mº Lhez.

Cinco minutos de obertura preparan al espectador para ver una historia escrita con claridad, sin rebuscamientos en cuya primera parte, se produce la coronación de Atahualpa. El segundo esquicio cuenta del prohibido amor entre un guardia del emperador y una de las muchachas vírgenes de carácter sagrado y uno de los más importantes aspectos de la vida de una comunidad, la cosecha de sus alimentos. La tercera y última parte contiene el juicio a la pareja de amantes, la bestialidad del conquistador Francisco Pizarro que se impone a los guerreros incas, el asesinato de Atahualpa, que se produjo en Cajamarca donde él fue a enfrentar con altivez al brutal Pizarro, la matanza de las viudas, una ilusionada huida y la esperanza del renacimiento imperial que no sólo nunca se dio sino que además, inició una época en que nada fue igual.

La música de Di Giusto es de carácter universal. Es más, hasta tiene los estupendos giros de los compositores rusos post-románticos del siglo pasado y sin embargo refleja fielmente los distintos momentos de la historia. Por ejemplo, el pasaje que describe la cita de amor y la unión de los enamorados es de una enorme ternura, el carácter obsesivo de la música que describe el juicio al que los someten o los golpes de timbal que anticipan la crueldad no solo del asesinato de Atahualpa sino la masacre de las viudas en manos de la soldadesca de Pizarro hablan de un inspirado trabajo compositivo.

El Ballet Folclórico de la Provincia nos dijo del magnífico momento por el que atraviesa liderados por el Mº Lazo. Las figuras, movimientos, pasos, giros y gestualidad, logran mostrar al inca en su orgullosa presencia, en la exhibición del que se siente superior a los demás. La orquesta, enriquecida por no pocos instrumentos autóctonos, conducida por el Mº Lhez, siempre pendiente del escenario, con una lectura apasionada, colorida y precisa de un argumento directo que llega al corazón de la gente sin innecesarias explicaciones, fue, como de costumbre, de muy buen nivel.

El resto de responsables de los distintos elementos que componen este original ballet, vestuario, iluminación y escenografía, motivados en alcanzar lo mejor dentro de los medios con que contaban, se unieron a los artistas nombrados para una producción que enorgullece.

El aplauso sostenido fue la aprobación pública de un costoso edificio artístico muy bien concebido.

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