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sábado, noviembre 23, 2024

«Amigos de la música del país»- dice Púppulo: «sólo abrazo el arte»

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Si hoy la Ley de la Mùsica protege sólo a algunos es porque los…»otros» músicos supieron hacer lo que nos-otros, no supimos hacer: exigir y plantarnos como imprescindibles.

Alguien quizá habrá notado que últimamente, justamente cuando estaba por entrevistarme con Rubén Verna (del C.Nac.de Mús.) interrumpí mis mensajes, mis denunicas y mi insistente invitación a pensar en conjunto. Últimamente había estado leyendo en algunos foros algunos textos que confieso me alarmaron. Estoy viendo que todo se está poniendo demasiado, DEMASIADO politizado… No fue ésa mi intención cundo lancé mis propuestas y sugerencias.

He detectado que por haber yo apelado a los deberes de protección estatal pertinentes, algunos sintieron la necesidad de recordarme muy añejos corporativismos estatales y marchas de sospechosas tendencias, como si adivinaran en mí, cierta afinidad con causas tales. Debo aclarar nuevamente para que se me lea sin prejuicios que NO soy ni peronista ni anti…, ni kirchnberista ni anti…. No soy ni populista ni antipopulista… ¿Acaso no fue que en 1952 Radio del Estado interrumpió un recital de Cortot? ¿No fue, acaso, cuando en los años en los que los que vinieron para limpiar con la corrupción se limpiaron con 30.000 almas mientras se hacía en River la Rhapsody in Blue y el Mundial’78? ¿Acaso no fue que en los tiempos de aquél que no nos iba a defraudar…que hubieron relaciones carnales con los Rolling Stones, con mil estrellas del show-business y fundamentalmente con el FMI? ¿No hubieron en aquellos años locos diferentes resplandores (encandilecentes por el uno a uno – que cumplidamente luego debimos pagar-) de entusiasta reacción neo-liberal en madiraje con un polícromo populismo?

En mi encuentro con Verna comprobé una vez más que (tanto desde el entramado político generado por los populismos más bastos como en el de los espíritus más «selectos») siempre hay una inagotable y agotadora burocracia que entorpece casi toda posibilidad de fluidificar todo lo que hace a la construcción de cultura, al reconocimiento de los verdaderos valores y a la debida prolijidad en las retribuciones para los que construyen arte, ciencia y cultura; también comprobé -una vez más- que para destruir el parasitismo hay que hacerse presente con categoría, enfrentarlo con presencia de ánimo y en estado de alerta, que uno no se puede adormecer plácidamente y artísticamente sobre los expedientes…y que los contratos requieren de nuestra mayor atención debido a un inacabable listado de requisitos que fácilmente -a mí me ha ocurrido- hacen que el artista, al final, también sea en parte el causante de su propia desgracia. Frente a Verna descubrí cuestiones concernientes a las jurisdicciones. Aquí un punto central: muchos me han informado de situaciones que aluden a defraudaciones (yo las suelo llamar estafas, a secas) que se suceden en Buenos Aires, y muchísima otra gente me informó de situaciones idénticas sucedidas en Tucumán, en Santa Fe…, etc.,etc. Ante Verna y ante el encargado de las finanzas de Cultura yo hice los planteos corespondientes y fue allí que ellos me respondieron que TODOS los contratados por el Gob. de la NACIÓN habían sido pagados, si no en tiempo ni en su debida forma, pero TODOS fueron PAGADOS. Yo había ido a defender a todos los que me concedieron la misión de ser vocera de los rezagados, de los incumplidos , pero algunos (prefiero no hacer nombres por ahora) o YA habían arreglado, o bien no habían sido convocados por Cultura de la Nación… Aquí lo de las jurisdicciones.

Por ello es que aquí pido a todos que todo lo que sepan de irregular, de corrupto, de perverso que ataña específicamente al Gobierno NACIONAL me lo hagan llegar (lo más documentadamente posible ) a mí. Estoy empeñada en luchar a nivel nacional, y luego a nivel de las provinicias (o de las jurisdicciones que fueren) en particular. Verna recibió mis propuestas con actitud abierta y disposición para trabajar en conjunto. Veremos, ahora, si somos capaces de edificar cultura nacional los artistas junto a los gobiernos.

Por otro lado, también descubro -no por primera vez- que las entidades privadas -en las que en nada influye Estado alguno- si bien se juegan también juegan, se burlan y explotan con la buena fe de los artistas. Martha Nogera -connotada pianista y empresaria- me contrató hace más de un año, dí mi recital y jamás volví a saber de ella; cuando me permití recordarle su deuda me dijo alegremente que: «no hay pago disponible»… Allí es donde debo retornar a lo que apunté con mi «Sinopsis Temática» (difundida en este foro), donde propongo que el Estado debe apoyar y suplir a lo privado, no para depender del Estado (último responsable, en definitiva), sino porque si el Estado sostiene los servicios públicos…., tambièn, bien puede, y debe sostener o ayudar a sostener a la cultura, no para que la cultura dependa de él , sino para apoyarse en lo mejor de ella y se cimente una nación a partir de la misma. No pido que se delegue en el Estado la Cultura, no pido que el Estado nos rija, sólo pido que NOSOTROS le exijamos al Estado,…PORQUE EL ESTADO, LA NACIÓN Y EL PUELBO SOMOS TODOS NOSOTROS, COLECTIVAMENTE. Si hoy la Ley de la Mùsica protege sólo a algunos es porque los…»otros» músicos supieron hacer lo que nos-otros, no supimos hacer: exigir y plantarnos como imprescindibles. Sólo supimos deleitarnos con el arte (a la manera de los diletantti del barroco italiano) y confiamos en que el reconocimiento nos llegaría como el maná. Nosotros, los músicos académicos no hemos sabido fundar una entidad propia que con personería jurídica pudiera representarnos y defender nuestros intereses.

Retomo mis primeras frases y debo decir que sería muy necio de mi parte ignorar que toda manifestación artística emana -en cierta medida- de su contexto social-político, pero tambièn creo que sería muy necio analizar a un Leonardo a partir de sus ligazones con algunos mecenas italianos o con algún rey francés… , o juzgar a Beethoven en función de su acercamiento al Congreso de Viena…Quiero decir, mientras nos debatimos a partir de partidismos, el arte y su adecuado culto se nos están escurriendo de las manos. Mientras atávicamente, cerrilmente recordamos y creemos preservarnos de lo que suponemos ocurrirá apoyándonos en viejos ecos de la memoria (una memoria selectiva), la realidad del arte queda postergada debido a inveterados desatinos y al antojo de las políticas culturales de Estado, un Estado, una Nación que, como fue dicho -y en ello fervientemente creo- no es posesión de un gobierno o de unos políticos sino que es una entidad integrada, constituida esencialmente por nosotros, porque nosotros somos el Pueblo y dentro del Pueblo, estamos los artistas que lo integramos y completamos para contribuir a su definición y a su dirección. Los desatinos, arbitrariedades, cegueras, distorsiones y corrupciones no son patrimonio exclusivo de lo estatal, no seamos ingenuos, las iniciativas privadas, muy meritorias en muchos casos, a veces no trepidan en explotar la necesidad de dación propia del artista.

Mi pensamiento no se apoya en la disyuntiva, en lo disjunto, sino en lo conjunto, en la sinergía, la síntesis que sugiere alternativas. Nunca al hombre se le repiten identicas contingencias, jamàs entonces el individuo debe repetir idènticos reflejos, todo es dialéctico y ante cada tesis, la antítesis novedosa, progresista, es productora de una síntesis que a muchos se nos escapa. La inducción (la más consciente empirie) lleva a la deducción (la más honesta lógica) para desembocar en la praxis más sensata. Propongo (si se me permite) una atrevida sugerencia más: releer algunos de los enunciados generales pero cardinales de Hegel, o de Suzuki, sólo por citar a dos pensadores del oeste y del este; tal vez allí descubriremos que la entidad, el noúmenos, el ser, (o, si queremos, el numen) se nos ha escapado hace décadas…, cuando el mecanicismo y la especulación de Occidente avasalló tanto con lo mejor y más sublimado de Occidente y así como con lo más sacralizado y enaltecido silenciosamente de Oriente.

No soy anti- nada, ni pro- nada…, en todo caso: soy anti-anti… Estoy, en todo caso, en aquel anti propositivo inherente a la antítesis de la lógica dialéctica, voto por la libertad de dogmas, por la antítesis real opuesta a todo antagonismo sectario vetusto, transitado…, ficticio, pasajero, los antagonismos pedestres que hoy, en nombre de la evolución histórica deberían haber sido superados, sólo para liberarnos del cerebro reptil que todavía parece empecinarse en dominarnos y detenernos. No apuesto al olvido sino a la superación, a la ascensión con el peso de una experiencia siempre presente y consciente.

Como creo haberlo dicho anteriormente, ni yo ni muchos otros con mayores o menores posiblidadees artísticas, ayer ni hoy hemos sido prohijadas por entidad oficial ni privada alguna, (como sí lo ha sido M.Noguera -décadas ha- sólo por citar a una pianista y empeñosa empresaria que supo ser generosa conmigo;…el Mozarteum también ha tenido su contención estatal). Estoy muy equidistante de lo oficial y de lo privado, de la derecha prometedora y de la izquierda cristalizada: sólo abrazo el arte…, por el que pocos, muy pocos, compruebo hoy sin abrigarme con banderías, ni aun los más interesadaos en brindar arte, se juegan y empeñan valientemente a ofrendar la vida y su nombre (por temor a las izquierdas, a las derechas, a los populismos y a aquellos intransigentes memoriosos apegados al status quo).

Para finalizar (o quizá para despedirme…por ahora) , sé positivamene -como casi todos Uds.- que la música clásica sólo mueve un 2,5% del mercado discográfico-musical en el mundo entero, en el mercado (el mercado-libre y privado que, por definición todo lo domina), pero creo también que ello se acentúa muy agudamente en nuestro país y tal cosa obedece tanto a que gran parte de nosotros nos conformamos con lamentarnos sin saber cómo actuar, tanto como al estado barbarizado de la cutlura alctual, nacional y, reitero, global. Poco, pero muy poco es lo que hemos hecho aqui por la gran música…, excepto tocar y esperar la respuesta mágica…del genio de los pueblos y del interès de los empresarios… Por «la otra música», la digna música popular (que puja desde los años 50s, y aun antes) una expresión posiblemente devenida en sectaria (hoy es hartamente omnipresente lo «pop») y avasallante frente a los otros sectarismos y supuestos elitismos, mucho ha sido lo que han hecho muchos luchadores (folkloristas, tangueros, cumbieros, rockanroleros y bluseros- también colonizados éstos-) durante décadas.

No nos quejemos ahora ante el perfil de la presente Ley de la Música…! La misma NO OBEDECE a Kirchnerismo o pupulismo alguno: obedece a una lucha que los «cultos, impolutos, pulcros y clásicos» europeístas no supimos entablar…Hasta dónde llega la «civilización» (genocida de razas), y hasta dónde la «barbarie»(nacionalista)…: ésa es la cuestión…Si nos mezclamos en la jerigonza de derechas e izquierdas…, nos olvidamos del arte…como cree haber expresado al iniciar estas reflexiones alguien que como yo amó a Guastavino, a Chopin, a Rachmaniniov,…a Gershwin.., a Bartok…y a todo lo bello , verdadero y real…

Es mucho lo que algunos medios de buena fe como Salta 21 hacen por la difusión del arte mayor, pero todo lo que se haga es casi nada frente a lo que TN-Clarín-Nación informan «a repetición» sobre la vida color sonrisa-mueca del show-business. Esos medios son los mismos que desde un hábil culto a la simulación, denodadamente se empeñan por defenestrar a lo que despectivamente califican de pupulismos… Admiro a Horowitz y a Schnabel, a Toscanini y Furtwängler y a …bueno…, a tantos otros fenómenos a priori antitéticos. Arte y sabiduría son syn-thesis propositiva. A pesar de los pesares creo en lo inclusivo, no en lo exclusivo y excluyente, y por ello confío en la juventud de nuestra aún joven democracia y no tengo nostalgias de otros períodos que nos hundieron en la barbarie fingiendo traernos economía libre y transparente, verdades únicas y coaguladas, simulando civilización y cultura. Creo en la capacidad de transformación de nuestro país, sólo hace falta que seamos capaces de dar la cara colectivamente frente a todo lo que nos parezca injusto.

Mi sincero afecto hacia todos los que profesan una comprometida y sincera afección por el arte.

Elsa Púppulo


– Notas anteriores:

Púppulo: Una voz más, reclamando, informando, denunciando…‏

http://www.salta21.com/Puppulo-Una-voz-mas-reclamando.html

La barbarización de la Cultura: qué propone Elsa Púppulo

http://www.salta21.com/La-barbarizacion-de-la-Cultura-que.html

Elsa Púppulo: Alegato por la Cultura Argentina

http://www.salta21.com/Elsa-Puppulo-Alegato-por-la.html

El Arte bajo amenaza: Carta Abierta de Elsa Púppulo para los amantes de la Cultura toda

http://www.salta21.com/El-Arte-bajo-amenaza-Carta-Abierta.html

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