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domingo, noviembre 24, 2024

Un serial linchamiento más en un terrorismo de estado, que llaman Estado de Derecho

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Una realidad degradada, un prontuario de violencia de un relato judicial imposible de sostener. Una desprotección ética y jurídica

Se dice que un Estado de Derecho es aquel que se rige por un sistema de leyes e instituciones ordenado en torno de una Constitución, la cual es el fundamento jurídico de las autoridades y funcionarios, que se someten a las normas de ésta. Así la vastedad de un paradigma de un pacto de impunidad implícito o explícito de la lapidación desenfrenada de las “instituciones republicanas”, incluso de un organismo internacional, en la República Argentina. Así, los gobiernos o funcionarios que hacen de la deshonestidad su estilo de vida, tarde o temprano les van mal. Es inexorable.

Llegará un día que se avergonzarán de sus propias trastadas antijurídicas. Lo que se siembra se cosecha (Ver Gálatas 6: 7, Romanos 12: 19, Deuteronomio 32: 35 y 39, Levítico 19: 15, y Hebreos 10: 30 y 31). Las democracias modernas no se consolidan con ladinos, que manipulan y pisotean las leyes a su antojo. Que creen que tienen la franquicia del derecho y el poder.

Así un catálogo de violencia a la dignidad del ser humano o variedad del Manual del fascismo en la justicia de la República Argentina. ¿En rigor, cuál es el compromiso o conciencia real de ciudadanos juristas, funcionarios, legisladores, organizaciones que declaman y predican el respeto y la vigencia plena del Estado de Derecho, cuando el derecho es literalmente sojuzgado y esclavizado por la manipulación? Es deber real de involucrarnos sin hipocresía y el Estado de responder, en los derechos reconocidos explícitamente en el ordenamiento jurídico nacional y en los Tratados Internacionales, con rango constitucional, en los que la Nación es parte.

En efecto, próximamente se expondrá una síntesis de las demandas presentadas en reclamos de los derechos constitucionales a la libertad sindical, civiles, a la dignidad (la dignidad está mucho más allá de todo resarcimiento material) de Miguel Hugo Rojo desde el año 1992, en el periodo de 22 años (más de un tercio de mi vida) de las violaciones sistemáticas, reiteradas e institucionalizadas de las garantías del debido proceso, de repetidas dilaciones sin justificación alguna, prevaricato, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, incumplimientos de fallos, invocación de leyes caducas y que nada tienen que ver con la materia (de parte de la cínica, mendaz, CSJN), caducidad de instancias, retardo y flagrante denegación de justicia, graves y deliberadas maquinaciones y lapidaciones antijurídicas, gravísimas irregularidades con consecuencias penales de funcionarios, jueces de primera y segunda instancia de la provincia de Salta y federales, Corte de Justicia de Salta, “Honorable” Corte Suprema de Justicia de la Nación, Comité de Libertad Sindical y el Consejo de Administración de la O.I.T. en Ginebra-Suiza.

Es necesario partir de una exigencia ética que se transforme en acciones concretas y en instituciones reales. Hannah Arendt, sostuvo: el derecho a tener derecho; aún más, Alain Touraine, afirma, que los derechos están por encima de las leyes.

En rigor, se podrá observar una ausencia de límites de los exponentes dignos de lo peor de la banda o patota judicial de las evidencias literales de las violaciones seriales e impunidad a los derechos humanos que, se dice que tienen su origen en la dignidad y el valor de la persona humana. Así la propensión y las certezas de la calidad despreciable y persistente de la institucionalidad republicana en nuestro país. En rigor, ésta especie de plagas del Estado de Derecho y de la sociedad; que imponen la fuerza de la irrazonabilidad, irracionalidad, mala fe y la violencia sobre el derecho. Así, el reflejo de la justicia en democracia -regla primordial de convivencia racional- en la Argentina. Junto a ese vacío, se enumerarán los episodios de la intolerancia y miseria del Estado de Derecho. Los hechos que se expondrán demuestran elocuentemente “un agravio de imposible, insuficiente o de tardía reparación ulterior”.

Un caso anómalo, despiadado, desvergonzado e impune en la Provincia de Salta y el Estado Nacional de la República Argentina. Que hoy, abril de 2014, por el mismo hecho y una de las vías judiciales utilizadas, se encuentra nuevamente por tercera vez en la Corte de Justicia de Salta. De persistir la desvergüenza, saña y el linchamiento “jurídico”, podría ir nuevamente a la CSJN por tercera vez. Un hecho inédito, no sólo en la Argentina, sino, modestamente entiendo en el mundo. Entendí y soy consciente que no se debe ni se puede vivir con odio. Tampoco voy a callar. Porque sólo por la gracia de Dios me levanté muchas veces, y sigo de pie. Así, con mi confianza depositada en Dios, voy a reclamar hasta último momento e iniciaré un ayuno próxima y oportunamente, por un reclamo ajustado a derecho.

Romper con el silencio es romper con la violencia institucional, complicidad y se conozca la verdad y se garantice el normal funcionamiento de las devaluadas instituciones republicanas, y no se expanda la irracional ilegalidad; y los depredadores de la dignidad humana, mitómanos, pervertidos, megalómanos, pusilánimes e inescrupulosos funcionarios que las degeneran e hicieron de la agresividad e impunidad una constante.

Miguel Hugo Rojo – D.N.I. N° 10.856.490

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