El vocero de la Asamblea Provincial Docente, la presidenta y algunos delegados dicen que el acuerdo ruinoso con el gobierno es «un triunfo político» y avalan la mentira de que es el inicio del «saneamiento de la grilla». Tenemos que revertirlo con una nueva asamblea
El recurso de Urtubey de apelar a los métodos clásicos del romerismo para enfrentar a la Asamblea Provincial fracasó. Su acuerdo con los sindicatos rompehuelgas que se extendió desde ATE Docente, el SADOP, AMET hasta la ADP y sus amenazas contra la Asamblea Docente fueron insuficientes para frenar un paro que alcanzó más del 70% a nivel provincial.
El jueves de la semana pasada y con este marco de una gran huelga el gobierno sella un acuerdo con las burocracias por un adelanto de 110 peesos por cargo en concepto de incentivo docente y 20 pesos de blanqueo al básico.
Esto no fue suficiente para frenar la masiva marcha del viernes y la Asamblea que reunión a unos 500 compañeros.
Fracasó el garrote y fueron por la zanahoria. Ante la evidencia de que a la Asamblea ratificaría la continuidad de la huelga el gobierno convoca a los delegados antes de la asamblea.
Finalmente al arreglo realizado con la burocracia el gobierno agrega un adicional en negro de 40 pesos para los de menos de 10 años de antigüedad y de 80 pesos a los de más de diez años a pagar recién… el 1 de noviembre.
El adicional sólo alcanza al maesro de grado con cargo, no así a los cargos del polimodal que cobran igual o menos que el maestro.
El vocero de la Asamblea, la presidenta y algunos delegados defienden el acuerdo como «un triunfo político» y avalan la mentira oficial de que esto es el inicio del «saneamiento integral de la grilla salarial» que llevaría a una recomposición salarial antes de fin de año.
Otros en cambio lo denunciaron enérgicamente y propusieron seguir la lucha. Lo mismo hacemos los compañeros en Tribuna Docente en numerosas intervenciones.
Los defensores del acuerdo saben muy bien que a lo largo de doce reuniones en tres meses de mesa de diálogo el gobierno no ofreció absolutamente ninguna mejora ni avanzó un paso en el saneamiento, el tope horario y el adicional especial del 40% para el cargo testigo y todos los cargos que están por debajo de aquél. Ni hablar de los 1.800 pesos de básico.
Esa posición de algunos de los delegados de adaptarse y embellecer la propuesta oficial contribuyó a que por una ajustada mayoría de 230 votos contra 185 la asamblea suspendiera las medidas de fuerza.
La verdad es que el acuerdo es ruinoso, consagra la caída del poder adquisitivo del salario frente a una inflación que ahora el propio gobierno impulsa mediante el aumento de tarifas e impuestos. Lejos de haberse avanzado en el saneamiento de la grilla lo que tenemos es una proporción mayor de montos en negro, un achatamiento de la escala salarial.
Desde Tribuna Docente iniciamos una campaña para revertir esa situación reclamando una nueva y más masiva asamblea para replantear la lucha ante la evidencia de que tenemos la representatividad, la necesidad y tenemos la fuerza para enfrentar a este gobierno e imponer nuestros reclamos.