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lunes, noviembre 25, 2024

A 43 años, el legado del Cordobazo en la juventud

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Pasaron ya 43 años de aquella histórica insurrección popular protagonizada por trabajadores y estudiantes que iba significar, entre otras cosas, el principio del fin del “Onganiato” y la llamada “Revolución Argentina”.

Sin dudas en este día habrá oportunidad de repasar cuales fueron los orígenes y las causas de tremenda movilización popular, se recordaran los nombres propios de los principales protagonistas y se seguirá discutiendo, con la posibilidad que brinda el paso de los años, cuál fue su legado. Sin embargo como sostenía Agustín Tosco a solo un año de aquella gesta popular, se necesitaría por lo menos escribir un libro sobre este “hecho de real trascendencia histórica”.

Es por esto que en esta breve reflexión no se pretende hacer una descripción histórica ni muchos menos de lo que paso antes, durante y después del Cordobazo, sino sobre todo poder reflexionar acerca de un legado que en muchos casos ha pasado desapercibido, pero que como jóvenes, es importante revalorizar.

Si el nacimiento y movilización del radicalismo puso en la escena política a la clase media nacional y el peronismo visibilizo y dio poder a los sectores obreros y populares, el Cordobazo significo ante todo el bautismo de la juventud como actor político y social de relevancia en la vida política argentina. Los cientos de jóvenes que se movilizaron y lucharon aquel 29 de mayo, a la par de Agustín Tosco y el movimiento obrero en las calles de la ciudad de Córdoba, iban a iniciar un proceso histórico en el cual la juventud estaría siempre en el centro de la escena, siendo su papel decisivo en la construcción de la historia de nuestro país hasta la llegada de Menen al poder.

A partir del Cordobazo los jóvenes argentinos se autodefinieron, como ocurría en otros lugares del mundo, como los protagonistas de la épica del gran cambio social y se pusieron al frente de las luchas populares. Y de hecho en los acontecimientos históricos que marcaron nuestro país así quedo demostrado. Hoy pocos podrían negar el rol central que tuvo la lucha de los jóvenes en la vuelta a la democracia y el regreso de Perón en el 73, o liderando la resistencia a la dictadura del 76, o acompañando masivamente la recuperación de la democracia con Alfonsín en el 83. Algunos podrán decir que en mucho se equivocaron, que erraron en los medios y en los caminos, o lo que sea para quitarles valor, sin embargo nadie podrá negar que las utopías guiaban sus acciones y que lo que hacían, lo hacían por que tenían ideales y convicción de que un mundo mejor era posible.

Después llegó Menem y con él la ola neoliberal que hacia su ingreso triunfal en el mundo entero tras la caída del muro de Berlín. Y con la ola neoliberal llegaba el fin de las ideologías, el endiosamiento del mercado, el individualismo, y el manejo de los destinos del país y del mundo de nuevos actores. El estado y la política habían perdido su lugar a manos de los grandes grupos económicos-financieros y de los organismos internacionales de crédito, que ponían sus intereses económicos por encima del interés popular. En este marco la mística y los ideales del Cordobazo iban a pasar a una suerte de exilio y los jóvenes caeríamos en la indiferencia. Nos harían creer que no meternos era mejor, que ser neutral era el camino, que la militancia era una pérdida de tiempo y que la política no servía para nada, y por un tiempo muchos caímos. De esta manera la juventud desmembrada y golpeada iba a dejar de tener un rol importante como agente fundamental de cambio.

Pero la historia tiene sus vueltas y luego de la crisis más profunda de nuestra argentina empezaron a soplar nuevos vientos. Después de 43 años de aquel gran acto protagonizado por miles de jóvenes y de la mano de la recuperación de la política como una herramienta de transformación social, los jóvenes estamos volviendo a creer que es posible con convicciones, militancia y compromiso cambiar nuestra realidad. Sabemos que todavía falta, y que son muchas las voces reaccionarias que van a seguir insistiendo que la apolítica y la indiferencia son el camino, y que nos van a criticar y golpear por seguir ideas y comprometernos con un proyecto. Tenemos claro que todavía vamos a escuchar a muchos familiares y amigos decirnos que no nos metamos, que no vale la pena, que no vamos a poder cambiar nada porque el “mundo es así”. Nosotros, sin embargo, como jóvenes militantes decidimos dar la batalla y volver a levantar esas banderas que levantaron los jóvenes del Cordobazo. Y lo hacemos porque estamos convencidos, como lo estaban ellos, que un país libre justo y soberano solo puede construirse con la participación activa de todos los sectores, fortaleciendo la democracia y recuperando la política a favor del pueblo, y que sin dudas es mejor equivocarse intentando cambiar las cosas a quedarse mirando cómo pasa la historia.

– Por Lic. Pedro Buttazzoni *

Presidente Juventud Frente Plural

* Pedro Buttazzoni es Licenciado en Relaciones Internacionales y tiene cursos de Posgrado en Juventud, educación y trabajo en FLACSO, y Alta Gerencia Publica en la Universidad Católica de Córdoba. Actualmente es Presidente de la Juventud del Frente Plural, Delegado por Salta ante la Juventud de Concertación Forja Nacional, asesor legislativo en la legislatura provincial y consultor privado en Sigma Consultora. Además fue Director Ejecutivo de OAJNU Salta en el año 2011.

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