Un estudio realizado en el epicentro del coronavirus advierte de nuevos síntomas. La diarrea, los vómitos y la pérdida de apetito podrían ser un aviso del virus.
Los problemas digestivos como la diarrea, los vómitos y la pérdida de apetito podrían ser un síntoma de coronavirus, según una investigación. El estudio realizado a 204 pacientes en Wuhan, punto de partida del brote de COVID-19, encontró que 99 pacientes (48,5%) fueron al hospital con problemas digestivos como su principal dolencia.
La mayoría de estas personas no tenían enfermedades digestivas subyacentes.
La pérdida de apetito (83%) y la diarrea (29%) eran los principales síntomas de los pacientes que presentaban problemas digestivos. Otros problemas digestivos notificados son los vómitos (0,8%) y el dolor abdominal (0,4%).
La mayoría de los pacientes también experimentaron problemas respiratorios –como una tos seca persistente o problemas para respirar (los síntomas más comunes del virus)– así como digestivos, pero siete pacientes del estudio mostraron solo síntomas digestivos.
El estudio, realizado por investigadores chinos, ha sido examinado por otros académicos y publicado esta semana en el American Journal of Gastroenterology.
Los investigadores estudiaron a 107 hombres y a 94 mujeres con una edad promedio de 55 años que dieron positivo en la prueba de COVID-19 entre el 18 de enero y el 28 de febrero. Noventa y nueve tenían síntomas digestivos y 92 de ellos también sufrían problemas respiratorios como resultado de la infección.
“De los 105 pacientes sin síntomas digestivos, 85 se presentaron solo con síntomas respiratorios, y 20 no tenían síntomas respiratorios ni digestivos como su principal queja”, detallaron los especialistas.
El estudio también encontró que los problemas digestivos empeoraron al aumentar la gravedad de la enfermedad. Los pacientes sin síntomas digestivos en este estudio tenían más probabilidades de curarse y ser dados de alta que los pacientes con síntomas digestivos, explicaron los científicos.
Alrededor de un tercio (34,3%) de los pacientes que sí experimentaron problemas digestivos fueron dados de alta para el 5 de marzo, cuando el estudio dejó de recabar datos. Esta cifra de tratamiento satisfactorio se eleva al 60% en el caso de las personas que no experimentaron síntomas digestivos.
«Encontramos que los síntomas digestivos son una queja común en los pacientes con COVID-19”, aseguraron los investigadores. «Comparados con los pacientes sin síntomas digestivos, aquellos que presentan síntomas digestivos tienen un tiempo más largo desde el inicio hasta el ingreso y un peor pronóstico”, advirtieron.
La doctora Brennan Spiegel, profesora de medicina y salud pública de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) y coeditora del American Journal of Gastroenterology, donde se publicó el estudio, explicó: “En este estudio, los pacientes de COVID-19 con síntomas digestivos tienen un peor resultado clínico y un mayor riesgo de [muerte] en comparación con los que no tienen síntomas digestivos, haciendo hincapié en la importancia de incluir síntomas como la diarrea para sospechar de COVID-19 al principio del curso de la enfermedad antes de que se desarrollen los síntomas respiratorios”.
“Esto puede conducir a un diagnóstico más temprano de COVID-19, que puede conducir a un tratamiento más temprano y a una cuarentena más rápida para minimizar la transmisión de personas que de otra forma no estarían diagnosticadas”, agregó.
La razón exacta por la que el virus afecta al sistema digestivo sigue siendo desconocida, pero los académicos creen que podría ser similar a cómo el SARS daña el sistema: el virus se une a un receptor en las células humanas y puede desencadenar que el cuerpo produzca demasiadas células llamadas hepatocitos.
Esto puede conducir a una lesión del tejido hepático. También se cree que el SARS-CoV-2 daña directa o indirectamente el sistema digestivo a través de una respuesta inflamatoria que daña el sistema digestivo. Los investigadores advierten que se necesita más investigación para entender cómo el nuevo coronavirus afecta al cuerpo humano y que es necesario realizar estudios con muestras de mayor tamaño.
– Fuente: Infobae