Investigadores de la Universidad Nacional de La Matanza analizaron distintos parámetros de evolución de la pandemia en 11 países de la región y dieron cuenta de que el territorio argentino presenta, además, la mayor cantidad de personas sanas por cada infectado en comparación con países como Perú y Brasil.
(Agencia CTyS-UNLaM)– El estudio fue realizado por un equipo del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNLaM, dirigido por la decana Fabiana Lartigue, a partir de datos de los Ministerios de Salud de cada Estado y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), recabados hasta el 4 de mayo. El objetivo fue contextualizar la respuesta de la población argentina al virus y observar, en números, el efecto de las medidas preventivas tomadas.
“En momentos en que la cuarentena y el distanciamiento social están siendo cuestionados por ciertos sectores de la sociedad, quisimos realizar un estudio desde el punto de vista sanitario de forma comparativa con distintos países de América del Sur”, expresó el Doctor Eduardo Cozza Buccaro, docente del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNLaM, y añadió que, para hacerlo, separaron los Estados en función de si su población es mayor o menor a los 20 millones de habitantes.
El equipo evaluó tres parámetros: la Velocidad de Propagación de la Pandemia (VPP); el Grupo de Sanos por Infección Específica (GIE), que mide la cantidad de población sana por cada infectado; y el Grupo de Curación por Letalidad Específica (GLE), que mide la cantidad de personas que sanan por cada persona que fallece a causa del COVID-19.
“Los resultados han indicado que, en cuanto a la velocidad de propagación de la pandemia y en cuanto al GIE, la Argentina se encuentra en el mejor lugar entre los países de mayor población, mientras que en el GLE hay un valor semejante entre todos los países”, explicó Cozza Buccaro en diálogo con Agencia CTyS-UNLaM.
Hasta la fecha de corte, Argentina presentaba una VPP de 74, siendo seguida por Colombia, con un total de 126, Perú con 778 y Brasil, a una mayor distancia, con 1466. Si bien entre los países de mayor población también se cuenta Venezuela, su singular situación ha llevado a que el virus casi no tenga impacto, y por esa razón su caso se ha tratado de forma separada.
Por otra parte, el estudio informa que, dentro de los países de menor población, “la situación más compleja se evidencia en Bolivia, Chile y Ecuador, ya que estos países tienen valores de VPP correspondientes a países con mucha mayor población”. Estos Estados presentaban, respectivamente, 29, 312 y 454 infectados promedio por día, hasta el 4 de mayo, valores que, por otro lado, evidencian una disparidad que se registra en todos los casos analizados.
En lo que respecta a la cantidad de sanos por persona infectada (GIE), el informe apunta que, de los países de mayor población, Argentina presenta el mejor escenario, seguida por Colombia, y que Perú reporta el peor resultado de este parámetro. Además, señala que “la diferencia entre el mayor y el menor valor de GIE, excluyendo a Venezuela, es del 3000 por ciento, lo que demuestra la disparidad de las situaciones en América del Sur”.
Por último, el índice GLE –cantidad de personas infectadas que sanan por cada persona que fallece- posicionó a Perú y Venezuela con los valores más favorables, en tanto que Argentina y Colombia quedaron en una situación intermedia y Brasil en el último lugar para los países más poblados.
Sin embargo, en este punto, el estudio aclara: “A diferencia de los parámetros anteriores, independientemente de la población, los valores de GLE se encuentran en un 430 por ciento de diferencia. Y si se obvia la situación de Chile por tener un GLE muy alto, el resto de los países tienen un GLE similar, entre 14 y 38, o sea con un 170 por ciento de diferencia”.
A la luz de los resultados, la secretaria académica del Departamento de Salud, Gabriela Lourtau, valoró las medidas preventivas tomadas por gobierno: “Se ha logrado achatar la curva de contagio, es decir, que la velocidad de propagación de la pandemia es menor. El hecho de que tarde más tiempo en propagarse la enfermedad redunda en menos infectados al mismo tiempo, en una menor cantidad de fallecidos y en una mejor respuesta sanitaria”.