Debo admitirlo, a los 36 años de edad, tengo total desconocimiento de cómo son los hombres. Me refiero a aquellos que mutaron en su propio período de gestación, por influencia paterna, de los cromosomas XX al XY y… ¡bingo!: los ovarios se transformaron en testículos y el clítoris en pene, papá!
Se preguntarán el por qué del nombre del “asunto”. Y es que esto de llamar “cabalgata” y no “camellata”, al tradicional paseo que hacen los tríos disfrazados de nobles en toda España la víspera del 6 de enero, no me suena. Aunque la expresión “cabalgata de reyes” es correcta, aún cuando hubiesen ido “en” o “a” camello, a menos que las piernas las llevasen de lado.
Historia acerca de la diferencia entre enterarse de la existencia de un idioma cayendo de paracaidista en la tierra donde éste es de uso común, en vez de hacerlo en la otra punta del mundo cómodamente en tu casa y por internet; acerca de cómo se suele ver amigos donde no los hay y también de cómo a veces, antes de preguntar sobre una lengua, es mejor morderse la propia.
Del gaucho, había oído hablar de pequeña, andando en bicicleta alrededor del monumento a Güemes, de mayor con el Martín Fierro y con el folclore que le canta pero, en verdad empecé a entender toda la cuestión gracias a esta maravillosa carrera.
Buenos Aires, (Exclusivo para Salta 21). Me da gusto saber de la muestra sobre la obra del escultor Auguste Rodin, inaugurada el sábado 12 de julio en el Museo Nacional de Arte Decorativo, de la cual se podrá disfrutar hasta el 16 de setiembre.