De haber ganado Daniel Scioli las elecciones presidenciales, Bein podría haber sido su Ministro de Economía o, de no ser así, se hubiera constituido sin duda en el referente principal del área económica de su gobierno. Es entonces muy importante saber lo que piensa hoy este economista prestigioso de la situación heredada por Macri en diciembre del 2015 como de las soluciones que éste trata de implementar desde el 2016.
En mayo de 2016 (hace un año y medio) Guillermo Martínez Agüero, ex combatiente de la organización guerrillera Montoneros, cuñado del “Pepe” Firmenich, y hoy Secretario General de la CTA Mendoza, expresó en una entrevista radial que en la Argentina “hay todavía una Revolución pendiente”, y luego, citando al historiador marxista Rodolfo Puiggrós, agregó que “para llevarla adelante se necesitan masas, política y armas”. Antes de eso, frente a otro periodista había afirmado que, para quienes piensan como él “la única Democracia es la que surge de una revolución”.
“Atar con alambre” en el léxico popular es sinónimo de construir o arreglar algo con un carácter provisorio, sólo para salir del paso y no más que eso.
La prórroga por cuarenta años de la concesión del yacimiento hidrocarburífero más grande de la Argentina al grupo anglo-argentino Pan American Energy, en el año 2007, es una de las perlas del “gobierno nacional y popular” de las que el progresismo y la izquierda hablan poco o no hablan.
La elección de Mauricio Macri como Presidente de la Nación en las elecciones de octubre del 2015 significó para el Kirchnerismo, la intelectualidad progresista y la izquierda un duro golpe del que aún no terminan de recuperarse.
El progresismo criollo muestra su cara más patética cuando, a la hora de condenar la violación de los derechos humanos, actúa selectivamente y condicionado por su ideología.
Cristina Kirchner en las elecciones bonaerenses: del “40% cómodo con una ventaja del 15%” que sostenían sus aduladores a la pelea voto a voto con el candidato no estrella de Macri.
Desde hace 70 años existe en la Argentina una afirmación que es casi una revelación religiosa, un verdadero paradigma: el Peronismo es el partido político de los pobres, es el “Movimiento” político-social (como suelen llamarlo los peronistas más viejos) que vino a reivindicar los derechos de los humildes y excluidos para llevarlos a su destino de grandeza.