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miércoles, abril 16, 2025

“Bravísima” Barbieri, la revista en Salta: concheros, plumas y desfile de senos

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La 1ª función de la revista comenzó puntualmente, apenas 2 min pasados de las 21 hs. del sábado 13 de agosto y finalizó 23.20, cuando una multitud de gente aguardaba en la puerta del Teatro Provincial para la 2ª. Una Barbieri de lujo, supo ganarse el aplauso final y disipó habladurías sobre su show.

Carmen Barbieri se ríe de sí misma junto a su marido Santiago Bal. Son creadores. Realizan un espectáculo cuyo formato teatral se encausa por los rieles de la revista porteña y convocan figuras mediáticas para llenar salas. Al inicio del espectáculo, se refleja con un esquetch la pre-producción y el personaje de Barbieri como bravísima. Clones de la rubia muestran escenas de la previa hasta que aparece la verdadera Carmen con un monólogo donde mediante el humor, ironiza los últimos insultos sobre su persona y su marido, llega incluso a decir que si Santiago la engañó, ojalá que le hayan dado una alegría al viejo… En sus dúos con Santiago, ella lo trata de viejito y él de gorda, burlándose de esos aspectos por los que suelen ningunearla.

hi_6-247.jpgLo que ocurre en la tele es denigrante, monstruoso y produce una visión demonizante sobre el trabajo artístico. El menoscabo hacia las mujeres es moneda corriente, los chismes azotan la intimidad y las peleas mediáticas que provocan raiting son temas de una programación diaria que arranca desde la mañana y llega incluso hasta la madrugada por los diversos canales. Allí, sientan en el Olimpo a Tinelli, el rey del medidor televisivo, productor de aberraciones y desencantos, para hacerle creer que si había un dios griego que faltaba, era él. En ese contexto, artistas como Barbieri, Moria, Alfano y Pachano, aparecen como bufones de circo. La estrategia del teléfono descompuesto opera en contra de la seriedad del trabajo que uno observa en las tablas. Esa Barbieri de la TV, aparece como una ninfa venida a menos que sólo se reivindica cuando se transforma en artista, cuando canta, baila y trabaja con tacones altos, cuando es capaz de sostener el glamour de la revista, cuando exhibe su talento lejos del circo televisivo. La fiera se metamorfosea en capocómica, y con alguna que otra escena teatral que combina con bailes y música, provoca emociones de índole diversa.

La mujer del teatro es la única que vale la pena. El resto, son páginas mal escritas llenas de banalidades y superfluas coyunturas.

“Bravísima” se construye sobre la base del grado máximo de la adjetivación, palabra que encierra en sí misma una exaltación de la bravura. En la revista, lo femenino es preponderante, y desde el título, se anticipa dicha cualidad.

En mi opinión personal, Mónica Farro es la figura estelar de la revista. Su cuerpo desnudo provoca un erotismo singular, belleza estetizada lograda desde los cuadros de bailes. Es subrayable cómo se cuidan los desnudos mediante una buena ambientación con hi_6-248.jpgefectos lumínicos y con un vestuario que ayuda a resaltar la armonía de los cuerpos. Notable actuación de Ayelén Paleo quien se luce bailando. Andrea Ghidone integra este trío, una artista que brilla en sus papeles con buenas coreografías y despliegues escénicos. Emiliano Rella le agrega el toque masculino prêt-à-porter y su opuesto, Toti Ciliberto, quien convoca al humor desopilante. Estos artistas, se llevan puesta la revista. Por supuesto, Barbieri y Bal, excelentes. Cabe mencionar a Andrea Estévez, con bastante protagonismo en varios cuadros de baile y escenas teatrales, quien logra sobresalir con buena performance. Matías Alé y Belén Francese son simpáticos, y aportan con sus personajes populares. Alé, quien festejó su cumpleaños en La nochera, bromea con sus escándalos y la Francese hace sus “ritmas” ingenuas.

En el cierre, la despedida es un desfile de senos con pezones al aire, con notable vestuario y una escalera por la que descienden todos los artistas, las primeras figuras y los bailarines del elenco cerca de 24 en total, junto a Barbieri, muy encorsetada y sexy, y Bal de frac, todos de gala con un despliegue de lujo, entre lentejuelas, plumas y concheros.

El público de la primera función aplaudió de pie a “Bravísima”. Como buenos indisciplinados, muchos espectadores ingresaron incluso hasta las 21:30 hs., muy normal en los salteños, pero la revista fue puntual y seguramente se debía a que tenían que cumplir con una segunda función, ambas a lleno total.

Una pareja de espectadores, al término del show, comentaba que se decían muchas “malas palabras” en las escenas y que eso no les había gustado. Claro, los desnudos (culos y senos durante más de dos horas) están okay, pero si se dice “puto” es un atrevimiento. ¡Qué paradoja!

hi_6-249.jpgLa mayoría de la gente salía contenta y decían que esta revista había superado la anterior. Se ve que hay un público seguidor de Carmen Barbieri, quien recordó en el esquetch final a su padre y a artistas que pasaron por su vida como Nélida Lobato, como así también y ya en la despedida, trajo a la memoria a Rolo Puente, fallecido recientemente.

Quiero acotar que se entregaron programas de mano, hecho poco frecuente en obras comerciales porteñas y que integra el elenco una salteña que Carmen presentó al final: Emilia Chaya.

Así pasó la esperada revista de una de las mujeres que protagonizó uno de los últimos escándalos televisivos. Pero recuerden, Barbieri es como la luna que tiene su lado oscuro, la artista verdadera nace cuando se abre el telón. Allí habita la musa.

– Fotos tomadas por Salta 21

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