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domingo, diciembre 22, 2024

Cárcel de Ezeiza: Cristian «Pity» Álvarez compañero de celda en el pabellón psiquiátrico con Giselle Rímolo

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En el mismo lugar estuvo recluido el ex cantante de Callejeros Patricio Fontanet. El músico de rock Cristian «Pity» Álvarez se entregó hoy en la comisaría de Villa Lugano, confesó ante los medios que él mató a Cristian Díaz, en defensa propia, pero se negó a declarar ante la justicia, y fue trasladado a un pabellón psiquiátrico de la cárcel de Ezeiza.

«Lo maté porque era él o yo», afirmó Álvarez el pasado viernes por la mañanapoco antes de ingresar a la Comisaría 52, del barrio porteño de Villa Lugano. Álvarez dijo que «cualquier animal haría lo mismo», al justificar el asesinato de Díaz. «(Lo maté) porque si no me iba a matar él», señaló el líder de la banda «Viejas Locas», quien llegó a la sede policial acompañado por su abogado, Sebastián Qeuijeiro. También sostuvo que con Díaz no eran «amigos» y que la víctima «era un pibe que choreaba».

Tras negarse a declarar, Álvarez fue trasladado al penal de Ezeiza, donde será alojado en el pabellón psiquiátrico en el marco del Programa Integral de Salud Mental Argentino (PRISMA), que depende de la Secretaría de Justicia. Allí compartirá sus días con Giselle Rímolo y Martín Ríos, también conocido como ‘el tirador de Belgrano’ y Susana Freydoz, la viuda del ex gobernador de Río Negro Carlos Soria. También pasaron por allí el ex cantante de Callejeros Patricio Fontanet, ex secretario de Obras Públicas José López y el ex abogado de Lázaro Báez, Jorge Chueco.

PRISMA fue creado en 2011 por una resolución del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y tiene el objetivo de cumplir con el deber del Estado de «proteger los derechos de la población privada de la libertad, prestando especial cuidado a su salud», informó la cartera cuando creó el organismo.

En ese sentido, el programa (que tiene capacidad para 75 personas, hoy aloja a 60 hombres y 10 mujeres), se creó bajo la fundamentación de que «ha sido ampliamente documentado por la comunidad académica que el contexto de encierro incide negativamente en la salud mental de las personas, potenciando la vulnerabilidad de aquellas con padecimientos mentales severos. Atento a ello, PRISMA tiene como objetivo brindar atención a individuos que han sido privados de su libertad y cursan formas agudas de sufrimiento mental».

«PRISMA apunta a la creación de espacios donde circule la palabra, propiciando la conformación de sujetos activos, reflexivos, comprometidos, tendientes a modificar su situación actual», sostuvo el Ministerio, que además destacó que «este abordaje integral concibe al padecimiento mental como un ámbito problemático y un fenómeno multideterminado que requiere soluciones convergentes en los niveles psicológicos, biológicos, institucionales, familiares, sociales y jurídicos. Consecuentemente, se generan acciones para abordar el dolor y el sufrimiento que afectan al individuo, operando en los distintos ámbitos que inciden en dicho padecimiento».

Las características del programa

Según informa el Ministerio de Justicia, PRISMA «consta de un servicio de internación en salud mental, constituido por un equipo de agentes civiles especializados. El mismo cuenta con una guardia interdisciplinaria de 24 horas, integrada por especialistas en psiquiatría, psicología y enfermería».

«Son tareas propias del programa tanto la evaluación de personas privadas de la libertad para el ingreso, la asistencia durante el período de internación y la derivación al momento del egreso del Programa, como el desarrollo de estrategias para promover una transformación cultural del espacio penitenciario», detalla el Anexo I de la resolución del Ministerio de Justicia que ordenó la creación del programa.

En ese sentido, la misión de PRISMA apunta a «la promoción de la salud mental y la asistencia a personas que cursan cuadros agudos de sufrimiento mental y se encuentran alojados en establecimientos del Servicio Penitenciario Federal», y sus objetivos son «brindar atención en salud mental a individuos que han sido privados de su libertad y cursan formas agudas de sufrimiento mental»; «capitalizar las intervenciones para promover una transformación cultural que apunte a la constitución de un ámbito cada vez más atento al respeto de los Derechos Humanos»; y «propiciar la articulación con todos los organismos que entrecruzan dicha problemática».

Entre las tareas que realizan los psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y el resto de los profesionales involucrados, se encuentran la realización de «evaluaciones interdisciplinarias para determinar el ingreso de las personas al programa»; «brindar asistencia interdisciplinaria a las personas internadas, tanto en tratamientos individuales como en dispositivos grupales»; «brindar asistencia a las urgencias en salud mental mediante el dispositivo de Guardia Interdisciplinaria»; «realizar las derivaciones pertinentes al momento del alta del Programa»; «propiciar espacios de reflexión con el personal del Servicio Penitenciario Federal»; y «promover el intercambio con otros organismos y actores del campo penitenciario». (Infobae)

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