Así lo manifestó el ex diputado provincial Carlos Morello en diálogo con Daniel Quercia, conductor de Semanario Te Vé, programa emitido los jueves a las 21 hs. por Canal 10 y Nortevisión, oportunidad en la que se expresó no sólo sobre los recientes anuncios de la presidenta Cristina Fernández, sino también sobre el cambio político que nunca fue (en Salta) y el resonante caso por torturas en la comisaría de Güemes.
“En parte de su discurso la presidenta utilizó las estadísticas del INDEC para hablar de crecimiento económico como de pobreza e indigencia, pero todos sabemos que estas estadísticas son totalmente falsas. Muestra una realidad ficticia, como si los jubilados con este 11% de aumento pudieran vivir bien. Pero fijáte, los jubilados que cobran la mínima van a seguir apenas peleándole a la línea de indigencia. Con este aumento los jubilados sólo cobran $6 más por día… y esto marca clarito que la presidenta le dio mucha plata a los bancos para que paguen su deuda, y muy poco a los jubilados”, reclamó.
En cuanto al ámbito provincial, el ex diputado habló de la desilusión que le causó la gestión de Juan Manuel Urtubey: “En los últimos 3 o 4 años del gobierno de Juan Carlos Romero Salta era una provincia en la cual era muy difícil vivir. El modelo económico de Romero iba ahogando cada vez más a los salteños, entonces era necesario un cambio político. Creímos que Urtubey sería el hombre que lleve a cabo ese cambio, pero no sé por qué optó por ser el último de la vieja política y no el primero de una nueva política”, se quejó.
Con respecto a la causa en Güemes, Morello opina que lo que sucedió no es nuevo ni aislado, sino que “pasa sistemáticamente desde hace mucho tiempo, desde antes que asuma el gobernador Urtubey seguramente, y no hay políticas de Estado contundentes para terminar con esto. El que la formación dure más tiempo no alcanza, hacen falta muchas cosas más. Hay que dar también una concepción ideológica a la gente de la policía de por qué forma parte de la fuerza, que es para seguridad y no para ocupar el poder transitorio que tiene con un arma para realizar estas cosas (en referencia a los apremios ilegales). Si no se cambia la concepción ideológica, no cambia nada”.