Vernazza es un admirador del mundo. Distingue al turista del viajero. El periodista de ADEPA se interna en la historia de dos países: el nuestro y Australia. Habla desde un sólo lugar de enunciación: el periodismo. Pero a su vez, descubre la pasión de haber andado 80, de los 194 países del mundo. Cuestiona por qué Argentina está como está.
Entre charlas de café, como diría Vernazza, se hace periodismo también. Entonces uno descubre que “el profe”, admira a uno de los mejores periodistas del mundo: Gabriel García Márquez. Y no deja de decir, entre sus discursos, que Colombia tiene tres aspectos por la que se la reconoce: la mafia, la cocaína y García Márquez. Sin embargo destaca, como buen viajero, sus bellezas. Se precia de conocerla. También, ha recorrido Aracataca, el pueblo del Gabo y se ha conectado con su gente. En el libro que publicará a fin de año (después de El periodismo, esa pasión ), titulado La vida es un viaje , conoceremos algunos secretos sorprendentes del escritor o quizá nos aguarde la publicación de un artículo para revelarlos.
Quizá esta nota importune a Carlos, no le agradan los adjetivos. Entonces no podré decir que su charla sobre “Australia, la Argentina que no fue”, estuvo conmovedora, didáctica y precisa. Pero sobre todo y fundamentalmente, oportuna.
Martes 1 de julio en el Sheraton Salta, 20, 45. En el salón Güemes, el Subdirector de ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas), abrió la charla con un reconocimiento al periodista Jesús Rodríguez (Clarín) por su labor de 25 años. Luego de un corto paseo por Último tango en París y Refugio para el amor, se conmovía por la visón de Bertolucci sobre el viajero. Y con la frase “Hay gente que se conforma con ver pasar lo que sucede” inició una especie de exposición crítica sobre nuestro país, en relación con Australia. Casi como una tesis lista para un geógrafo o un sociólogo, colmó a la multitud que llenaba la sala de una experiencia fructífera y de contacto directo con la historia, la geografía, la economía y la política.
Josi Muñoz presentó a Vernazza, nacido en Esperanza (Santa Fe) en 1941, talló su historia familiar ligada a esta tierra y destacó algunos pasajes de su extensa trayectoria: 43 años de periodismo, 34 años en la redacción de El Tribuno, 6 años como Subdirector de este diario y desde hace 9, en ADEPA. Es además, profesor en Ciencias Sociales.
Salteño por “elección”, está actualmente radicado en Buenos Aires. Hace 30 años dejó la docencia y se entregó por completo a esa pasión, el periodismo.
Carlos Vernazza señaló similitudes entre Australia y Argentina, separados por 20 mil Km de distancia. En forma resumida para nuestros lectores, puntualizó seis: grandes superficies (Australia dos veces más grande), poca población (densidad baja, en el 80 % de Australia no vive nadie y no tiene fronteras, que es un privilegio), son países jóvenes (Argentina casi 200 años y Australia menos), mala ubicación (ambas en el fin del mundo), son países de inmigrantes y somos países de desiertos (en Argentina el 21 % del suelo es fértil y en Australia sólo el 6 %).
Pero, y aquí viene lo más duro, Australia es una potencia mundial (casi desértica y deshabitada), fundada por ingleses (presos enviados a poblarla); mientras que Argentina, luego de ser la octava en 1908 pasó a ocupar hoy el puesto 42. Por el mismo año (1908) , Australia ocupaba el puesto 48 mientras que hoy está entre los 10 mejores países del mundo.
Subido en el Indian Pacific , el tercer tren en extensión del mundo, Vernazza se enamoró de Australia y la visitó dos veces. Entre postales y anécdotas, fuimos por sus ciudades modernas.
Crítico, asestó: “la Argentina no está en crisis, está en decadencia”. Y dio fecha del inicio de esta decadencia: 1930. Expresó que muchas veces no nos sentimos parte de Argentina y decimos “este país”, como si no fuera “nuestro”.
Entre las diferencias entre ambos países mencionó que Argentina se conforma con el MERCOSUR y no se abre a más mercados, durante las guerras mundiales no se alineó ni participó y para colmo de males, dio refugio a nazis. “Después nos pasaron facturas”- explicó. La mala distribución de la tierra fértil es otra de las diferncias; Argentina es hiperpresidencialista (concentra el poder) mientras que Australia tiene monarquías parlamentarias. Mencionó como acierto de la política de Cavallo el hecho de haber abierto los mercados después de 50 años. Argentina está aislada política y económicamente; a gobierno que cae, gobierno que sucede cambia todo y no hay continuidad.
“Mala dirigencia política” – destacó. Y dijo claramente: “los lugares importantes lo ocupan las personas menos importantes”.
Y fue muy firme en decir que las universidades son malas. La UBA ocupa el puesto 401 a nivel mundial, no hay exigencias. Los estudiantes de secundaria tienen el peor nivel de Sudamérica, señaló también. En Australia, de las 19 universidades existentes, 2 son las mejores del mundo.
Otra, Argentina no tiene aliados. Además, en lo laboral, no hay tope horario mientras que en Australia se trabajan 8 hs. y nada más.
¿Argentina fue o es?
Entre las causas de la decadencia, el periodista señaló siete: guerras fraticidas (no hay adversarios, hay enemigos), encuentros y desencuentros, golpes de estado, falta de inversores, cada 5-6 o 7 años se produce un corralito y el ahorrista es estafado; alta inflación; y baja calidad de vida con 10 % de analfabetismo y 25 % de semianalfabetismo.
En cuanto a la calidad de vida, Argentina ocupa el lugar número 34 y Buenos Aires el 69 mientras que Australia es el tercer país en mejor calidad de vida con 4 de las 10 ciudades en el mundo.
Finalmente dijo que a los argentinos nos falta “autocrítica”. Expresó lo siguiente: “somos soberbios. No dialogamos. No trabajamos en equipo. No tenemos autocrítica. No hay humildad”.
Vernazza recomendó bibliografía sobre el tema y realizó dos críticas a Australia: los medios gráficos son del más rico del mundo con lo que comentó “ay… libertad de prensa… qué es eso…”, por un lado; y por el otro, la bandera del Reino Unido está junto a la de este país.
Al término, café de salón y charla en off . Antes, aplausos y reconocimiento.
Frases destacadas del periodista
“La diferencia entre EE. UU. y Argentina son las universidades”.
“No es lo mismo estadounidense que norteamericano, norteamericanos son también los mexicanos”.
“Hablamos de las Malvinas, ¿quién fue a poblarla? ¿Quién fue a vivir ahí?”
“Mandela es un ejemplo para el mundo. Cuando salió de prisión dijo que hay que mirar para adelante”.
“Los lugares importantes lo ocupan las personas menos importantes”.
“Nunca decimos nuestro país, ¿dónde vivimos?”
“¿Cuáles son los aliados de Argentina?”
“Australia nunca tuvo golpe de estado”.
“En Australia la mujer votó en 1902”.
“No tenemos autocrítica”.
“En Argentina dieron refugio a los nazis”.
“Hay exceso de proteccionismo en Argentina”.
“Ni quiero hablar del campo”.
“La educación se convirtió en un gremio de mujeres”.
“En Australia no hay analfabetos”.
“La Ópera es el ícono de Australia”.
“Los capaces al poder”.
“En Argentina quedan 20 mil indios, en Australia 40 mil”.
La visión de la gente de Australia
Un matrimonio muy simpático se acercó a la charla del profesor simplemente porque leyeron en el diario. Entre café y masitas dijo la argentina: “Mi esposo quiso venir porque no quiere escuchar hablar mal de Argentina y eso que él es australiano”.
Se mostraron conformes con la charla. La mujer relató que el viaje de ida y vuelta cuesta 2.800 dólares, dura veinte horas en avión y que se gana muy bien allá. “Todos- indicó, salen de viaje al menos una vez al año”.
Comentó que la gente en Australia es muy disciplinada y que no se reúnen a conversar ni se crean lazos de afecto. Las relaciones sociales son lo más difícil. Tener amigos es un lujo en aquel país pero “todo funciona bien”- señala ella (se refiere a los hospitales, a la educación y al sueldo). Tampoco se puede tomar un café por las noches ni salir, no hay actividad nocturna. “Si te invitan a cenar, es a las 6 de la tarde y como mucho te quedás hasta las 12”. “Para ver a un amigo tenés que agendarte”- explica.
Como las vacaciones de sus hijos ya comenzaron, se quedará cuatro semanas en Salta para compartir con su familia.
Dice que por ser ama de casa cobra 1200 dólares y que no necesita salir a trabajar. Las mujeres australianas lo hacen de igual modo pero ella prefiere quedarse en el hogar a criar y educar a sus hijos. Cuenta que para una mujer australiana que un hombre le pague un café es un horror.
“Si te querés casar, andá a Australia, hay muchos hombres, algo que no pasa aquí y son muy buena gente, muy trabajadores y responsables”- expresa la argentina.
“Como dijo Vernazza: no hay países perfectos, cada uno tiene lo que al otro le falta”- comenta ella.
Finalmente aclara que entre Australia y Argentina hay 13 horas de diferencia y que intentan habituarse al horario.
